Los años de resistencia, especialmente de las mujeres de San
José del Golfo y San Pedro Ayampuc, que se enfrentaron a las fuerzas de
seguridad que protegían las instalaciones de la mina, por fin han dado
resultado. Lejos quedó el día en que una de las mujeres, exponiendo su vida,
atravesó su carro frente a la máquina de la muerte, la excavadora que intentaba
entrar a las instalaciones, para dar inicio, en esa forma, ese 1 de marzo del
2012, a la prolongada resistencia.
Los recientes allanamientos que el Ministerio Público (MP),
realizó en las instalaciones de la empresa Exploraciones Mineras de Guatemala,
S.A. (Exmingua), y en otros inmuebles relacionados con la empresa, dejan al
descubierto el saqueo que realizan, no solo de oro y plata, sino incluso de
posibles piezas arqueológicas que fueron encontradas en las excavaciones, y de
las cuales los personeros mantenían silencio. Por fin, las fuerzas de seguridad
que acompañaron a los fiscales del MP, han servido para descubrir los ilícitos
de una transnacional y no para proteger sus intereses, como hasta hace muy poco
tiempo lo venían haciendo.
La continuidad de las actividades de la transnacional, que le
importó poco las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de
Constitucionalidad, eran descaradas, nos consta a quienes hemos apoyado la
lucha de las comunidades, que los trabajos continuaban, pues no solo se veía
desde lo alto a los trabajadores, sino la maquinaria, por lo que las
declaraciones del abogado y de uno de los empresarios, no solo son falsas, sino
representan un amenaza de enjuiciar a Guatemala por las “pérdidas” que han
tenido.
El Ministerio Público en los allanamientos, incautó 282 sacos
con concentrado de oro y plata y ya el 9 de mayo, había sido detenido un picop
y cuatro trabajadores de la mina con 19 costales, y no se hizo caso a las
denuncias que se hicieron con anterioridad que se estaba sacando mineral por
medio de un helicóptero. Las migajas que estas empresas transnacionales dejan
al país, de lo poco que reportan de extracción, no compensa los grandes daños
que provocan, por lo que esa concesión por 25 años, que se dio sin previa
consulta con las comunidades, debe ser revisada y suspendidas las operaciones
de por vida. Las mujeres de La Puya, merecen un monumento, porque a diferencia
de los diputados, los gobiernos y sus ministros de Energía y Minas, ellas sí
defienden, hasta con su vida, los intereses del país. Esto sin dejar de
reconocer la lucha de los hombres de las comunidades que han estado a la par de
ellas y sufrieron los garrotazos de los policías que utilizaron los empresarios
en defensa de sus mezquinos intereses. El saqueo de oro y plata que hacen las
empresas transnacionales, debe terminar.
http://elperiodico.com.gt/2016/06/09/opinion/transnacionales-y-saqueo/
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