Los diputados como siempre, tienen cosas más “importantes” que atender y se siguen haciendo babosos, mientras hombres mujeres y niños permanecen a la intemperie, escuchando ofrecimientos sin que se llegue a nada concreto que solucione el grave problema de vivienda que hay en todo el país. Se habla de un déficit de vivienda entre un millón 200 mil y millón y medio y en todo el país por lo menos existen 570 asentamientos humanos de los cuales 422 están en el departamento de Guatemala en donde nacen, crecen y medio se desarrollan en condiciones deplorables, millares de niños y niñas que merecen un mejor futuro.
Los diputados y el Gobierno, solo tienen que sujetarse al Artículo 105, de la Constitución de la República, que dicen respetar, y hacer realidad lo que señala: “El Estado a través de las entidades específicas, apoyará la planificación y construcción de conjuntos habitacionales, estableciendo los adecuados sistemas de financiamiento que permitan atender los diferentes programas, para que los trabajadores puedan optar a viviendas adecuadas y que llenen las condiciones de salubridad. Los propietarios de las empresas quedan obligados a proporcionar a sus trabajadores, en los casos establecidos por la ley viviendas que llenen los requisitos anteriores”. Pero además Guatemala es signataria del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales, a través del cual aceptaron reconocer “el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados”.
Entendemos que los diputados no viven en arrabales, aunque muchos salieron de ahí y se han olvidado de lo que ello representa y ahora que está por terminar este gobierno y esta legislatura, bien podrían cumplir con la Constitución, asumir su responsabilidad y aprobar una ley que al final de cuentas se tendrá que volver a salir a las calles para que sea implementada. Háganlo por la niñez que es la que más sufre la carencia de una vivienda digna.
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