Por: Miguel Ángel Albizures
La niñez guatemalteca sigue siendo la eterna sacrificada, tanto en época normales, como en momentos de crisis como la que estamos atravesando, pues ahora resulta que a pesar de los miles de millones recibidos y de la bajísima ejecución que los ministerios han hecho para el combate al COVID-19, sin decir agua va, se recortan los fondos, por demás necesarios, para atender los problemas de desnutrición y hambre de la niñez. No sé en qué cabeza cabe semejante decisión, cuando más de once mil niños mueren anualmente y se estima en quince mil los que padecen altos grados de desnutrición, encaminándose a una muerte segura por falta de atención.
Pero parece que a nadie importa, pues esto sucede cuando han pasado más de cien días del inicio de la pandemia y no se vislumbra una estrategia coherente y planificada para contener la mitigación. Los hospitales nacionales han colapsado y los que han construido, por construir, para demostrar que hacen algo, no disponen de las condiciones adecuadas para atender a los pacientes, pues carecen casi de todo. En pocas palabras ha sido un desperdicio de recursos que no ha mejorado ni las condiciones en que realizan su trabajo los médicos y enfermeras, ni la atención que reciben los pacientes. Ojalá que la nueva Ministra de Salud Pública, dentro de sus planes, incluya la optimización de esos servicios y el suministro del equipamiento necesario, pero también el darle continuidad a la atención a la niñez y las madres, pues también la muerte materna va en aumento.
Teniendo en cuenta la existencia de recursos, la ministra debe resolver de inmediato los problemas que atraviesan los médicos y el personal que no cuenta con equipos de protección, el desabastecimiento de oxígeno y de pruebas de COVID-19, que son fundamentales no solo para diagnosticar a los contagiados, para lo cual deben haber protocolos específicos, si no para aportar datos reales y significativos que permitan monitorear la pandemia y ver su evolución, pues según las declaraciones del doctor Asturias, los casos son diez veces más que los actualmente reportados. Si eso es así, pronto los efectos serán desastrosos y no sería raro llegar a la misma situación de Ecuador o Chile.
El gobierno no puede decir que faltan fondos para la atención de la pandemia, pues el dinero está en sus manos, pero debe ser bien utilizado y fiscalizado, no hacer construcciones por tener algo que presentar, sino hacerlas bien y equiparlas lo mejor posible. El Salvador nos ha dado un buen ejemplo, invirtiendo de forma adecuada a las necesidades de la crisis que vivimos, y a no improvisar como se ha venido haciendo, y también el deber de informar verazmente para tener todo el apoyo de la población.
Tenemos esperanza que las nuevas autoridades de salud pública, paren el despilfarro, controlen los recursos y sepan invertir y planificar sabiamente, pues es la única forma de aplanar la curva de infecciones y de fallecimientos.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2020/06/25/sacrifican-a-la-ninez-en-plena-crisis/
Así es como hay que hablarle a esta gente de nacimiento desnaturalizado; ojalá que este valioso artículo llegue a donde tiene que llegar y se asimile su contenido porque en nuestra amada Guatemala los que saben leer no leen y los que leen no entienden el mansaje. Todo lo que acontece lo ven normal. Yo comento sobre este articulo no porque el autor tenga mi mismo apellido, comento por el valor que encierra lo escrito. Bueno a mi también me gusta hacer mis garabatos comentando las injusticias sociales que desde viejos tiempos se dan y la corrupción de los gobiernos cooptados de turno. Felicitaciones al periodista Miguel Ángel Albizures chus@tribunadelaverdad.com
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