Todos los días mueren miles de personas
alrededor del mundo, a causa de: trata
con fines de explotación sexual, tráfico de órganos, esclavitud,
hambruna, secuestros, tortura, sin
embargo; estos decesos y atrocidades no son noticia mundial como sucedió con
la muerte de una Miss en Venezuela que,
recibió un balazo en la cabeza mientras con su camisa blanca participaba en las
manifestaciones que su misma ultraderecha convoca para provocar a un pueblo que resiste al ataque
del capitalismo. Su derecho a manifestar tiene,
la pérdida de una vida se lamenta
porque no se pelea contra la vida, se defiende el derecho de la
soberanía para vivir con dignidad, por esa razón es que el pueblo rojo está en
alerta, porque no permitirá que el embuste camisa blanca se apropie de la
redención de una tierra honesta. Si en el camino caen camisas blancas y corazones rojos pues es parte del precio.
Ninguna manipulación los hará retroceder.
Inmediatamente la imagen de la hoy
difunta se regó como pólvora en medios de comunicación internacionales. “ Muere
una Miss a causa de las violentas manifestaciones en Venezuela”, “Maduro es
necesario que salga del poder”, “El pueblo de Venezuela pide la renuncia de
Maduro”, “Sangre y muerte en Venezuela”, “No más comunismo ni dictadura en
Venezuela” “Muere una Miss por defender su libertad”. Y así va el rosario de
portadas en periódicos, revistas y medios de comunicación que solapan y atizan la intención de la ultraderecha de
enviar tropas estadounidenses a invadir Venezuela, hacer matazones, torturar,
irrespetar los derechos humanos de un pueblo digno y robarle su libertad y
apropiarse del petróleo.
Porque no vaya a creer usted que ellos
han formado esta cadena de amarillismo internacional solo porque quieren ir
a poner una venta de arepas. En los
consulados venezolanos en Estados Unidos no se hicieron esperar las
manifestaciones de las camisas blancas que son; esas mujeres que salen de Venezuela compradas por un gringo adinerado
porque ellas aceptaron venderse para poder tener un nivel de vida digno de una
camisa blanca: gimnasio todos los días para mantener la figura, parir con
cesárea para que no echar a perder la única cualidad con la que hacen felices a sus esposos, viajes
vacacionales al extranjero, compras en centros comerciales de renombre, carros
de último modelo y mansiones en las afueras de la ciudad, todo el beneficio por
el único esfuerzo de saber abrir bien las piernas y mantener la figura esbelta,
el cerebro intacto y la conciencia desaparecida.
Ellos están en puñados en las afueras de
los consulados pidiendo la renuncia de Maduro, ellos que nunca han caminado por
un sendero de tierra porque salieron de sus casas en suburbio directo a un avión para
llegar a otra casa en suburbio en nación capitalista. Ellos piden la renuncia
de la Revolución Bolivariana, fíjese pues,
solo eso les pide el cuerpo.
Ellos que nunca han ido a un barrio
popular a ver cómo se levanta diariamente el pueblo honrado para transformar y
edificar el valor de la Revolución. Ellas que todo lo han recibido en la palma
de sus manos, sin esfuerzo alguno. Ellas
que jamás se atreverían a abordar un autobús en el centro de Caracas ni a
asistir a una universidad autónoma, pero sí abren las piernas a quien las ha
comprado con sus dólares. Que dejaron de hablar español para encajar en la
soberbia de un sistema que condena pueblos en resistencia. Casualmente la memoria les volvió y recordaron que eran
venezolanas justo ahora que los camisas blancas quieren desteñir la roja sangre
de la decencia ancestral.
Ahora resulta que artistas de pacotilla
se unen al pueblo venezolano y salen en los medios de comunicación con banderas
del país que parió a Chávez, ni más ni menos, pero la pregunta es, ¿qué pueblo?
¿Qué significa pueblo para ellos? Porque el pueblo real en Venezuela es rojo no
camisa blanca, si están defendiendo la soberanía del pueblo deberían exigir a
Estados Unidos que saque sus narices del petróleo venezolano y exigir a los
medios de comunicación nacionales e internacionales que dejen de alterar
imágenes de las manifestaciones con el
único motivo de proyectar una
información sesgada y falsa de la realidad que se está viviendo en el país de
la Revolución Bolivariana. Pero pedir dignidad a quienes desde siempre han sido
vendidos es gastar pólvora en sanates.
Fíjese pues que ahora del aire resulta
que la gente sabe de política y ubica a Venezuela en el mapa y se indigna con
la forma en que el pueblo es martirizado y esclavizado por un tirano llamado
Maduro, como también lo fue por un tal Chávez que dicen que era sanguinario,
porque tuvo los pantalones de mandar a comer mierda a cuanto gringo quiso
apropiarse de la libertad de un pueblo que respira lucha. Vergüenza les debería
de dar viviendo en países que sí están maneados bajo la tutela de presidentes
genocidas, ¿Aló, Guatemala? Y vende
patrias, ¿Aló, México? Países que
invaden pueblos en desarrollo para robarles hasta las ilusiones, ¿Aló,
Estados Unidos?, países que reprimen manifestaciones de personas que exigen el
respeto a los derechos humanos de todo ser viviente, ¿Aló, España? Quieren
liberar a Venezuela de manos de un tirano que
es rojo como la sangre y no blanco como el chilate, pero hincados y a culumbrón viven dentro de sus propias
cárceles que han escogido con su silencio, sumisión, apatía, conformismo,
clasismo, racismo, o sea por favor: ¡no jodan!
Si quieren solucionar algo vean hacia sus
propios países ahí dentro hay: feminicidio, misoginia, se está vendiendo la
tierra, se autorizan hidroeléctricas que dejan a comunidades enteras en la
miseria que de por sí están al olvido del gobierno y de la sociedad. Vean hacia
los basureros urbanos donde viven niños y niñas que son violados sexualmente,
secuestrados, asesinados. Tenga los dos
dedos de frente para siquiera pensar en la corrupción, soborno y cuanta alimaña
realizan gobernantes y gabinetes de estafadores que osan hacer micos y pericos
con los impuestos de la población. Con esto le quiero decir que trabajo sí hay,
como para que usted lo deje de lado y ande con su doble moral llevándosela de
conocedor de la dignidad y política extranjero.
Pobrecita Venezuela con ese presidente, já, ¡pobrecito su país que
carece de un presidente rojo!
Lanzan piedras y esconden la mano, típico
de los coyoles aguados y de las mustias expertas en abrir las piernas a cambio
de unos dólares que dicho sea de paso se los entregan hechos un rollito.
Venezuela no es una Miss, es un pueblo
milenario, ancestral, que ha peleado dignamente por su soberanía del cual
deberíamos tomar ejemplo y armarnos de valor y no andarnos por las ramas
camuflajeando con revoluciones burguesas de medios pasos y fotos por aquí y
traiciones por allá.
Quien no alce la voz por la Venezuela: real, digna, honesta, valiente,
soberana y por el contrario defiende: la imposición, traición, asalto, alevosía y ventaja de una ultraderecha
vendida a la conspiración del capitalismo yankee, y aunque tenga todo el derecho de su libre albedrío sepa que si con esto usted en lugar de liberar oprime , déjeme decirle con todo mi amor
profundo que: usted es ¡un y una come mierda!
Como
información general: el 19 de febrero de 1953 nace en La Plata, Provincia de
Buenos Aires, Argentina, Cristina
Fernández que para nada es una Miss, es una Mujerona del Sur, una ¡Belleza que Enamora!
Ilka Oliva Corado.
Febrero 20 de 2014.
Estados Unidos.
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