GUATEMALA: DIEZ DE MAYO HISTÓRICO

EL DIARIO “LA JORNADA” DE MÉXICO TITULÓ “GENOCIDA”, CON UNA FOTO EN GRANDE DE RÍOS MONTT

Por: Miguel Ángel Albizures

Nueve años se cumplieron el pasado 10 de mayo, cuando la abarrotada sala de vistas de la Corte Suprema de Justicia retumbó en aplausos y gritos de emoción, porque el tribunal, presidido por la jueza Yassmin Barrios, anunció la sentencia de 80 años de prisión por genocidio al General Efraín Ríos Montt. La sentencia después fue anulada, no porque no fuera justa y seriamente fundamentada, sino por la influencia de quienes también fueron responsables de múltiples masacres en el campo guatemalteco. 

Es un día que ha pasado a la historia y que no podrán borrarlo de ella, porque el mundo recibió la noticia con beneplácito, y muchos fueron los titulares de los diarios reconociendo que Guatemala se encaminaba hacia la justicia. El diario La Jornada de México tituló Genocida, con una foto en grande de Ríos Montt, con un pie de grabado que dice: “Un tribunal de Guatemala declaró al exdictador Efraín Ríos Montt culpable de genocidio y crímenes de lesa humanidad y lo condenó a 80 años de prisión”. Después, en la nota de Blanche Petrich, se da cuenta de las mil 731 personas masacradas en la región ixil y dice que “reconocer la verdad ayuda a sanar las heridas”, refiriéndose a lo afirmado por los jueces. 

Recordamos ese día, porque hoy se encuentran en el banquillo de los acusados nueve miembros de la Policía y del Ejército, acusados de crímenes de lesa humanidad, especialmente por los casos de desaparición forzada que aparecen en el llamado Diario Militar. Para mala suerte de ellos, cayeron en las manos de un juez digno, no corrompido ni pistero, sino alguien que ha hecho historia por los casos emblemáticos que ha llevado y en los cuales no le ha temblado la mano para decidir, ni las amenazas y presiones han surtido efecto en sus fallos. Por ello, no es raro que hoy sufra las amenazas de la Fundación Terrorista y de Méndez Ruiz, conocido ultraderechista, cuyo padre, cuando murió, estaba siendo juzgado por crímenes durante el conflicto armado interno.

 El juez Miguel Ángel Gálvez los mandó a juicio, no sin antes haber tenido a la vista innumerables documentos y testimonios que dan fe de múltiples ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones y violaciones sexuales de más de 190 personas, hombres, mujeres, niños y ancianos. Por supuesto que son muchos más los crímenes que cometieron y muchos otros más los responsables. 

El juez Gálvez merece todo el apoyo y la solidaridad del pueblo, pues ha expuesto su vida para que sepamos la verdad de los hechos y para que los responsables del genocidio y crímenes contra la humanidad sean juzgados y paguen con la cárcel los múltiples delitos y masacres que cometieron. Los victimarios de este país, indudablemente, quisieran que el juez Gálvez tomara el camino fácil de corromperse y voltear la cabeza hacia otro lado, ignorando los crímenes de lesa humanidad cometidos por estos sujetos. 

Algunos estarán deseando que se vaya al exilio, como han tenido que hacerlo más de 15 operadores de justicia, porque su vida corría peligro. Hay tantos intereses en juego que la salida de jueces dignos como Gálvez favorece a funcionarios de gobiernos, al poder económico y, por supuesto, al Ejército, que se manchó de sangre las manos a lo largo del conflicto, como ha quedado demostrado con la salida de Juan Francisco Sandoval y el fiscal que lo sustituyó beneficiando a los corruptos, o de Erika Aifán y el juez sustituto que ha comenzado a favorecer a esos poderes oscuros. 

Finalmente, quiero recordar que los medios de comunicación informaron ayer que Toribio Acevedo Ramírez fue capturado en Panamá; dentro de la corrupción de la que es acusado, hay que tener claro que él es otro de los responsables de múltiples crímenes en los años setenta y ochenta. Ojalá la justicia siga caminando en nuestro país.

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