LO QUE DEBEMOS TENER CLARO ES QUE SI NO SOMOS NOSOTROS QUIENES DEFENDAMOS NUESTROS DERECHOS, NADIE LO VA A HACER.
Por: Miguel Ángel Albizures
Estamos viviendo momentos sumamente difíciles, el ejercicio de los derechos está siendo amenazado, y entre ellos, el de la libertad de prensa y de expresión, que tienden a restringirse Indudablemente, quienes quieren limitarnos aprovechan la situación de inmovilización que provoca la pandemia, por el miedo al contagio y la disminución de servicios como el transporte público, lo que no permite al pueblo expresarse públicamente y oponerse a hechos que demuestran el camino hacia una dictadura.
Pero es necesario despertar del letargo antes que sea demasiado tarde. El pueblo tiene derechos y debe seguirlos ejerciendo, defendiendo, reclamando. La libertad de expresión, además de ser un derecho humano, es un derecho fundamental para el ejercicio del periodismo y de la ciudadanía frente a cualquier gobierno, pues la libertad de expresión está íntimamente ligada a las manifestaciones del pensamiento; según el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”, lo cual a su vez abarca también la libertad de prensa y el acceso a la información. Prácticamente, lo mismo dice el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
También los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos establecen que todas las personas tienen derecho a difundir información, por cualquier medio, y para ello necesita tener acceso a la misma. Pese a que tenemos una Ley de Acceso a la Información Pública, las y los funcionarios bloquean ese acceso de diferentes maneras, ya sea negándola, retrasando su entrega o simplemente evadiendo el cumplimiento de la ley.
En materia de derechos, nuestro país es bastante respetable. De entrada, la Constitución Política de la República de Guatemala, desde sus primeros artículos, garantiza expresamente el ejercicio de los derechos ciudadanos, señalando en sus artículos 4y 5 la libertad e igualdad, así como el derecho de hacer lo que la ley no prohíbe, llegando a contemplar la inviolabilidad de la correspondencia y libros, así como la privacidad de las comunicaciones por cualquier medio. Su artículo 28 se refiere al derecho de petición; el 29 al libre acceso a tribunales, dependencias y oficinas del Estado; el 30 al acceso a la información; y el 35 a la libertad de emisión del pensamiento. Muchos funcionarios públicos y judiciales están violando estos derechos constitucionales, al negar el acceso a la prensa y a la ciudadanía a los procesos jurídicos relacionados con violaciones a derechos humanos y corrupción. Al negarle el acceso a la prensa, también le niegan a la población el acceso a esa información. Lo que debemos tener claro es que si no somos nosotros quienes defendamos nuestros derechos, nadie lo va a hacer. La unidad y la organización del pueblo es clave para impedir la anulación de derechos fundamentales que han costado tanta sangre y lucha de varias generaciones de guatemaltecos y guatemaltecas.
https://elperiodico.com.gt/opiniones/opinion/2022/06/30/la-pandemia-no-debe-paralizarnos/
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