PERO TAMPOCO SE SALVAN LOS DIPUTADOS, ENFIESTADOS CON RECURSOS DEL PUEBLO.
Por: Miguel Ángel Albizures
En estos días el presidente Giammattei presentará informe de sus supuestos logros obtenidos en el segundo año de gobierno, no así de las metidas de pata ni mucho menos hablará de los desfalcos de dinero del Estado que sus funcionarios han hecho. Si él tiene la mano embarrada, el tiempo lo dirá, pues como siempre en Guatemala las cosas se comprueban mucho tiempo después, aun cuando las denuncias hayan sido permanentes sobre los negocios sucios en que altos funcionarios han participado. El Presidente puede presentar el informe con flores y maripositas, pero lo que cuenta son los actos y las acciones, su comportamiento hacia la prensa, lo mal que se prestan los servicios al pueblo, las violaciones a los derechos humanos y la falta de cumplimiento de sus obligaciones internacionales en la materia.
Sí, el próximo 14 de enero se cumple un año más de gobierno y un año más de decepción de una importante parte del pueblo que ha criticado y rechazado su gestión, que, pese a la pandemia, se expresó en protestas frente al Palacio Nacional y frente a la propia Casa Presidencial, exigiendo su renuncia. Lamentablemente, no solo tiene cuero duro, como dirían los abuelos, sino tampoco sus funcionarios van a dejar el botín del que están haciendo su agosto.
Pero tampoco se salvan los diputados, enfiestados con recursos del pueblo y felices por un nuevo año que inician de luna de miel con el Poder Ejecutivo, cobrando altos salarios y recibiendo dádivas de diversos sectores por sus servicios y sin cumplir con sus obligaciones, como es elegir nuevas cortes, que también se están enquistando en el poder, para garantizar la permanencia del Pacto de Corruptos, que seguirá haciendo de las suyas sin que la justicia se imponga, pues también cuentan con la Fiscal General, que ha hecho cambios en las principales fiscalías para garantizar que no haya persecución penal.
El sector económico, representado en el Cacif, seguirá con los brazos cruzados, pues se trata de un gobierno a su servicio que les deja grandes dividendos, y por ello les importa poco que el país se hunda y que no existan proyectos que contribuyan a superar la crisis política y económica, pues su único interés es seguir siendo beneficiados. Lo mismo podemos decir del Ejército y de muchos de sus elementos, que pueden traficar libremente y seguir formando parte de la institución armada y hasta ser premiados con altos puestos en el Gobierno, pues también varios funcionarios forman parte de la red de narcotráfico que se extendió a lo largo y ancho del país.
Por lo visto, Giammattei continuará gobernando, pues hasta el momento la situación le sigue favoreciendo, al no haber una respuesta contundente del pueblo. Ojalá la prensa y los periodistas sigan denunciando, a pesar de los riesgos que corren de censura, amenazas, restricciones a la libre expresión, negación de acceso a la información pública y criminalización, como lo denunció la Asociación de Periodistas de Guatemala en su último comunicado: “A pocos días de concluir su segundo año de mandato, la administración de Alejandro Giammattei se convierte en el periodo de gobierno en el que más violaciones, restricciones, ataques y censura contra la prensa se han cometido en Guatemala, con 284 actos hasta la fecha”
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