Por: Miguel Ángel Albizures
Cuando se conoce a quién representa el Gobierno, no es de extrañar que en medio del mayor número de contagios, desde que inició la pandemia, se ordene la apertura del país, sustentada en las presiones del sector económico, al cual poco le importa la vida de los trabajadores, más que en criterios epidemiológicos, basados en una información transparente sobre el número de pruebas realizadas, y en un plan coherente para la reapertura gradual del país.
Sin olvidar el abandono de los trabajadores de salud pública, que siguen luchando contra la pandemia con escasos recursos y sin apenas protección. Ya la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia de COVID-19 informó que 687 trabajadores de salud se han contagiados entre el 13 de marzo y el 28 de junio, cuántos hay actualmente quién sabe, pero siguen falleciendo en el cumplimiento de su deber. De forma que las exigencias de reactivación económica impuestas por el CACIF, nos depara un futuro sombrío, con un aumento sustancial de los contagios y, por supuesto, la muerte de quienes van a parar a los hospitales nacionales o improvisados que se han construido, los cuales ya han desbordado su capacidad, careciendo de insumos y personal necesario para atender a los pacientes.
Por eso es importante prestar atención a las franjas industriales: Villa Nueva, Amatitlán, la Petapa y Atlántico, pues me temo que no se hayan adoptado las medidas que son necesarias para evitar el contagio, porque, al final, lo importante es la producción y la ganancia, no la vida de los trabajadores. No sabemos qué tipo de supervisión realiza el Ministerio de Trabajo, o de Salud, pero es necesaria la revisión de fábrica por fábrica, porque la muerte de trabajadores es un hecho lamentable que está sucediendo sin que se tomen las medidas necesarias para evitarlo. Tal y como sucedió en una fábrica textil, en San Miguel Petapa, donde laboran más de mil trabajadores, y según el informe rendido por la Comisión del Ministerio de Salud Pública, se encontró: “Poca colaboración de los dueños de la maquila para realizar las evaluaciones, que los administradores manifestaron falta de tiempo para las acciones de salud porque repercutía en la producción y que proporcionaron direcciones incorrectas de trabajadores suspendidos por estar contagiados, pero además no permitieron la realización de entrevistas en privado que los médicos hacían a los trabajadores”. Igualmente, en las recomendaciones que hizo el PDH señaló que a pesar de los casos confirmados, la empresa continúa operando sin acatar las medidas necesarias entre sus empleados para evitar el contagio. ¿Qué sucederá en esas fábricas que tienen miles de trabajadores? Comúnmente esas maquiladoras tienen varios turnos y sus condiciones de higiene y de trabajo son pésimas y es ahí donde se debe mantener una vigilancia estricta por las autoridades de salud y de trabajo para que cumplan con las medidas necesarias, aunque es de suponer que por la cantidad de obreros y sus necesidades de producción a destajo, no es fácil hacerlo.
A la par de todo, los programas de asistencia deben desarrollarse, pues miles de trabajadores se han quedado sin ingresos, y las condiciones laborales para otros tantos no les permitirá hacer frente a la canasta básica que ya se ha disparado con el incremento de precios de los productos básicos que ya sufre la población.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2020/07/30/sin-salud-tampoco-hay-ganancias/
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