jueves, 9 de julio de 2015

Ruptura del sistema de representación. Una extraña piedra de toque.



HELMER VELÁSQUEZ
 La ruptura del sistema de representación ocurrió en el momento, causa y actor menos esperado. Siempre pensamos que sería el hastío social generado por emisión de leyes impopulares, la prepotencia y mediocridad de los políticos de antro que nos gobiernan lo que terminaría por socavar la representación que por apropiación indebida estos ostentan; se trata de una serie de sujetos –la cúpula– cuya ventaja comparativa en relación al resto de la ciudadanía, –es y– ha sido estar organizados de conformidad con la Ley Electoral y tener el derecho exclusivo de postularse a cargos de representación popular y bailar al son que les toquen los poderes reales de este país. Obviamente, en las dictaduras militares fue peor: casi como hoy.

Sin embargo, al alba de la democratización: allá por 1985, se pensó que el problema de la representación popular –una vez finalizada la dictadura formal– estaría constituido por la ideología que profesasen los cuadros políticos a quienes la población otorgara el mandato y que en razón de aquella, estos tomarían medidas de Gobierno que pudiesen afectar o beneficiar a sectores determinados de población. Ilusa ciudadanía chapina. Pronto se despejó la duda, bastaron los primeros cuatro años de gobierno democrático, para que quedara claro que Vinicio Cerezo y su círculo “cuaz” estaban dedicados a capear golpes de Estado provenientes de los dinosaurios y al jolgorio “propio de la edad”; la ideología Demócrata Cristiana había quedado debidamente acondicionada en el librero. De allí en adelante todo quedó claro: antes que se proclamase en el mundo: el fin de las ideologías; ya los partidos políticos del país –siempre chispudos– las habían declarado superadas y alegremente se dedicaron a desmantelar y saquear al Estado. Así ha sido hasta nuestros días.

Cada coalición electoral en sus cuatro años de gloria, pretendiendo demostrar que gobiernan y no solo reciben órdenes del poder fáctico y expreso emite alguna medida dedicada a los pobres, que generalmente está en consonancia con decisiones de las instituciones financieras internacionales, así hemos tenido: Fondos sociales, Fondo de tierras, fertilizante, bolsa de alimentos, comedores populares, refacción escolar; y para “quedar bien”, privatización de: EEGSA, Telgua, exoneración fiscal sempiterna, licencias mineras, frecuencias radioeléctricas y por aquello del poder: refinanciamiento al Instituto de Previsión Militar y para los políticos: obra con sobra. En síntesis todos felices. Abrupto fin del episodio: Conferencia de prensa con tono colombiano; es la piedra de toque. Renuncia una, el chafa mayor se atrinchera. Abjuramos de los políticos. Nadie se siente representado. Extraña sociedad la nuestra.
http://elperiodico.com.gt/2015/07/09/opinion/ruptura-del-sistema-de-representacion/

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