viernes, 2 de enero de 2015

Terror a la verdad y a la justicia (#SíHuboGenocidio)

JORGE SANTOS
 El otrora dictador, “valiente” para sus discursos dominicales y para afirmar que él tenía el poder sobre el ejército, hoy lucha junto a un séquito de abogados para impedir a todas luces la justicia y con ella la verdad. Muchas fueron las artimañas utilizadas en el pasado reciente para impedir que la justicia hiciera su fiel de balanza y pocos los resultados. El 10 de mayo del 2013 el Tribunal Primero de Mayor Riesgo A sentenció a 50 años de prisión por el delito de Genocidio y 30 más por el de Deberes contra la Humanidad, al ex dictador Efraín Ríos Montt.

Sin lugar a dudas, las cosas en la vida son más sencillas de lo que parecen, hoy como siempre, el pueblo Ixil sabe que su cruel e inhumano verdugo purga una sentencia por Genocidio, al igual lo saben los pueblos del mundo. Sin embargo, el hoy sentenciado junto a unos cuantos, pero poderosos, pretenden ocultar la verdad y con ello que la justicia no los alcance. Retorcidos caminos han tomado para lograr su cometido, pero a la fecha no lo han logrado, los ojos de la humanidad están puestos en el genocida y su séquito y eso les aterroriza.
Por varios años y por varios medios, su séquito de abogados ha pretendido alcanzar la amnistía para Ríos Montt el Genocida y simplemente no han podido. Lo encumbraron presidente del Congreso de la República para agenciarle inmunidad, aunque esta no le sirviera para salir del país, luego han intentado y han fracasado en más de una docena de veces que la Corte de Constitucionalidad les otorgue la amnistía, a partir de una retorcida interpretación de la Ley de Reconciliación Nacional; realizaron un intento vía el Congreso y no han podido, pareciera ser que no hay dinero que sea suficiente para alimentar aquel monstruo corrupto e impune construido al amparo de la contrainsurgencia, que hoy haga caso a los caprichos de aquel “valiente” dictador.
Luego de la sentencia del 10 de mayo dictada por el Tribunal Primero de Mayor Riesgo A, aquellos que financiaron el Genocidio, en asamblea permanente, movieron los hilos de la impunidad para que la Corte realizara una resolución tipo Frankestein y lograra así darles la tranquilidad de ganar tiempo y pensar en los mecanismos que harían posible liberar a Ríos Montt el Genocida. Este tiempo les permitió maniobrar para recortar el mandato constitucional de la Doctora Claudia Paz y Paz como Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio Público y colocar a una fiscal más cercana a sus intereses de impunidad. Pero también les sirvió para modificar el escenario de la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Apelaciones dado el terror que le tienen a la justicia y a la verdad.
Ahora con un aparente escenario favorable para que las y los impunes se apropien del Sistema de Justicia, su terror es tal que han emprendido nuevamente una serie de acciones que pretenden librar del nuevo juicio, que sentara por segunda vez ante una corte nacional al ex dictador Efraín Ríos Montt y su temible jefe de inteligencia militar.
Los que defienden la ignominia de un delito de Lesa Humanidad se han esforzado por diversos medios para intentar esconder el sol con un dedo, inventando términos absurdos, incluso ridículos algunos, para legitimar socialmente la cometida de violencia generalizada contra los Pueblos y en particular en este caso contra el Pueblo Ixil. Este grupo de personas autonombrados libertarios también le temen a nivel de pánico a la justicia y por ende a la libertad que dicen defender.
En estos días decisivos la sociedad guatemalteca observara el talante de las y los juzgadores del sistema de justicia, dos procesos están siendo ventilados, el primero de ellos una orden de la Corte de Constitucionalidad hacia la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, la cual dicta que dicha Sala argumente los motivos por los cuales no es posible otorgarle amnistía a Ríos Montt el Genocida. El segundo proceso lo lleva la Corte Suprema de Justicia, la cual deberá establecer si acepta la recusación planteada por la defensa del ex dictador de dos de las juezas que componen el Juzgado Primero de Mayor Riesgo B, el cual debería iniciar el nuevo juicio este 5 de enero.
Así que el terror a la justicia y a la verdad se expresa a través de acciones en el marco legal, con el fin de entorpecer, limitar y obstaculizar cualquier proceso penal contra Ríos Montt el Genocida. Además, dicho terror también se expresa en la búsqueda de legitimidad social a partir de personajes que escriben para negar los hechos y/o para desacreditar a las víctimas del Genocidio y/o a las organizaciones que les acompañan.
Es necesario recordar que cualquier resolución en esta materia debe fundamentarse a partir de y en coherencia con la jurisprudencia establecida en múltiples sentencias de la Corte de Constitucionalidad y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las cuales han establecido todas las razones por la que no es aplicable ninguna ley de amnistía en la persecución penal de Genocidio. Por último, cabe referir lo dicho por el Juez Thomas Buergenthal (1): “La justicia es pilar esencial de toda democracia y la reparación por violaciones graves de derechos humanos es parte fundamental de ella. En ese sentido, es importante recordar que según el derecho internacional las amnistías para crímenes de lesa humanidad y genocidio no son válidas. Acciones contrarias a este principio podrían acarrear responsabilidad internacional”.
http://elsalmon.org/terror-a-la-verdad-y-a-la-justicia-sihubogenocidio/

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