Ya era hora, hasta mucho se tardaron. Era
para ayer, eso de admitir la importancia
del deporte en el desarrollo integral del ser humano.
¿Qué tanto trabajo de campo se tuvo que
realizar para entender algo tan obvio?¿Cuánta teoría para descubrir algo tan palpable? Mejor dicho cuánta dejadez de siglos
para llegar finalmente a esta
conclusión.
La Asamblea General de las Naciones
Unidas, decidió el 23 de agosto de 2013 en la resolución 67/296 declarar el 06 de abril como Día
Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz.
Como docente de la Educación Física
defenderé siempre que el deporte es un medio
para crear el hábito de la actividad física en el ser humano. Si se utiliza como finalidad empezamos mal. El
deporte como fin solo es aceptable a nivel competitivo para eso existen las
federaciones de las distintas disciplinas y el ciclo olímpico que comienza en Juegos
Departamentales y culmina con Las Olimpiadas cada cuatro años. Para la población en general el deporte debe
percibirse como una herramienta para
mantener la salud mental, espiritual y física.
Fecha hermosa el 06 de abril porque
en ese día en el año 1896 se llevó a cabo la ceremonia de inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna
en Atenas, Grecia. Cabe resaltar que en esa fecha no se contó con participación femenina
porque el creador de los juegos modernos
se opuso hasta el día en que murió. Sería
en el año 1900 que participarían 7 mujeres de un total 1,066 atletas y fue en la disciplina de
croquet. También es importante comentar que fue en 1928 en los Juegos que se realizaron en Ámsterdam
que, las mujeres tuvieron realmente una participación importante con 300
atletas y se notó cuando aparecieron engalanando el reporte rey de todas las
disciplinas: el atletismo.
Deporte para el desarrollo y la paz. De
sobra se sabe que el deporte –tanto como los libros- es un arma de educación
masiva, quien es capaz de crear el
hábito de la actividad física y de mantener la disciplina, de practicarla está
dando vida a: sus músculos, tendones, ligamentos, arterias,
articulaciones, cerebro, corazón, alma y
espíritu.
Si el deporte y la actividad física son
parte de la formación integral en un ser
humano tanto como lo son las matemáticas y como debería de serlo el arte en
toda su magnitud, ¿por qué es de menor importancia en el
pensum educativo? Hablo de los países en desarrollo porque gran
distancia hay entre estos y las potencias mundiales que ven a la Educación
Física en el mismo nivel de importancia que las matemáticas.
Para hablar del deporte para el
desarrollo y la paz no se puede olvidar
la intrínseca Educación Física. No se llega al deporte sin la actividad física.
Hablando en un marco general con la
terminología que utilizan Las Naciones Unidas el deporte es el que representa el juego
limpio que sin duda nos conduce a la paz. Hablaríamos entonces de un cambio
social que incluiría: respeto, liderazgo, disciplina, confianza, trabajo en equipo,
solidaridad. Hablaríamos de: aspectos emocionales, afectivos, espirituales,
psicomotores y físicos. Hablaríamos de la persona en relación consigo misma,
con otras personas y con el mundo que la rodea. Por donde quiera que lo
miremos estamos tratando de los
objetivos principales de la Educación Física.
Y aquí surgen esas contradicciones porque seguramente el Comité
Olímpico de cada país conmemorará la fecha con actividades variadas, haciendo
un invitación a ver en el deporte una
herramienta para un cambio social y de hecho lo es, pero nuevamente queda en el olvido lo primordial y
eso consiste en contar a la Educación Física – y a la clase de Formación
Musical- entre las materias principales de todos los días tanto como: las
matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales e idioma español.
En los países en desarrollo se pretende
desconocer la vital importancia que
tiene esta materia en la formación integral de un ser humano. Se pretende
porque muy bien saben los enemigos del desarrollo económico y social que
proveer a la infancia de herramientas para
una formación integral la
convierte en creadora, cuestionadora, pensante, analítica y saludable:
física, mental y espiritualmente. Si así es la
infancia, cómo será una adolescencia y una población adulta, consciente
y consecuente con valores de justicia,
responsabilidad, equidad y solidaridad.
Ojo, que no estoy confundiendo la
magnesia con la gimnasia no se puede hablar de deporte ni de desarrollo
integral ignorando lo principal.
Entonces para ir entonando y entrando en calor para conmemorar la fecha
declarada por Las Naciones Unidas es necesario que se involucre el Gobierno de
cada país, obligatoriamente el Ministerio de Educación, el Ministerio de
Cultura y Deportes y finalmente el Comité Olímpico con sus distintas federaciones,
así en ese orden.
Primero porque el deporte tiene objetivos
y el principal es que debe ser para todos sin ningún tipo de discriminación.
Todo ser humano tiende derecho a practicar deporte. Siendo el deporte para todos el Estado debe proveer los recursos para que
la población tenga alternativas para
practicarlo y con esto se desarrolle la participación social. Importante es también es que esté al alcance
de las personas de la tercera edad.
Después de ser un deporte para todos
llegaríamos al selectivo o de élite que en este caso es el competitivo, se
puede decir que el de menor importancia cuando el enfoque es el desarrollo integral de un ser humano, cuando la finalidad es ésta entonces recurrimos a las federaciones con sus distintas
disciplinas. Pero la ONU no está hablando del nivel elitista que se encumbra en
los Juegos Olímpicos o en Campeonatos Mundiales, Las Naciones Unidas hablan de
la sociedad y el respeto, del juego limpio las 24 horas del día en todas las
actividades que desempeñe el ser humano.
¿Queremos que el deporte sea una
herramienta para erradicar la violencia y formar seres humanos conscientes y
consecuentes en el entendimiento del juego limpio en la vida? Pues empecemos
–con la por siempre quimera- por el
principio e incluyamos una clase de
Educación Física al día –que lo ideal sería dos como en los países
desarrollados- no castiguemos a las y los decentes a que se tornen “maestros
taxis” así no puede, si no hay recurso material y humano.
Si se considera y valora a la Educación
Física como el motor principal que nos conduce a la aceptación del deporte como desarrollo
para alcanzar la paz diría que
estaríamos empezando bien. Claro
que hay otros factores importantes a
tomar en cuenta como son: la pobreza
extrema, la hambruna, la falta de instalaciones deportivas y un sin fin más. ¿Cómo se le puede pedir a una
criatura que rinda en los estudios si come una vez al día cuando bien le
va? ¿Si no puede dormir por el frío y
llega desvelada a la escuela? ¿Si no tiene zapatos? ¿Si no tiene cuadernos? ¿
Si no cuenta con la vestimenta necesaria para practicar actividad física?
Suena bonito eso de conmemorar el Día
Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz y tal vez en los países
desarrollados y potencias mundiales sea de gozo pero para los países en
desarrollo tiene que verse la fecha como una llamada de atención, como un jalón
de orejas a los gobiernos corruptos que lo que menos hacen es velar por el
bienestar de su pueblo y mucho menos invertir en la formación de la infancia
que será indudablemente el futuro de la humanidad.
Sería
hermoso un romance entre el deporte y
la paz. Un romance que nos permitiera caminar por la vida respetando el
juego limpio, la dignidad, la identidad,
justicia y nos vuelva seres cabales, cuando digo cabales me refiero a esos
que miran de frente y nunca agachan la
mirada porque en sus ojos está la dignidad de ser consecuente. Algún día será y
entonces diremos, ¡la pasión nos hizo libres!
Ilka Oliva Corado.
Abril 03 de 2014.
Estados Unidos.
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