Cesar Montes
Lo conocí en
persona en 1962 en Cuba durante la crisis de los misiles, la Crisis del Caribe,
cuando el planeta tierra estuvo a punto de su destrucción total por la cantidad
de misiles de hidrogeno y atómicas que se hubieran disparado entre las dos
grandes potencias. Llegó a visitarnos a las 2 de la mañana. Me tocó recibirlo
porque estaba de guardia. Le hice saludo militar y me dijo: “déjate de
costumbres de soldado y vamos a hablar con tus compañeros”. Me puso el brazo sobre
el hombro abrazándome y entramos juntos al comedor. Habló de amigos que hizo
durante su paso breve en 1954 por Guatemala. Converso con Ricardo Miranda,
sobreviviente de la guerrilla del Chaparral en Honduras quien le mencionó
algunos amigos comunes. Hablamos de Arbenz, de los militares que se sublevaron el
13 de Noviembre de 1960 y que en 1961 habían atacado victoriosamente algunos
cuarteles del norte del país. Dijo que si a algún lugar se iría a combatir dejando
a Cuba, sería a Guatemala, pero que por sus responsabilidades gubernamentales
no podría hacerlo. El estaba seguro que los ex militares del 13 de Noviembre y
el Coronel Jacobo Arbenz eran una garantía para la revolución guatemalteca y
que en ningún país había condiciones para elecciones libres, que los
norteamericanos y sus títeres locales no dejarían pacíficamente el poder que
tenían. En el año 1962, en casi todos los países de Latinoamérica habían
dictaduras militares apoyadas por oligarquías retrogradas y el gobierno
norteamericano. Con mucha vehemencia nos dio una gran lección de Guatemala para
la historia: “Si el pueblo hubiera estado armado para defender su revolución,
en 1954 no hubieran derrotado al Presidente Arbenz”, se despidió fumando un
Habano y se fue en el mismo Jeep que había llegado, con su uniforme de batalla,
modesto como fue toda su vida.
Estaba en casa
de Fidel en la Habana Cuba, el 8 de octubre de 1967 cuando entro un cable con
la noticia de agencias internacionales que mas o menos, decía: “Lo que parecen
ser los últimos días del legendario Comandante Guerrillero cubano argentino
Ernesto, el Che Guevara, transcurren en una yerma e inhóspita quebrada
denominada del Yuro en Bolivia” A continuación advertía, el 8 de octubre que
estaban a punto de darle una muerte segura en pocas horas más.
Le pregunte al
Comandante Castro su opinión sobre esa noticia. Me respondió que solo le
preocupaba la temeridad del Che que lo pudiera llevar al peligro de perder la
vida. Los 3 días anteriores había estado acompañando a Fidel en recorridos por
el cinturón defensivo de la Habana, a proyectos agrícolas y el proyecto de
mejoramiento genético de ganadería. A partir del día 8 ya no pasaron por mí
para llevarme con el Comandante en Jefe. Dos días después me enteré que el Che
había caído en combate con su carabina dañada por un disparo que lo hirió en la
pantorrilla y su pistola sin cargador que le impidió defenderse hasta el último
disparo.
Nunca más he
visitado a Fidel. Nuevamente lo vi durante la velada solemne cuando en medio de
un silencio majestuoso le informó a Cuba y al mundo que había muerto el Che, el
más legendario de los guerrilleros del continente americano que fue
inmortalizado al momento que lo asesinaron. No son nadie los que le dispararon
o los que dieron la orden de ejecutarlo. Millones de veces reproducida su foto
en el mundo. Nosotros solo podemos rendirle homenaje recordando lo vivido junto
a el y con su ejemplo.
Frase del Che Guevara sobre su estadía enGuatemala. En el Memorial en Santa Clara. |
LaVelada
Solemne en la Habana. Un millón de cubanos en silencio, como nunca. “Si nos
preguntan como queremos que sean nuestros hijos diremos: que sean como el Che.
Como queremos que sea nuestro pueblo: Que sea como el Che” Fidel. Toda Cuba
sacudida en lo mas hondo de sus sentimientos. Miraba llorando en silencio por
la perdida irreparable que había sufrido el movimiento revolucionario mundial. El
Che pidió entonar cantos luctuosos con ráfagas de ametralladoras y que algún
oído receptivo escuchara sus tesis. Así nos dejó dicho. Juré regresar al país
para continuar su ejemplo y relanzar junto a mis compañeros la segunda oleada
guerrillera en el continente Americano. La que nos llevo a fundar el EGP.
Llegamos al triunfo con los Sandinistas y al gran desarrollo del FMLN en El
Salvador. En ambos países estuve como internacionalista siguiendo la senda del
Che. Hemos cumplido.
Ahora, en las nuevas
condiciones, tenemos que seguir cumpliendo con su ejemplo de ética
revolucionaria, de estratega que manejó la teoría con el mismo acierto que la
acción.
Muy bonito evocar al Ché y su ejemplo, pero usted sr. Montes tiene cosas criticables. Su fundación estuvo convenciendo a campesinos en el norte a favor de la palma africana y de los megaproyectos. No se puede predicar una cosa practicar otra. Eso de "hemos cumplido" me parece fanfarrón y autocomplaciente, la historia tendría que decirlo NO USTED MISMO. Y lo que la historia reciente muestra es que USTED HIZO POQUITOS POR TODOS LADOS Y NADA SUSTANCIAL EN CONCRETO Y A ÚLTIMA HORA SE DEJÓ GANAR POR EL NEGOCIO. Un revolucionario no se jubila ni dice "ya cumplí". La revolución es un proyecto de vida, NO ES POSE O ANDAR CONTANDO POR TODOS LADOS: "HICE ESTO, HICE LO OTRO," Con sus escritos usted quiere dar a entender como que las revoluciones en Centroamérica no hubieran sido posibles sin usted. ¡faltaba más! Si quiere ser un poquito como el Ché sea humilde y abandone por un momen to el "YOISMO".
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