OPINIÓNhttp://www.prensalibre.com/opinion/Baqtun-despolitizado_0_831516846.html
UKEMIK NA’OJ
El 21 de diciembre culminará y empezará otro Oxlajuj B´aqtun, ciclo de 5,200 años conformado por trece períodos de 400 años (b´aqtun). Sobre este mucho se ha escrito y hablado, sin embargo, la mayoría de la población desconoce su significado ético-político por lo que es necesario plantear algunas reflexiones al respecto. Desde el pensamiento maya ha existido y existe una comprensión holística, cíclica y sincronizada del tiempo y el espacio. Es un pensamiento que engloba a la totalidad de la vida y sus interrelaciones e interdependencias
(mundo físico, mundo natural y mundo humano). Y que a diferencia del pensamiento eurocéntrico, que sitúa a la vida en jerarquías —donde la vida del blanco es la suprema—, considera a toda la vida como igual en dignidad, y por tanto merecedora de un profundo cariño y respeto.
En consecuencia el Oxlajuj B´aqtun no se reduce únicamente al registro del tiempo. No constituye una obsesionada forma de observar el tiempo ni un fin en sí mismo. En suma, consiste en un paradigma que abarca otros tiempos y espacios más allá de la existencia humana, considerando ciclos de mayor alcance y de importancia vital para la continuidad de la vida.
Es una propuesta política que hace un llamado a la conciencia de mujeres y hombres de cualquier sociedad a nivel mundial para asumir el compromiso ético-político inaplazable con la vida en general. Compromiso que implica analizar, evaluar, criticar, autocriticar y realizar transformaciones profundas cuando un modelo político, económico y social está afectando negativamente la vida y la dignidad de los seres vivos, atentando contra la reproducción de la vida en la tierra. De esa cuenta podemos preguntarnos ¿qué futuro le estamos legando a las generaciones venideras?
Por ello, es tal la hipocresía del presidente Otto Pérez Molina hacia el pueblo maya, que en sus discursos radiales se refiere a la “celebración” del Oxlajuj B´aqtun con los pueblos que coexistimos en este país como “acciones que generan oportunidades”.
A mi parecer no hay nada que celebrar, pues el gobierno no asume su obligación de impulsar cambios en las estructuras sociales, políticas y económicas que históricamente la oligarquía ha impuesto y que actualmente está reforzando, en contubernio con el capital transnacional, a través de inversiones en la industria extractiva y energética, los monocultivos y transgénicos, entre otros, que lejos de promover el “desarrollo” son corresponsables de la agudización de la pobreza y la conflictividad social.
También, es claro que en este país a nivel político, educativo, social y científico jamás se ha mostrado interés por profundizar en la comprensión del Wajxaqib´ B´atz´ ni del ab´ o año solar, menos aún del Oxlajuj B´aqtun.
Por tal razón, el pueblo maya y la ciudadanía en general tenemos el desafío de cuestionar la abusiva despolitización, folklorización, usurpación y mercantilización de la Cuenta Larga, por parte del gobierno de Guatemala a través de sus distintas instancias, de las empresas del sector turismo y de la mayoría de medios de comunicación que, además, están divulgando información distorsionada sobre este acontecimiento histórico.
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