sábado, 14 de mayo de 2016

Nuestro Luis de Lión. La impunidad no ha logrado apagar esa luz que ilumina los caminos hacia la justicia.

ANAMARÍA COFIÑO K.
El escritor Luis de Lión es una de las miles de víctimas de las fuerzas represivas que en los años ochenta persiguieron, capturaron, desaparecieron y asesinaron a quienes consideraba enemigos internos que ponían en riesgo al sistema de injusticias que hasta hoy prevalece en Guatemala.
Luis nació en el pueblo de San Juan del Obispo, cercano a la ciudad de La Antigua, el 19 de agosto de 1939, hijo de campesinos pobres que con su trabajo obtenían mínimos insumos para la sobrevivencia. Procrearon cinco niños, de los cuales murieron tres por la miseria en que vivían. La madre, María Venancia, luchaba para que Luis y su hermana Lorenza, tomaran al menos un vaso de leche diario entre los dos. Esa fue la razón por la cual le dedicó a ella los poemas más combativos que escribió.
Pese a esas inmensas dificultades, Luis se graduó en el Instituto Normal de Varones Antonio Larrazábal como maestro de educación primaria, profesión que ejerció en aldeas, caseríos y parcelamientos del área rural en distintos departamentos del país.
Sin posibilidades de estudiar en la universidad, Luis se fue formando de manera autodidacta, leyendo y escribiendo, al tiempo que enseñaba. En la capital entró en contacto con intelectuales que compartían inquietudes similares, el interés en comprender su país y la necesidad de llevar a cabo acciones que transformaran esa realidad tan injusta y dolorosa. Gracias a su apoyo, en 1972 consiguió plaza como maestro y se trasladó con su esposa Tula y sus dos hijos a un cuartito en la colonia
La Florida.
Ese mismo año, obtuvo el segundo premio en los Juegos Florales de Xela, por su novela El tiempo principia en Xibalbá, obra que le ha valido destacados reconocimientos a nivel nacional e internacional y que sigue siendo uno de los libros más importantes de la literatura guatemalteca contemporánea por su contenido social y por un estilo particular que lo distingue.
En el documento llamado Diario Militar, archivo que contiene fichas de 183 personas capturadas por los escuadrones de la muerte entre agosto de 1983 y marzo de 1985, aparece la ficha número 135, con el nombre de José Luis de Lión Díaz, foto de su cédula de vecindad marcada con una zeta que indicaba la organización a la que pertenecía, y los datos del día y hora en que fue secuestrado el 15 de mayo de 1984, en la 2a. avenida y 11 calle, zona 1, y calzada con el código 300 y la fecha del 5 de junio de ese año, que significaba su ejecución extrajudicial.
Con este pequeño texto honramos la memoria de un hombre ejemplar. El trabajo que su hija Mayarí lleva a cabo con la juventud en su pueblo situado en las faldas del volcán de Agua es muestra de su digna herencia, y continuación de las luchas que siguen vigentes por construir una Guatemala buena para todas las personas.
http://elperiodico.com.gt/2016/05/14/opinion/nuestro-luis-de-lion/

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