Opinión: elperiodico.com.gt
Barillas + treinta y tres
Nadie en el sistema repara en la justeza de la lucha campesina..
HELMER VELÁSQUEZ
La conmoción social en el municipio de Santa Cruz Barillas no toca a su fin, lejos de esto se continúan desencadenando sucesos cuya connotación pone en relieve la condición del Estado guatemalteco: patrullajes militares, órdenes de captura, amedrentamiento clandestino; se persigue a la ciudadanía opuesta al uso del agua para la construcción de una hidroeléctrica. Los responsables, figuras fantasmales sin identificar, hombres vestidos de civil. Barillas vive momentos de angustia, se presiente una situación de crisis, volvió el ambiente del conflicto armado interno. Bufetes de abogados en Huehuetenango y el sistema judicial en su conjunto enfilan lo mejor de sus esfuerzos por construir casos en contra de los comuneros. Nadie en el sistema repara en la justeza de la lucha campesina y q’anjob’al. Se trata de reprimirlos, de escarmentarlos. Esto trae a la memoria los azotes y la cárcel para los amotinados durante el ciclo colonial. Poco ha cambiado en la pretensión –criolla– de hacer de los indígenas seres subalternos, personajes sin mirada política, seres inanimados objetos de manipulación.
Por el contrario, al Ejército nacional se le transfieren fondos –se le premia–, Q10 millones del erario público. “Hay que equipar a la fuerza, para combate del crimen organizado”, sin embargo, a juzgar por las cifras de delincuencia en el país, los uniformados han sido totalmente inefectivos. Significa entonces, que el nuevo equipo tendrá como destino, la población, los rebeldes, los testarudos, los indígenas. Qué puede uno pensar si la realidad supera cualquier intento de ver las cosas de otro modo. Como puede uno explicarse la elevada capacidad de memoria de un testigo protegido, que la fiscalía presentó en el juicio en contra de los comuneros de Barillas, este logró individualizar 33 nombres, de “autores materiales e intelectuales” de los sucesos del primero de mayo del corriente año, incluso señalar su lugar de habitación. Envidiable capacidad memorística.
De qué sirven las reformas constitucionales e incluso una lírica declaración sobre pueblos indígenas, si continúa la práctica del repartimiento y la distribución de las tierras “realengas”, lo primero expresado en mano de obra mal pagada y la segunda en la modalidad de libre concesión, sin más consideración que la máxima ganancia. Por momentos se tiene la sensación de que la Patria del Criollo continúa vigente. Democracia, libertad, justicia social, conceptos vacíos sin más pretensión que ornamento para la Constitución Política.
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