Apoyemos a la Fiscal General para que luche por su reelección.
Miguel Ángel Albizures
Derribar los muros de la impunidad que imperan en el país, parece difícil, pero no imposible, pues quienes los han construido con cemento, piedrín, huesos de pollo, palma africana, azúcar y coca disueltos con toneladas de cerveza, licor o petróleo, con su actitud intolerante e impositiva cada vez más empujan al pueblo a decidirse por cambiar el país del que ellos se han apropiado palmo a palmo.
Todos sabemos y hemos tomado conciencia de que en las decisiones impunes de las cortes o de los tribunales siempre está la mano peluda de los de siempre, de aquellos que creen que la democracia tiene razón de ser, en la medida que ellos tienen la libertad de hacer los negocios y las alianzas que les da la gana. No importa si es con las grandes transnacionales o con los carteles de la droga de cualquier país, lo importante es garantizar que nadie se meta en sus negocios, y es por eso que necesitan e imponen funcionarios que les sirvan de parapeto.
La Fiscal General, los fiscales, los magistrados y jueces probos son un estorbo para sus perversos fines, para el enriquecimiento ilícito y para seguir haciendo de Guatemala su finca, y del pueblo su vasallo. No son los seis meses más que estaría la Fiscal General lo que les preocupa, sino lo que ha hecho al frente del Ministerio Público al meter el dedo entre el pus maloliente que sigue carcomiendo los cimientos del país. Eso es lo que no perdonan, porque el narco y crimen organizado deben seguir moviéndose a sus anchas, el contrabando debe continuar viento en popa, las concesiones mineras no tienen que tener trabas y los crímenes del pasado deben quedar impunes. Por eso posaron todos juntos para la foto, y pagaron aliados para que se manifestaran en contra del juicio por genocidio.
Obedientes políticos que ellos siguen financiando, militares responsables de hechos del pasado, periodistas o columnistas de varios medios, celebran cualquier decisión que violente el Estado de Derecho, porque de lo contrario no seguiría reinando la impunidad que necesitan para sus negocios. El vaso está por rebalsarse, ojalá que no sea así, ojalá que podamos recuperar y transformar el país y el Estado sin la violencia a la que, hoy, la oligarquía del país está empujando a la población. Sí, derribemos los muros de la impunidad, denunciemos a los responsables, condenémoslos unánimemente y apoyemos a la fiscal para que luche por la reelección, porque ella garantiza la independencia del MP de los poderes fácticos, y que los crímenes y desfalcos de ayer y de hoy, no queden impunes.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140213/opinion/242588/
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