La comunicación descolonizadora y transformadora, un instrumento de lucha de los pueblos indígenas de América Latina.
Un texto escrito hace escasamente unos años sobre la comunicación indígena en Bolivia se iniciaba con las siguientes palabras: “Sistemas comunicacionales radiales y audiovisuales en manos de hombres y mujeres indígenas y campesinos controlando todos sus procesos, desde la idea y el guión hasta la emisión en la televisión pública o las radios, pasando por el rodaje y la producción. Y todo ello desde una visión y determinación colectiva, comunitaria. (donde además) … hay decisión política de empoderarse en el uso y control de los medios de comunicación al servicio de los procesos propios. (…) Proceso que desde sus inicios ha partido del respeto al protagonismo de las organizaciones como sujetos políticos y desde el convencimiento de que, no solo es posible, sino que debe de ser una apuesta política apoyar procesos verdaderamente transformadores y emancipadores frente a la injusta realidad social, económica, cultural y política que hoy vivimos la mayoría de pueblos y personas en este planeta.”
Lo anterior, con sus evidentes matices de acuerdo con las diferentes coyunturas y realidades políticas, sociales y organizativas, aunque escrito en referencia al proceso en Bolivia, se puede decir que es plenamente extensible a todos los países y procesos que tienen como protagonistas a los pueblos y organizaciones indígenas de América Latina.
Comunicación siempre ligada a los pueblos.
Lo que caracteriza sobre manera a la comunicación indígena es que ésta se construye hoy como parte consustancial de los procesos, las problemáticas y las alternativas de estos pueblos. Así, si hiciéramos un repaso temático de los ejes que abordan la gran mayoría de las experiencias comprobaremos la persistencia de los mismos.
La denuncia de las violaciones a los derechos territoriales y el expolio de la Madre Tierra, ya sea en sus aguas (ríos o lagos), montañas, selvas o desiertos, son una constante; y por eso los responsables de esas violaciones, encarnados en gobiernos, clase oligárquica o en las transnacionales que tratan de seguir imponiendo modelos de desarrollo que no tienen en cuenta a las personas ni a los pueblos sino la consecución del máximo de beneficios, están presentes también en muchos programas comunicacionales ya sean de radio o vídeo.
Pero también se muestra la inquietud por recuperar elementos culturales que los sucesivos procesos colonialistas han ido, y siguen, atacando, para acabar con la identidad de pueblos diferentes con derechos colectivos diversos, como el de autodeterminación entre muchos otros. Y si hay una gran preocupación por avanzar en procesos de descolonización, también se van abriendo camino en estos trabajos otras líneas vitales como la despatriarcalización.
Al fin y al cabo hay cada vez más claridad en que la comunicación, como los procesos políticos que buscan la transformación, si no hablan, sino se hacen, desde los derechos las mujeres y con éstas en absoluta igualdad de derechos con los hombres, esa comunicación nunca será liberadora. Más ejes comunes son los paradigmas, las ideas y pensamientos centrales de la cosmovisión indígena que, como no podía ser de otra manera, también son una constante en su comunicación. Así, la generación de otros modelos económicos no explotadores de las personas, o la construcción de estados plurinacionales en el contexto de otros modelos organizativos, están también presentes. Y todo ello en el marco amplio que supone el paradigma del Buen Vivir, que hoy es no solo una alternativa de vida para los pueblos indígenas, sino en cierta forma y medida, desde éstos también para los demás pueblos del planeta.
Algunas notas sobre las bases políticas.
Por todo lo anterior, hablar hoy de comunicación indígena propia es hablar de una herramienta estratégica que se construye desde los pueblos y organizaciones para que esté al servicio de sus procesos políticos. Será imprescindible para la denuncia de las violaciones de los derechos individuales y colectivos de estos pueblos, pero también para reconstruir identidades como culturas diferenciadas, y para exigir como pueblos la implementación de todos los derechos que los instrumentos internacionales les reconocen como propios. En suma, hablar de la comunicación emancipadora es hablar de ella como una herramienta para la transformación radical de esa realidad de violación de derechos, así como aporte a la construcción desde los pueblos indígenas de alternativas al sistema dominante.
En esta misma línea, los pueblos indígenas del continente deben de ser entendidos en todo momento como sujetos políticos históricos, es decir, como constructores soberanos de su historia, de su pasado, presente y futuro. Y es precisamente en este reto en el que la comunicación propia se convierte en esa herramienta estratégica fundamental que antes aludimos. Por eso, esta comunicación no puede estar despejada de contenido político, no es apolítica, sino que se constituye de crítica y autocrítica, de análisis y discusión para la generación de reflexión, de teoría y acción política al servicio de los procesos de los que estos pueblos son sujetos protagonistas.
Otros elementos centrales de estos procesos comunicacionales emancipatorios que en este texto, por su limitada extensión, solo podemos citar tienen también relación directa con diferentes postulados políticos base entre la mayoría de pueblos y organizaciones indígenas. Así, subrayamos que la fuerza que constituye la comunidad es fundamental para poder entender la identidad y la cultura que define al pueblo. Por lo tanto, la visión integral y la determinación colectiva, comunitaria, al igual que el trabajo en red, serán pilares esenciales de esta alternativa comunicacional. Esto se reflejará en la forma de producir, en las guionizaciones, en la distribución de tareas y responsabilidades, en esa construcción colectiva de la obra, pero también en la narrativa propia, en los tiempos de hacer y contar, en la equidad entre mujeres y hombres, en los procesos de formación, etc. Porque no se trata de copiar la comunicación de los medios masivos no indígenas con un simple cambio de caras. Al contrario, hacer esta comunicación es hacerla desde la determinación política y desde la cultura propia, desde la cultura viva y no estática, desde la cultura comunitaria. Solo así este esfuerzo de años merecerá realmente la pena y solo así se construirá esa herramienta estratégica al servicio de los procesos de estos pueblos.
Jesus Gonzalez Pazos
Miembro de Mugarik Gabe
Nota.- Este texto es resumen de “Bases políticas de la comunicación indígena”.
Ver: http://www.mugarikgabe.org/blog/2016/09/13/bases-politicas-de-la-comunicacion-indigena-en-abya-yala/
No hay comentarios :
Publicar un comentario