Opinión:prensalibre.com
EL QUINTO PATIO
Archivos y memoria
Hay que reconocerle al gobierno estadounidense el coraje de develar sus indiscreciones poniendo a disposición del público sus archivos secretos. Aunque esto se hace ya pasados muchos años del momento en que se realizaron esas acciones, no deja de ser meritorio que muchas de sus tácticas de dominio político en otros países, entre otras cosas, sean entregadas al escrutinio del mundo entero y no solo a las naciones afectadas.
En un país tan complejo como Guatemala, cuyo pasado está jalonado de golpes de Estado, negociaciones ocultas, invasión extranjera, dictaduras y un proceso democrático frágil pero consistente, el conocimiento de la historia es un factor esencial en el reconocimiento de sus debilidades y fortalezas. Debido a todo eso la clausura de los Archivos de la Paz jamás debería siquiera plantearse y mucho menos, ejecutarse.
En el momento actual, la totalidad de la juventud ignora que sus incipientes libertades ciudadanas son producto de una guerra interna —y de una serie de acuerdos— cuyos ecos todavía resuenan en los oídos de los adultos que la vivieron. Esta niñez y juventud, la mayoría ignorante de los cómo y los porqué de su realidad actual, heredarán el control político de su patria y para ello es imperativo que conozcan los antecedentes de la época en la cual desarrollan su vida y ejercen su ciudadanía.
No importa si los documentos señalan actos heroicos, injusticias o crímenes de lesa humanidad, es imperativo ponerlos al alcance de la sociedad a la cual pertenecen. El ocultamiento solo expone la debilidad de un sistema democrático cuyas bases descansan mayoritariamente en consensos y acuerdos entre enemigos políticos y contrincantes de una guerra superada. Lo que aún está pendiente es el proceso de reconciliación, dignificación de las víctimas y recuperación de la memoria histórica, siendo esa una de las etapas más dolorosas para miles guatemaltecos.
Está claro que no toda la información existe. Millones de papeles han sido destruidos durante estas largas décadas, así como se han evaporado en el aire los expedientes de casos judiciales, archivos de ministerios y bitácoras de guerra. Unos por temor al juicio histórico, otros por pura negligencia. Los más, por falta de controles administrativos.
Pero lo que existe es preciso conservarlo y cuidarlo para ir armando la historia de este pueblo con todos sus retazos.
El miedo es un poderoso enemigo de la historia. Pero también paraliza todo proceso de reconstrucción del tejido social, factor determinante para garantizar el desarrollo del país. La participación de una sociedad correctamente informada es vital para alcanzar los objetivos que lleven a Guatemala a consolidar el estado de Derecho y el sistema democrático.
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