MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES
2017-3-30
Tal como se ve la situación, hay un alud que está provocando la clase política, el poder Ejecutivo y Legislativo, que puede arrasar con todo, con ellos mismos si al corto plazo no se ven cambios sustanciales que demuestren que están corrigiendo el rumbo y que van a anteponer los intereses del país a los intereses personales y de grupo.
Para la población está claro que el presidente no tiene la capacidad necesaria para gobernar y que sus consejeros –por ver sus propios intereses– lo terminan de hundir. Se tiene a la vista la podredumbre en el Congreso y lo nefasto de las políticas que tratan de implementar, mientras la clase política es obsoleta e incapaz de darle paso a nuevas generaciones que rescaten el quehacer político y devuelvan la confianza en la población.
Se supone que el gobierno de la corrupción ya está conformado en la cárcel de Mariscal Zavala, tienen presidente, vicepresidente, ministros, magistrados, diputados y hasta asesores y secretarias, deberían verse en ese espejo para no seguir cometiendo los mismos desmanes desde el poder que, mal que bien, les confió el pueblo.
Las voces exigiendo la renuncia se empiezan a levantar, si no logran escucharlas, su problema, pero pronto empezarán a crecer y a exigir con más fuerza la depuración. Ayer varias organizaciones pusieron sobre el tapete los intereses que se mueven en el Congreso y han respaldado la petición de las autoridades ancestrales que exigen la depuración de ese organismo y llamaron a unirse al clamor, a ese clamor por la depuración.
El Congreso no debe ser un centro de negocios en donde los diputados –además del salario que les paga el pueblo–, reciben fuertes sumas de dinero para legislar a favor de los intereses de los poderes paralelos. Ya saben lo que sucede cuando muchas veces se lleva el cántaro al río. El pueblo aguanta, pero al final tira la carga y ustedes son una carga pesada para el país que ya nadie quiere seguir soportando.
Sí no saben hacer, den paso a que otros hagan. Lo poco bueno que hay en el Ejecutivo y Legislativo, debe contribuir –si es posible antes de un derrumbe que arrase con todo– a la conformación de un gobierno de unidad nacional que saque del atolladero al país y que, con los pocos recursos con que se cuenta, se haga algo para resolver los problemas vitales que enfrenta la población de escasos recursos. Ustedes, los diputados, no son padres de la patria, no se consideren dignatarios porque son un mal ejemplo para la juventud de hoy. Puede ser que haya excepciones, pero no se escucha la voz denunciante contra la corrupción que impera en el recinto parlamentario.
Tenemos la esperanza que, a pesar de los ataques, de las amenazas y de los infiltrados que quedan, el sistema de justicia siga adelante contribuyendo a la depuración en las diversas instituciones del Estado.
MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES
http://elperiodico.com.gt/opinion/2017/03/30/antes-del-derrumbe/
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