El sábado pasado, con la presencia de unos 4 mil delegados, hombres y mujeres, muchos de ellos jóvenes, se constituyó la Convergencia por la Revolución Democrática (CRD), que de entrada reconoce autocríticamente que las diversas fuerzas políticas y sociales de izquierda han sido incapaces de sobreponerse a los intereses particulares y que, en la actualidad, no hay un solo proyecto político revolucionario que les articule y es, ante esa situación, que nace la CRD “como un esfuerzo real, honesto, transparente, democrático, y participativo”, pues es el fruto del esfuerzo de diversas organizaciones sociales y de pueblos indígenas “quienes tras un largo proceso de reflexión y cuestionamiento de la situación política, económica, social, cultural y medio ambiental del país” llegaron a la conclusión de ofrecerle una alternativa al pueblo.
En este esfuerzo participa el Partido Alternativa Nueva Nación (ANN), que se supone solo prestará la ficha para la participación política electoral, pero será la Convergencia, desde sus bases, quien tomará las decisiones políticas más importantes, de lo contrario se corre el riesgo de la utilización de las organizaciones y se encaminarían al fracaso en la construcción de una alternativa de izquierda capaz de disputar el poder a los sectores más reaccionarios. Este aspecto quedó claro en las diversas exposiciones de los líderes y en el documento fundacional que define propósitos políticos, estrategia, planteamientos ideológicos y hasta su agenda política y económica.
Hace poco tiempo, URNG y Winac realizaron una asamblea y dieron a conocer el nombre de su candidato a la presidencia, pero aún no toman conciencia de la importancia de la unidad de todas las fuerzas sociales y que solos están condenados una vez más al fracaso; por ello es importante poner atención a este nuevo esfuerzo de unidad en donde los movimientos sociales y pueblos indígenas tomarán las riendas de las decisiones y que están planteando que: “En esta construcción reconocemos que los procesos de unidad entre las diversas expresiones políticas revolucionarias y de izquierda no son un proceso fácil. Existen naturalezas y propósitos diferenciados que tenemos que aprender a conciliar, aceptar y asumirlos con objetividad y voluntad política. Por eso son los aspectos estratégicos los que deben marcar el rumbo de la unidad de las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias; por ello una prioridad será trabajar todos los aspectos vitales que permitan consolidar y fortalecer la Convergencia, como el proyecto político y su programa, el respeto, la tolerancia, la horizontalidad, el consenso, la transparencia, la confianza política y la solidaridad internacionalista”. Comprobado está que la participación solitaria de ninguna de las expresiones de izquierda, es capaz de poner en qué pensar a la derecha reaccionaria y, por eso, hay que sacrificar los intereses particulares y hacer alianzas políticas y de unidad sin condiciones, de las fuerzas democráticas y de izquierda que garanticen la toma del poder y la transformación de Guatemala.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140918/opinion/2027/Importante-esfuerzo-unitario.htm
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