LOS HABITANTES DE EL ESTOR HAN VENIDO RESISTIENDO HISTÓRICAMENTE.
Por: Miguel Ángel Albizures
No es posible saber cuántos obreros han dejado su vida en las minas de níquel desde la concesión de explotación que les diera el gobierno de facto del coronel Enrique Peralta Azurdia en 1965, pues solo podemos saber del asesinato fríamente planificado de insignes guatemaltecos que se opusieron y denunciaron al pueblo los negocios sucios de los gobiernos de esa época y de los efectos al territorio y medio ambiente que provocarían.
Así, tenemos que recordar al paladín de la justicia, la dignidad y la soberanía, Adolfo Mijangos López, asesinado el 13 de enero de 1971, en la época delChacal de Oriente, que, al servicio de la Exmibal, no dudó en asesinar en su silla de ruedas a quien había levantado su voz contra esa empresa. A temprana edad, Fito Mijangos fue un férreo defensor de la democracia y los recursos naturales, se opuso junto a más de 30 distinguidos guatemaltecos al régimen nefasto de Carlos Castillo Armas y, como diputado al Congreso, dio recias batallas contra el oportunismo y el entreguismo.
Cuando se habla de la Exmibal, hay que recordar aquellos otros eminentes profesionales patriotas que, en 1979, hicieron un estudio de los impactos radioactivos de la minera en Guatemala, siendo ellos Rafael Piedrasanta Arandi, Julio Camey Herrera, Alfonso Bauer Paiz y Adolfo Mijangos López, quienes sufrieron atentados y dos de ellos murieron asesinados, salvándose de milagro Alfonso Bauer y Piedrasanta, que tuvieron que salir al exilio para salvar la vida.
No hay que olvidar que, según Alfonso Bauer Paiz, hasta el Código de Minería aprobado en el gobierno de facto del coronel Enrique Peralta Azurdia en 1965 fue redactado por un técnico de la compañía de níquel, que, en ese tiempo, se llamaba Inco. Exmibal, y que tendría la concesión para explotar esas tierras por 40 años y extraer, además del níquel, cobalto y otros minerales. Hasta dicen que extraen uranio.
Hoy la novedad es la extracción de “tierra rara”, que tan bien pagada está en el mundo. Por eso, la historia de la Exmibal es una historia de sangre y muerte, tanto de trabajadores como de intelectuales.Con cambios de nombre empresarial, la situación sigue siendo la misma. No solo la expoliación de los bienes naturales, sino los daños al ambiente y los efectos en la salud de la población.
Los habitantes de El Estor han venido resistiendo históricamente a la mina por los efectos depredadores que han tenido en su territorio y por la onerosa concesión de los gobiernos de turno, que no representa beneficios para el país. Hoy, como ayer, se impone la restricción de garantías, se moviliza a cientos de militares, se allanan casas, se encarcela a la principal dirigencia o se le obliga a salir del pueblo, todo en defensa de los intereses de la compañía que se queda con la tajada más grande del pastel y le deja las migajas a Guatemala y los serios daños al territorio que explota.
https://elperiodico.com.gt/opinion/opiniones-de-hoy/2021/11/11/el-estor-una-historia-de-explotacion-y-muerte/
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