Se avecinan huracanes que pueden arrasar con lo poco avanzado.
A pesar de los esfuerzos que se han hecho a lo largo de los últimos dos años, la maquinaria del sistema de justicia no está del todo ajustada, hay piezas chuecas que no han sido reemplazadas, ni mucho menos juzgadas por participación o complicidad en hechos que claman justicia al cielo. Esos eslabones, que mantienen la impunidad y facilitan el quehacer de los criminales, se mantienen bien aferrados y ello permite que, una y otra vez, los mafiosos recurran a maniobras para impedir que juicios paradigmáticos prosigan su curso y se sienten precedentes que aten las manos de criminales, de ayer y de hoy, que siguen sonriendo sarcásticamente frente a la dama de la balanza.
Podemos tener muchas decepciones del actuar de algunos jueces, hombres y mujeres que han tenido y tienen la responsabilidad de impartir justicia y que, por el contrario, han contribuido a que impere la impunidad. Lo mismo podemos decir de algunos fiscales que maliciosamente desvían las investigaciones para que los acusados salgan absueltos. Muchos señalamientos pueden existir contra la Fiscal General, especialmente de aquellos que pretenden borrón y cuenta nueva, y que se quedaron agazapados en las cavernas y hoy sacan la cara exigiendo una amnistía por los crímenes que jamás prescriben.
Señalamientos contra la CICIG y sus funcionarios los hay, pero especialmente de aquellos que levantan la bandera de la soberanía, pero que siguen lamiendo la mano del imperio y que poco les importa la entrega de la tierra y los recursos naturales del país a las transnacionales. Son los mismos que se oponen a que se investigue la infiltración del crimen organizado en la política y el contrabando aduanero, porque ello afecta directamente sus intereses.
Pueden seguir despotricando contra la Fiscal General, contra la CICIG o contra los jueces y fiscales que, a pesar de la descalificación de su actuar y de las amenazas que reciben, siguen levantando la frente y tratando de devolver la confianza en el sistema de justicia. Gracias a ellos, podemos decir que se han dado pasos importantes en la persecución del crimen y en la realización de juicios históricos que han dado la vuelta al mundo. Se avecinan huracanes que pueden arrasar con lo poco que se ha avanzado, y para evitarlo se necesita unificar esfuerzos para seguir construyendo un Estado de derecho, donde las mafias no tengan ningún espacio.
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