TRUMP 2.0 Y LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL
(para acompañar el tamal)
Kajkoj Máximo Ba Tiul[1]
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, tiene entre sus objetivos, hacer que “América Latina” se consolide como su patio trasero. La amenaza de invadir Venezuela y los bombardeos contra embarcaciones de pescadores, bajo la excusa que llevan droga, la entrega del Nóbel a Corina Machado, el triunfo de Millei, en las elecciones intermedias en Argentina, derrota del partido Libre en Honduras, el triunfo de Kast en Chile, las amenazas en contra del gobierno de Petro de Colombia y de Sheinbaum en México, la visita constante de funcionarios de Estados Unidos, como el Jefe de la DEA a Guatemala, el plan de paz en la Franja de Gaza. Convertirse en el gran amigo de Bukele, intentar por todos los medios que Brasil, sea controlado por los bolsonaristas, la libertad de Uribe en Colombia, el obstáculo a los procesos por genocidio en Guatemala, son los primeros pasos de este nuevo proyecto de Trump.
La existencia de una derecha y extrema derecha parasitaria y fascista, en latinoamericana, que no le importa vender su dignidad, con tal de tener unos cuantos mugrosos dólares que les tirara el gobierno del norte o su salvoconducto, comprando su derecho al indulto, como fue con el narco presidente Juan Orlando Hernández. Porque los conocen bien, que son perros hambrientos o animales carroñeros, que nunca les importa resolver los problemas que aquejan a la mayoría de la población.
En su momento José Martí criticó a esta burguesía latinoamericana por su tendencia a imitar lo extranjero, su falta de identidad nacional, su materialismo y su indiferencia hacia los pueblos originarios, viéndolos como un obstáculo para la verdadera liberación, aunque veía en la modernidad una herramienta para la redención si se adaptaba a la realidad americana y se enfocaba en la educación popular y la solidaridad, oponiéndose a la ambición capitalista y al imperialismo de EE. UU. que veía como una amenaza
De tal suerte que la burguesía latinoamericana, como es la guatemalteca, también debería descolonizarse. Para que no ve al norte como del mejor modelo. Que no vea las riquezas de nuestros países, con ambición servil y con un espíritu de acumulación. Que no vea, a quienes quieren territorios más humanos y justos, como contrarios, como los malos, sino como colectivos que quieren lo mejor para todos, para el “bien común”, como la propuesta del sistema de vida de los pueblos originarios, que no solo es político, también es económico, social, espiritual y cultural.
Las burguesías latinoamericanas, deben comenzar a ver, que lo que ellos llaman “nacionalismo”, es una burda mentira, es una construcción imaginaria de su ambición, y por eso tampoco han podido consolidarla y ahora está tambaleándose sobre todo con el cambio del clima que ha provocado su modelo industrial. Que, entienda que en América Latina vivimos pueblos y naciones diferentes, y que esa diferencia debe articularse o integrarse en territorios plurinacionales, no uninacional o unipolares, para hacerle frente al nuevo orden continental que quiere instalar el mal vecino del norte.
La criollada y burguesía latinoamericana siempre ha sido un obstáculo para la integración del continente y para construir naciones como tal, prueba de ello, la mal llamada independencia, como la centroamericana, que fue manoseada por los ancestros de la familia Aycinena y Arzú. Estos desde las independencias se constituyeron con una visión monopolística y acumulativa, construyendo estados gobernados por linajes familiares, que se fundaron en oligarquías, dinastías, y medias monarquías. Fortaleciendo su poder, por medio del nepotismo, que da como resultado la corrupción, la impunidad y ahora formado redes o pactos criminales, para controlar sus Estados, como en muchos países de América Latina y que se envalentonan y se vuelven mucho más criminales, cuando los de abajo se sublevan, como sucedió en Guatemala con la movilización de los 106 días dirigido por los pueblos originarios y que ahora son acusado de terroristas.
El gobierno del norte y a la extrema derecha latinoamericana, sobre todo la que pide intervencionismo en sus territorios, como lo hace la premio nobel y fascista María Corina Machado, el libertario fascista Millei o cuando defienden una burda democracia como lo hace Dionicio Gutierrez y sus monaguillos o los uribista en Colombia, desconocen que el respeto a la soberanía, a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia, son principios fundamentales que deben regir las relaciones entre los Estados.
De ahí, que ven “comunismo” por todas partes, como lo hicieron con muchos presidentes de América Latina, que soñaban con cambios profundos, como Arbenz, Allende, etc y ahora contra la consigna del CELAC, de considerar a América Latina como “Territorio de Paz” y promueven divisiones para que el sueño de muchos, de articular en un solo territorio, no se cumpla. Y por eso van en contra del CARICOM, del MERCOSUR.
Y entonces, la Estrategia de Seguridad de Trump, tendrá eco en demagogos, mafiosos y criminales, que no les importa sacrificar a los pobres y humildes de la región, con tal de tener mugrosos dólares y euros en sus bolsillos.

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