viernes, 1 de agosto de 2025

RECONOCIMIENTO A UN LUCHADOR DE TODA LA VIDA


 RECONOCIMIENTO A UN LUCHADOR DE TODA LA VIDA

Juan José Hurtado
1 de agosto de 2025
La vida es efímera y todos tendremos que regresar a las energías del Universo en algún momento. Sin embargo, no deja de impactar que un día estamos y al día siguiente podemos ya no estar. Y hoy me impacta la noticia de la partida de esta dimensión de Víctor Ferrigno F.
Vendrán momentos de homenajes y palabras elocuentes, vale decir, merecidas de sobra. En mi caso, hablaré desde un conocimiento personal cercano y de profundo respeto.
Si mal no recuerdo, nos conocimos en 1977 en la Universidad de San Carlos, él en la Facultad de Derecho, cuando él lideraba una agrupación de estudiantes que contaba con el Grupo de Teatro XX, que dirigía Roberto Díaz Gomar, y el periódico Denuncia. Sin embargo, él ya tenía un amplio recorrido en el movimiento estudiantil universitario, con el Grupo Poder y otros. 
Las movilizaciones en repudio al asesinato de Leonel Caballeros y por el aparecimiento con vida de Robin García contribuyeron a propiciar el acercamiento de estos grupos estudiantiles, que tenían muchas afinidades; éstos representaban una tendencia revolucionaria radical dentro del movimiento estudiantil de la época. (Vale decir que ser radical significa ir a la raíz, lo cual es una cualidad, no algo negativo.) Estos grupos confluyeron en 1978 para formar el Frente Estudiantil Revolucionario Robin García – FERG -, que ese mismo año promovió la candidatura de Alejandro Cotí como Secretario General de la Asociación de Estudiantes Universitarios – AEU -. Son hechos en un momento histórico de auge de la movilización social con el propósito de hacer cambios profundos en el país, que nos permitieran vivir con verdadera justicia y dignidad.
Alejandro Melgar nos dice: “Recuerdo cuando Víctor llegó a la sede del FERG de ingeniería y entró con una sonrisa y nuestro querido amigo Mario "mosca" nos presentó... De inmediato, Víctor inicio su charla que más bien era toda la línea política de aquel momento, momento de mucha represión. Era el año de 1979…”
Por su parte, Jorge Mario Salazar nos dice: “Su buen humor destacaba al mismo tiempo que su profunda seriedad en el análisis, especialmente el análisis jurídico y social. Activista en muchas luchas, pero MILITANTE revolucionario todo el tiempo, Víctor deja un legado de luchas en las diferentes formas y niveles de compromiso. Como parte del complejo y dinámico grupo dirigencial del intento de un frente estudiantil revolucionario que fue el FERG. Después ya fueron otras luchas, otros intentos de juntar los fragmentos y otras fragmentaciones. Pero presente siempre, presto a contribuir en la formación de la militancia.”
Hay muchas anécdotas de la época. Una de ellas fue la participación de Víctor en la Asamblea Constitutiva del Comité de Unidad Campesina – CUC -, el 15 de abril de 1978, junto al Canciller de la Dignidad, Guillermo Toriello.
Víctor era de voz firme y tono enérgico. Era un agitador en cuanto a su función de sacudir conciencias y conmover, lo cual tampoco es superficialidad si se sustenta, como era en su caso, en pensamiento profundo. Era convincente con sus argumentos. Fue verdadero líder.
Tenía un sentido del humor particular.
Con frecuencia se dice que el medio social donde nacimos y crecimos nos deja un sello particular. Y puedo decir que, en el caso de Víctor, el “sello de clase” era muy sensible. Sin embargo, es muy loable reconocer a alguien que no ha vivido en carne propia el racismo y la explotación, pero se identifica tanto con quienes sí lo han experimentado, al punto que asume plenamente las luchas para erradicarlas. No por gusto algunos lo llamaban “el Maya blanco”. 
Es por eso que distintas organizaciones y personas rinden homenaje a Víctor. Al respecto dice el CCDA: “Su voz crítica y comprometida acompañó las luchas de los pueblos, con firmeza ética y claridad política. Como analista, periodista y defensor de los derechos humanos, Víctor fue un referente para quienes soñamos y construimos una Guatemala distinta, con tierra, dignidad y justicia.”
Debemos reconocer la convicción y lealtad revolucionaria de Víctor y el compromiso vital con esa convicción. Seguramente se peleó con muchas personas por su manera de ser, pero fue fiel a sus convicciones hasta el último momento.
Le decimos un adiós, sabiendo que deja vacíos. Pero también con la convicción de que la vida sigue y, en concordancia con su pensamiento y acción, reivindiquemos el protagonismo de los pueblos y la alegría de luchar, que tarde o temprano, rendirá sus frutos.


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