viernes, 31 de agosto de 2012

ASOCIACIÓN COMUNICARTE 22 AÑOS CON LA CAMARA EN LA MANO



PROHIBIDO OLVIDAR
Hace 22 años, después de ser testigos de la debacle en que el estado guatemalteco, con su ejército nacional como arma principal, había hundido al país, de ver cómo en su afán de mantener intacto el status quo se cometían graves violaciones a los derechos más elementales de los pueblos, empezamos a sentir la necesidad de poder informar al mundo, y a la misma sociedad guatemalteca, de manera objetiva y por demás realista, de esa infame manera en que los gobiernos militares estaban tratando de resolver los problemas del país que exigían otro tipo de tratamiento y solución.

Hace 22 años con la cámara en la mano empezó nuestra andanza por esos caminos de recuperar nuestra historia reciente y de documentar lo que, a diario, estaba sucediendo en nuestro país,  filmábamos toda movilización y protesta de las organizaciones sociales.

 La represión  que se abatía no sólo contra las comunidades sino contra los medios de comunicación, principalmente contra los independientes, no nos amedrentó para empezar a dar los primeros pasos que, en sus inicios fueron un poco inciertos, porque no teníamos aún definido qué era exactamente lo que queríamos hacer.
 Pero, con el paso de los meses nos fuimos dando cuenta que, el material que íbamos acumulando (marchas, foros, protestas, testimonios, exhumaciones, etc.) era de tal magnitud y con un valor histórico importantísimo, que era necesario hacer algo con él. Pero qué?, esa era la pregunta que nos hacíamos a diario, ya que muchas fuentes extranjeras se encargaban de documentar lo que sucedía en el país y creíamos que con eso era suficiente, Es importante recalcar que, cuando empezamos a conformar nuestro archivo de imágenes, lo hicimos gracias a la donación de una cámara de vídeo VHS, usada, que nos proporcionó alguien del extranjero y que aprendimos a usar en la pura práctica, porque también es importante mencionar que no recibimos formación en academia alguna más que nuestras propias vivencias cotidianas. Cuando ya sabíamos como utilizar la cámara, iniciamos el proceso de 
compartir nuestro conocimiento y fue así que  compañeras y compañeros de organizaciones del campo y la ciudad filmaron sus propias actividades, algunos materiales de ellos pasaron a formar parte de nuestro archivo.
Al peguntarnos qué hacer con las imágenes que habíamos empezado a captar, nos dimos cuenta que por ningún medio se divulgaba lo que estaba sucediendo en el interior del país, por la censura existente hacia los medios de comunicación y además, porque la mayoría de dichos medios de alguna manera respondían al status quo y por lo tanto daban su aval a muchas de las políticas represivas impulsadas desde el Estado. Además de que, la mayor parte de lo que documentaban los extranjeros en Guatemala, rara vez lo volvíamos a ver de regreso. Es por eso que nace en nosotros la inquietud de empezar a realizar nuestros propios  documentales para que, desde una perspectiva más apegada a la población afectada por las políticas represivas, poder dar a conocer en toda su magnitud lo que, casi a diario, acontecía con las comunidades en el interior del país y mostrar la verdadera magnitud de una guerra desigual que el Estado guatemalteco jamás quiso comprender.
De ahí empezaron a nacer documentales como: Hasta Encontrarlos, La Masacre de Panzós, La lucha por la tierra, Las masacres en Rabinal como las de Río Negro, Plan de Sánchez y Chichupac, La lucha del movimiento sindical, popular y estudiantil y la masacre en el Caserío Las Dos Erres en el departamento de Petén. Temas que en Guatemala, a principios de los años 90 diríamos que casi nadie se animaba a tocar como lo empezamos a hacer nosotros.

Pero, ¿cómo hacíamos para financiar la realización de estos documentales?, de donde salía el dinero para la compra de materiales y de la movilización? ¿Cómo nos financiábamos nuestros propios gastos? De esto hay muchas anécdotas que uno de los fundadores de COMUNICARTE, que vive en el extranjero, Estuardo  Álvarez (el chiris)  
Podría contar, como entramos a documentar a las Comunidades de Población en resistencia CPR, el  acompañamiento al equipo forense a las primeras exhumaciones en Quiche y otros departamentos, la visita a los campamentos de refugiados en México, el acompañamiento a los campesinos en la toma de tierras y en los brutales desalojos que hacia y sigue haciendo la policía. ¿los viajes como nos los financiábamos? Los fines de semana madrugábamos a ofrecer nuestro trabajo a las iglesias para filmar lo que fuera, (casamientos, bautizos, quince años, etc.)
Aquí entraron a jugar un papel muy importante las organizaciones sociales, quienes nos empezaron a ver como el equipo de comunicación que tanto necesitaban para divulgar no solo sus actividades de presión hacia el Estado sino el apoyo que se estaba brindado a muchas comunidades que necesitaban dar a conocer lo que les había pasado. Fueron las organizaciones sociales quienes financiaron la producción de los documentales, aportando lo necesario para cubrir las diferentes necesidades que ello conllevaba. Nunca recibimos financiamiento de la Cooperación Internacional ya que preferimos que fueran las mismas organizaciones las que hicieran los planteamientos a las Agencias, para evitarnos tener que recibir lineamientos de qué poner y qué no poner en los documentales.
Con el paso de los años y del valioso apoyo recibido por muchas organizaciones del movimiento social y popular guatemalteco, fuimos logrando hacernos de nuestro propio equipo, sencillo pero de mucho valor para nosotros, porque nunca contamos con el equipo más sofisticado para trabajar pero sí con todas las ganas de querer aportar nuestro granito de arena en la recuperación de la memoria histórica, aún a costa de nuestras propia seguridad y del bienestar de nuestras familias, quienes nos han apoyado siempre a pesar de que, nos ha tocado pasar épocas muy difíciles.

Es necesario que hagamos mención de las organizaciones que en su momento nos brindaron el apoyo que tanto necesitábamos para que el Proyecto COMUNICARTE se pudiera consolidar: UITA, CAMI, FESTRAS, CIEP, CIEPRODH, ALIANZA CONTRA LA IMPUNIDAD, CERJ, CUC, SERCATE, SINDICATO DE PEPSI, GAM, FAMDEGUA, CONAVIGUA, SINDICATO DE COCA-COLA, CONDEG, MAJAWIL Q’IJ, Programa 1o. de Mayo, CTC, CONIC, CIDEG, MOVIMIENTO NAC. POR LOS D.H. y muchas personas en particular.
Agradecemos el aporte a del compañero Mario Ávila, de las compañeras Rosario y Ana Lucia Cuevas y su familia.
Quizás algunas se nos olviden en estos momentos, porque ha sido mucho el apoyo recibido para desarrollar nuestro trabajo hasta el día de hoy pero, también es importante mencionar que nunca hemos obtenido un salario por hacer de esto nuestra forma de vida, siempre nos hemos sostenido de esa valiosísima colaboración recibida de estas organizaciones.

Cuando por fin habíamos logrado hacernos de un buen equipo tanto de filmación como de edición, a principios del año 2000, como apoyo dado por un buen amigo boliviano Alfonso Gumucio, que nos recomendó con una Agencia holandesa, nuestra oficina fue allanada cuando nos encontrábamos en la producción de un documental para apoyar a los familiares de las víctimas del genocidio en Guatemala, que habían decidido llevar el caso a la Audiencia española. Dicho documental ya se encontraba en su fase de divulgación cuando sufrimos este golpe certero que acabó con todo el equipo que por 15 años nos había costado conseguir, además de la amenaza dejada en nuestra oficina con un nudo de la horca, representada con un cable de energía.


 Han pasado cinco años desde ese allanamiento, y no hemos logrado recuperarnos, no nos ha sido posible volver a hacer nuestro equipo porque las circunstancias en las que nos movíamos empezaron a cambiar a partir de la firma de la paz. Muchos grupos, no solo nacionales sino también de extranjeros empezaron a surgir haciendo lo mismo que nosotros, por supuesto que todo eso lo hemos visto con buenos ojos porque, aquella lucha que hace ya 22 años emprendimos ha dado buenos frutos. En aquellos años casi nadie lo hacía por los riesgos que representaba, y porque no era tan fácil conseguir el equipo, que por cierto no era para nada digital, como hoy. Aquella presión que intentamos ejercer sobre las organizaciones para que montaran sus propios equipos de comunicación no se entendió en su momento, fue hasta después de la firma de paz, cuando ya las condiciones de seguridad eran otras que se empezó a ver la importancia que tenía la comunicación en el desarrollo de todo proceso organizacional.
Fue hasta después de la firma de la paz que por muchos lados se empieza a hablar de recuperación de la memoria histórica como un paso importante para la recomposición del tejido social, el cual había sido seriamente dañado por las políticas contrainsurgentes del Estado. Nosotros lo empezamos a hacer desde principios de los años 90 cuando empezamos a recoger los testimonios de sobrevivientes de la represión en distintos puntos del país y que después los veríamos replicados en los Informes de REMHI y CEH.

En los 22 años de trabajo en la recuperación de la memoria histórica, nos a tocado soportar allanamientos, amenazas, agresiones y atentados. Eso no nos detiene, seguimos y con un montón de satisfacciones cuando sabemos que nuestros documentales han servido para que a nivel nacional e internacional se conozca el testimonio de las y los que seguimos luchando por la justicia.

Después de 22 años de estar documentando nuestra realidad muchos documentales han surgido de ello, un archivo histórico de gran valía se ha ido formando, muchas personas que lucharon por hacer de éste un mejor país y que hoy ya no están forman parte de ese archivo, así como también muchos que han contribuido para que este país no se democratice y que las grandes mayorías sigan siendo oprimidos y vistos solo como los brazos que sostienen el Sistema.

Nuestro ejemplo hoy es seguido por muchos jóvenes que ven lo importante que es documentar la realidad,  realidad que hoy ha variado hacia otras temáticas no vinculadas a una situación de Guerra pero, que siguen involucrando a las grandes mayorías que no ven por dónde les pueda llegar el desarrollo o, por lo menos, las oportunidades de poder vivir en un mejor país.
 
Creemos que aún nos falta mucho por dar, mientras las condiciones de vida no cambien para la mayoría de nuestro pueblo nosotros tampoco dejaremos de denunciar y de dar nuestro aporte, pero también necesitamos del apoyo de todas y todos, hoy más que nunca porque nuestra situación no es la mejor, nuestro poco equipo ya caducó y necesitamos renovarlo. Nuestro compromiso sigue inquebrantable,

Gracias amigas y amigos que desde siempre nos han dado su apoyo, sabemos que seguimos contando con ustedes.

  Arturo Albizures                                                           Boris Hernández