jueves, 23 de abril de 2020

GUATEMALA: EN LA CRISIS, REPENSAMOS EL PAÍS QUE QUEREMOS

En la crisis, repensemos el país que queremos.

Los pueblos indígenas han hecho importantes propuestas que deben ser tomadas en cuentas; sin la participación de ellos y de las mujeres, que son más de la mitad de la población, seguiremos en la misma situación excluyente.

Por: Miguel Ángel Albizures
Estamos en medio de una crisis que, según dicen, golpea a todos por igual; esto no es cierto. Es necesario que la clase media y media alta, tenga un mirar profundo, más allá de lo que tiene cerca, de la familia, de los vecinos, de los amigos, de los compañeros de trabajo que viven una vida similar, pues más allá están los que poco o nada tienen y esta crisis les golpea severamente, atenta contra su vida misma y la de sus hijos que nunca, desde que nacieron, han tenido oportunidad de futuro, porque las oportunidades de superar su situación están lejos, muy lejos de ellos que nacieron y crecieron en una apartada aldea donde el Estado jamás ha llegado y donde el sistema les excluye automáticamente.


En esta crisis hay tiempo para repensar el país que
queremos. Si queremos seguir con un Estado y un sistema excluyente, racista y discriminatorio o si queremos construir el Estado pluricultural en donde quepamos todos, sin exclusiones de ninguna naturaleza. Para ello se necesitan y deben hacerse cambios estructurales profundos que, indudablemente, afectan, en principio,  los intereses de quienes más tienen, pero que en el futuro podrán resarcirse con un mayor poder de compra de todos los guatemaltecos y llegarán a sentirse satisfechos de no haberse opuesto al cambio de un sistema de por sí injusto y de haber contribuido no solo saciar el hambre de hoy, sino a prevenir el futuro y evitar mayores conflictos que pueden representar un derramamiento de sangre innecesario.

Se necesita diseñar un Estado moderno y un sistema más justo. Hoy vemos con claridad como millares de guatemaltecos son afectados por la crisis, que son suspendidos en sus labores sin goce de salario o que no pueden vender los productos como lo hacían antes de la crisis. “Quédense en casa” es el eslogan que escuchamos y es fácil decirlo, pero para quienes viven de lo diario, se quedan en casa sin comida; imaginemos lo que está sucediendo en los lugares más apartados del país. La ayuda que llega del gobierno selectivamente es buena, pero como se dice comúnmente, es pan para hoy y hambre para mañana y es ese mañana que tenemos que construir hoy y no puede hacerse sin pensar en una repartición más justa de la riqueza, una profunda reforma agraria que garantice la tenencia de la tierra para quienes la necesitan y la pueden producir, que son la mayoría de la población campesina que ha sido despojada del recurso que le da vida.


Debemos diseñar un proceso de desarrollo sustentable en el país, que tome en cuenta a más de la mitad de la población que vive en condiciones infrahumanas y que trata de solucionar su situación y la de su familia buscando el sueño estadounidense, que en muchos casos se ha convertido en pesadilla. Hay que crear oportunidades para todos y es el momento de aprovechar la crisis para construir el país que queremos y no continuar con un Estado y un sistema al servicio de unos pocos. Los pueblos indígenas han hecho importantes propuestas que deben ser tomadas en cuentas; sin la participación de ellos y de las mujeres, que son más de la mitad de la población, seguiremos en la misma situación excluyente.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2020/04/23/en-la-crisis-repensemos-el-pais-que-queremos/

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