Armando Morales quien después de 28 años encontró los restos de su padre Rigoberto Morales Garrido secuestrado y asesinado en el año 1984
En nombre de toda mi familia quiero agradecerle
a la Fundación Guillermo Toriello, Fundación Mirna Marck, CONAVIGUA, GAM, FAMDEGUA
CONCODIG y demàs asociaciones de derechos humanos por su acompañamiento y por
habernos alentado y habernos inyectado confianza y esperanza por màs de 28 años
a través de sus diferentes actividades y luchas. A la Fundación de Antropología Forense de
Guatemala, gracias por su profesionalismo.
Lo dijimos siempre, lo denunciamos siempre
y lo reafirmamos hoy, mi papà Rigoberto Morales Garrido y mi hermano Mynor
Rigoberto Morales Contreras, fueron capturados y secuestrados juntos por
miembros de la Policia Nacional y del ejército el 4 de octubre de 1984 a las 9
de la noche en la zona 19 cuando se proponían entrar a la casa donde vivíamos.
El Estado terrorista dirigido en ese momento por el golpista general
Oscar Mejia Victores negó haber secuestrado a mi papà y hermano, exactamente como
ya antes habían negado el secuestro y desaparición de mis otros 11 queridos familiares. Sin embargo, son hechos criminales y como tal
imposible de ocultarlos o negarlos toda la vida porque tarde o temprano la
verdad se abriría camino y el camino se abre hoy, cuando luego de 28 años de
busqueda, los restos de mi papà fueron encontrados en el ya célebre y macabro
destacamento militar de Comalapa, Chimaltenango. Ante esta prueba irrefutable, podrà la
policia, el ejército y el Estado seguir mintiendo y negando que capturaron a mi
padre y a mi hermano y después los asesinaron ?. Señores del ejército dónde
mantienen ocultos los restos de mi hermano y de mis otros 11 familiares también
capturados secuestrados /desaparecidos,
asesinados ?.
Mi papà nació en San
Miguel Petapa, Guatemala, el 3 de mayo de 1939, en el seno de una familia muy
humilde y desde muy pequeño tuvo que trabajar para poder ayudar a su
familia. A la edad de 17 años y luego de
haberse agregado un año màs comenzó a
trabajar en la Dirección General de Caminos.
El puente que hoy es conocido como El Trebol de la zona 11 estaba en
construcción y mi papà que no contaba con ningùna profesión comenzó a trabajar
ahí como peón. Sin embargo cuando conoció a su futura mujer (mi madre) con la
que llegaron a procrear 9 hijos, mi papà comprendió rápidamente que la única
manera de poder responder correctamente
a las necesidades familiares pasaba por mejorar su capacidad profesional. Con
mucha decisión y sacrificio se puso a estudiar por correspondencia. Fueron años de intenso trabajo y estudio pero
su determinación le permitió terminar con éxito lo que se había propuesto. Así
desde 1962 hasta su secuestro mi padre trabajó como topógrafo en la Dirección General de Caminos.
Mi papà siempre estuvo a nuestro
lado apoyándonos en nuestras necesidades educativas, de salud, de vestuario y
de esparcimiento.
El sentimiento unitario de la familia permitió que mi papà al igual que
todos sus hermanos vivieramos juntos. Treinta y dos miembros formabamos la
familia Morales Garrido, Morales Contreras y Morales Escobar.
Y precisamente ese sentimiento unitario familiar nos permitía a nosotros
(hijos y primos) ir creciendo dentro de un clima de mucho equilibrio, de mucha
paz, de mucha confianza; y todos contribuíamos de una u otra forma a la alegría
familiar. Los proyectos familiares y de futuro comenzaban a aparecer en nuestras
mentes, la vida se nos presentaba promisoria.
Sin embargo, toda aquella
alegría familiar, aquellas ilusiones juveniles nacientes fueron cortadas de un
tajo un 25 de mayo de 1980 cuando la policía y el ejército llegaron al taller
de herrería que teníamos en la zona 12 y secuestraron a mi tío Moises Morales
Garrido. Mi abuelita y toda la familia nos movilizamos para tener a nuestro tío nuevamente
en vida y entre nosotros. Se pidió un habeas corpus en su favor,
desgraciadamente no se tuvo respuesta. Mi papà y mi abuelita acompañados por un sobrino y otros familiares del
mismo director de la Policía Nacional coronel Germán Chupina Barahona le
pidieron personalmente dejar en libertad a mi tío. La respuesta fué de regaños a sus familiares
y de amenazas a mi papà. Nada pudímos hacer y tres días después encontramos en
el fondo del barranco del puente el Incienso de la zona 3 el cuerpo torturado
de nuestro querido tío.
Haber asesinado aquel hombre tan bueno, tan humano, tan ejemplar causó un
profundo sufrimiento en toda la familia. Para mi papà que buscó por todos lados
y pidió en todas las instituciones competentes del Estado una explicación por
la captura de su hermano mayor y que nùnca obtuvo respuesta fué de una enorme
tristeza, entonces por toda esa injusticia e impunidad existentes en el país el
único camino que le quedó fué el de unirse al movimùiento revolucionario, Ejército
Guerrillero de los Pobres. Mi papà se
unía a todas aquellas personas que con justificada razón y por diferentes
medios pedían y exigían que cesaran los asesinatos de campesinos, de
estudiantes, de religiosos, de sindicalistas, de periodistas, etc.
En 1981 mi padre es capturado en Chimaltenango por miembros del ejército y haciendo
uso de la línea de conducta militar, mi padre fué secuestrado y sometido a
torturas. De la zona militar de
Chimaltenango mi padre es trasladado al cuartel de Zacapa. Luego es trasladado al cuartel general de la
capital y finalmente al destacamento militar de San Juan Zacatepéques, donde
reuniendo las pocas energias que le quedaban después de màs de 25 días de
golpes mi padre se les escapó.
En 1983 mi papà es postulado por el Partido Populista como candidato a
diputado por el departamento de San Marcos.
En 1984 en un operativo de la
Policia Nacional, dirigido personalmente por su director general coronel Héctor
Rafael Bol de la Crùz mi padre y mi hermano fueron capturados y pese a las
evidencias de su captura, la policía siempre lo
negó.
De mi papà nùnca volvimos a saber nada. A
mi papà lo desaparecieron y escondieron su cuerpo para callarlo e impedirle el
derecho a una investigación por el asesinato de su hermano mayor.
Por lo tanto, nosotros, sus hijos no
descansaremos hasta que se haga esa justicia que mi padre tanto buscó y por la
cual tanto sufrió y se castigue a los responsables intelectuales y materiales del
asesinato de todos nuestros familiares
queridos.
Digo:
Rigoberto Morales Garrido........................
45 años
Moises Morales Garrido.............................
54 años
Elisabeth Morales Garrido.........................
47 años
Salomón Morales Garrido..........................
46 años
Cipriana Ramirez........................................
51 años
María Victoria Morales...............................
23 años
Damaris Marleny Oliva...............................
6 años
Otto Raul Morales Contreras......................
21 años
Mynor Rigoberto Morales Contreras..........
19 años
Lilian Aida Escobar....................................
42 años
Héctor Manolo Morales Escobar................
23 años
Noé Salomón Morales Escobar..................
19 años
Claudia Roxana Morales Escobar...............18
años
Vyron Morales Escobar..............................
12 años
Exigimos:
Al Estado de Guatemala que se investigue y
se castigue a los responsables del asesinato de mi familia al igual que el
secuestro y asesinato de 45 mil personas que sufrieron las mismas atrocidades que mi familia. El estado tiene la obligación de responder.
Quiero terminar diciendo:
Que de mi padre no son sus restos los que
recuperamos hoy.
Lo que recuperamos hoy es la esencia del
amor de nuestro padre por su familia y por Guatemala!
Lo que recuperamos hoy es la esencia es su determinación
y su convicción de no aceptar jamàs la indiferencia e impunidad. Todo crímen
debe ser castigado!
Que vivan nuestros héroes y màrtires
No a la impunidad!
Habrà justicia!
Armando
Morales Contreras
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