GUATEMALA.-Violencia estatal, prueba crucial para el “Estado de Derecho”
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Por
Leonardo Ixim
Tras
la masacre hacia comuneros pertenecientes a los 48 cantones
del departamento de Totonicapán que defendían sus derechos
ocupando la carretera interamericana a la altura de la
cumbre Alaska, el Ministerio Público (MP) y el Instituto
Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) iniciaron una
investigación “para dar con los responsables de 6 de
los asesinados y un desaparecido”, según reporta la
prensa escrita.
Los
sectores de extrema derecha, entre ellos la gremial
empresarial Cacif (que después tuvo que suavizar su postura)
han sacado comunicados de carácter racista justificando la
intervención militar y la masacre de los compañeros. En el
debate han salido a flote las posturas retrógradas sobre la
supuesta violación a los derechos de libre locomoción cuando
se realizan bloqueos en vías públicas.
Esta
apreciación es errada porque con los bloqueos no se detiene
la libre movilización de personas, sino del transporte en
vehículos de éstas o de mercancías. Además, como mencionó el
representante de la Oficina de la Alta Comisionada de
Naciones Unidas en Derechos Humanos para Guatemala, Alberto
Brunori, la potestad del Estado de hacer valer un derecho
(el de la libre locomoción) no es superior al derecho a la
vida o al de hacer valer los derechos en general.
Otro
elemento a considerar es el carácter de la investigación
llevada a cabo por el MP con el apoyo técnico (pruebas de
balística, causas de muerte y otras) del Inacif, que
responsabilizó a ocho soldados y al coronel que comendaba la
operación, ligándolos a proceso judicial por el delito de
ejecución extrajudicial. Sin embargo queda pendiente la
responsabilidad del general Roel Clemente de León,
comandante de la Guardia de Honor, unidad a la que estaba
adscrita el operativo y por tanto responsable táctico de tal
misión.
En
ese contexto el partido Lider de manera oportunista puso una
demanda ante el MP contra el presidente de la república por
crímenes de lesa humanidad, situación que automáticamente
implica para el MP llevar la demanda ante el pleno de la
Corte Suprema de Justicia para ver la posibilidad de abrir
antejuicio al presidente, algo que el pleno de la Corte negó
Independientemente
de la actuación política de la Corte, creemos que la
decisión de Lider es oportunista porque desvía las
investigaciones que lleva a cabo el MP. Creemos que de parte
del MP es injusto implicar a los manifestantes en algún
delito, y ello también significa desviar las
investigaciones.
A
partir de la masacre se han dado movilizaciones de la
población que coincidieron con las marchas del día de la
resistencia indígena y popular, el 12 de octubre, y del 20
de octubre que se conmemora la revolución de 1944. En esta
última, a pesar de una equivocada postura de las
organizaciones indígenas de no salir, la memoria de los
compañeros masacrados y la exigencia de justicia fueron
levantadas por parte de trabajadores y estudiantes.
El
ejecutivo fue presionado por la ONU para modificar algunas
políticas de seguridad pública, como no usar el ejército
para disolver manifestaciones. Sin embargo nos unimos al
clamor de las organizaciones de derechos humanos en que
además, el ejército no puede participar en ninguna tarea de
seguridad. Por otra parte el Estado tiene que hacer valer el
derecho a la protesta, deben cesar las ejecuciones
extrajudiciales, así como cualquier intimidación legal
(criminalización, presos políticos) y detener los asesinatos
de parte de la derecha contra luchadores sociales.
Ante
la violencia estatal es necesaria la organización popular,
por ende terminar con la militarización de la sociedad, es
decir detener las reformas constitucionales que entre otras
cosas se busca darle potestad al ejército para realizar mas
funciones de seguridad. Reiteramos nuestra exigencia de que
los ministros de gobernación y defensa queden fuera del
gobierno, y de que las investigaciones lleguen hasta los
últimos responsables de la masacre. Como declarara ante la
prensa la presidenta de la junta directiva de los 48
cantones de Totonicapán, Juana Carmen Tacán, se espera que
se deduzcan responsabilidades intelectuales del crimen, es
decir que se siga la cadena de mando independientemente de
quienes sean los culpables. Por tal razón exigimos que una
comisión independiente conformada por integrantes de las
organizaciones populares en la medida de lo posible realice
su propia investigación, y además que fiscalice al MP
logrando justicia por nuestros mártires.
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