MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES |
Como siempre, los cacifes impusieron su voluntad en el precio de las tarifas en Puerto Quetzal y Portuaria Santo Tomás, no podía esperarse otra cosa del poder económico, que sigue siendo el verdadero poder tras el trono, es decir, el que manda, el que decide y el que impone. Ya con anterioridad se manifestaron contra los tributos que se imponen al cemento y a la telefonía y, contundentemente, contra el aumento de las regalías que deben pagar las compañías mineras, y según información de elPeriódico, el presidente de la Cámara de Comercio, Jorge Briz, amenazó con un paro patronal como “medida de presión para que se anulen los nuevos tributos”, y todos sabemos lo que representan sus amenazas.
Hay que entender que cuando ellos, los cacifes, hablan de paro patronal, están hablando de un golpe de Estado si no se les obedece. Lo sucedido en los últimos días, demuestra que hasta los miembros de la fuerza armada agachan la cabeza y se ponen como los cacifes quieren, pues el General Presidente, dio un paso atrás en el caso de las portuarias y los seguirá dando a pesar de sus declaraciones, por eso dijo Hermann Girón, presidente de las Cámaras patronales, “se lograron consensos, salimos satisfechos en que los ingresos de los puertos han crecido, mejoraron sus inversiones y que los intereses del sector privado organizado han sido escuchados”, faltaba más, aquí en esta hacienda, en materia económica se hace lo que ellos quieren y, en muchas décadas, jamás se ha afectado sus intereses.
La niñez guatemalteca puede seguir esperando y muriendo de hambre, pero ¿qué les importa a ellos la muerte de la niñez por desnutrición? Nada, absolutamente nada, pues históricamente está demostrado que jamás han aceptado soltar un centavo para la inversión social, ni han permitido cambiar la tasa tributaria, que es la más baja de América Latina, con el pretexto de que los funcionarios todo se lo roban, pero además evaden impuestos sin escrúpulo alguno, pues no hay persecución penal que los ponga en cintura.
Desgraciadamente, al cerrar el año, el crimen organizado sigue viento en popa, aumentan los escándalos de corrupción; de tráfico de influencias; de violencia incontrolable; de asesinatos bestiales de niñas y mujeres y con más de dos millones de guatemaltecos que padecen hambre, además del 49 por ciento de niñez desnutrida, mientras se tiran al cesto de la basura los Objetivos del Milenio. Hasta el momento, el gobierno se ha salvado como gato panza arriba, pero quién sabe si terminará su periodo, pues depende mucho de las concesiones que le sigan haciendo a los dueños de la finca.
http://elperiodico.com.gt/es/20141218/opinion/6350/Seguir%C3%A1n-mandando.htm
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