ALIENTO
DE PAZ
La
paz alcanzó un nivel de permanencia allí donde puso su planta y se asentó en la
conciencia del honesto ciudadano. La paz es democrática; ejerce el poder por
las vías limpias, ascépticas de las leyes y sus instrumentos, los jueces con su
guillotina de papel afilado de palabras que absuelven o condenan.
Es
una paz blanca sobre fondo verde, el mismo verde blindado de las hordas de la
muerte, su ahora plomizo silencio, encubierto por el manto botánico de la
guerra silenciosa, la batalla que se libra en penumbras vegetales.
Es
una paz a grito en cuello, estrepitoso discurso y elegantes ironías,
amabilidades dispuestas a dierstra y siniestra; la sonrisa complaciente con los
dientes bien lustrados y el pabellón nacional colgando junto al plano vertical
de la bien apostada figura.
LA
PAZ IMBÉCIL
Cuando
caiga la sombra interminable de la muerte sobre el cuerpo como sueño y no
circule más el hilo de la sangre que nos animó por dentro; cuando el cuerpo ya
sea sólo eso, cuerpo, la paz imbécil arrullará los tiempos.
arteNativas,
diciembre 29
de 2012.
[1] Tomado de: estigmas y
paradojas (prosas proscritas), edición clandestina hecha por el autor,
guatebala 1996.
[2] Roberto Monzón Morales, nació en 1953 y falleció en
Ciudad de Guatemala el 10 de abril de 1992, en viernes de dolores. En sus Ediciones clandestinas y Ediciones de la doble sercha, reunió
cientos de textos en verso y prosa, decisivos para entender a una generación
que abrazó como pocas la plenitud existencial y entregó la vida por la utopía
de la igualdad.
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