Encuentro de comunicadores tuvo la participación del colombiano Javier Darío Restrepo.
Más de cien periodistas de diversos departamentos y medios, se dieron cita en la Ciudad Capital, para intercambiar experiencias, analizar la situación en que desempeñan sus labores y profundizar en la ética periodística, que tanta falta hace cuando funcionarios de cualquiera de los tres poderes del Estado o empresarios de cualquier calibre, recurren al soborno para ocultar malos manejos o malas juntas que dañan “su prestigio”, y es a través de ellas que se enriquecen.
Este fue el segundo encuentro organizado por Sala de Redacción y el Centro Civitas, que dirige la periodista Evelyn Blanck, quienes hicieron posible este evento periodístico y que se constate por medio de los expositores de la Procuraduría de los Derechos Humanos, la falta de acceso a la información y la falta de poder coercitivo de la institución. Dentro de las actividades se presentó el grupo de Teatro del Oprimido, que hizo evidente “la prensa y la verdad”, es decir, la forma en que los medios tratan las noticias, el silencio a que muchos recurren para salvar la vida, o la “fafa” para no tocar el tema y hacer favores publicitarios, sin faltar la amenaza directa o indirecta a que están expuestos los comunicadores. Fue en el desarrollo de esta parte que se escucharon los testimonios de quienes viven a diario en medio del peligro, careciendo de un seguro de vida y del respaldo de los empresarios. No quedó santo parado en la denuncia, pero sí bien claro que, le pese a quien le pese, hay que seguir la lucha por llevar la verdad a la población.
El periodista colombiano Javier Darío Restrepo hizo una brillante exposición sobre la importancia de construir día a día la ética, que no se hereda, sino se vive en las cosas más sencillas del quehacer de los profesionales del periodismo, pues la ética, según Restrepo, “viene de adentro, es autónoma, no se impone por ningún tribunal ni por ley”, pues, tal como lo señaló Aristóteles, “es la obediencia a la propia naturaleza”, se transmite en el hogar, no es conocimiento, es sabiduría y la sabiduría la proporciona la vida y está en el interior de uno mismo.
Restrepo nos regresó a la presentación del grupo de teatro, preguntándonos si tendríamos el coraje de decir “no”, pues la ética nace del diálogo con sí mismo, y para ser “no” ético se necesita mentirse a sí mismo, lo cual se convierte en una desgracia, pues no puedo creer en nadie si me miento a mí mismo. Restrepo nos zarandeó con otra afirmación: “En la ética no entra lo mediocre”, pues no se puede ser riguroso con los demás, si no lo somos con nosotros mismos. Se trata de una manera de vivir, de un estilo de vida, pues si soy fiel a quien me paga, soy un periodista castrado, ya que el periodismo tiene su razón de ser cuando sirve a toda la sociedad”.
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