Opinión: elPeriódico,
12 marzo de 2013
AMENAZAS Y ASESINATOS
Por: Miguel Ángel Albizures
No podemos aseverar que
las amenazas a periodistas, los asesinatos de sindicalistas y de líderes
comunitarios, sean parte de una política de Estado para “parar” la conflictividad, y
enviar un mensaje a los periodistas para que no investiguen ciertos hechos o
realicen reportajes sobre la realidad del país. Pero parece que están de
acuerdo con que otros hagan el trabajo sucio, bien sean sicarios o los nuevos
escuadrones de la muerte. Según datos de la Unidad de Defensores de Derechos
Humanos (UDEFEGUA), en el curso de este gobierno van 15 agresiones contra
periodistas, 10 contra sindicalistas, 145 contra campesinos o defensores de
derechos de los pueblos indígenas y del ambiente. Han sido asesinados 5
sindicalistas y 12 líderes comunitarios.
El pasado ocho de
marzo, cuando está por cumplirse un año del asesinato del dirigente del
Sindicato de Salud Pública Ovidio Ortíz, fue asesinado a balazos Carlos
Hernández Mendoza, quien era de esa misma organización y líder comunitario en
defensa de la naturaleza. La Asociación Campesina Camoteca, señaló
acertadamente: “Nuevamente la sociedad organizada, las comunidades que luchan,
están conmocionadas e indignadas, pues pareciera que defender la vida, el agua
y el territorio significa perder la propia vida. ¿A quiénes les interesa que
luchadores sociales dejen de existir? ¿A quiénes les interesa disminuir y
callar las voces de quienes denuncian que el saqueo y robo del agua, la tierra,
los minerales afectan la vida de todos y todas?”.
Hace ya varios días,
Gladys Monterroso denunció las amenazas de muerte que recibió por sus columnas de opinión en el
diario La Hora, pero no pasa nada. Ahora, le tocó el turno a Sofía Menchú, y la
impunidad para amenazar es evidente, se sabe de quienes vino la amenaza y quien
fue el que, con todo descaro, le puso cita para que los matones la conocieran,
y tampoco pasa nada, él sigue tranquilo y el otro con el mismo poder y dando
órdenes desde la cárcel. No hace mucho fue otra columnista de Prensa Libre,
Carolina Vásquez Araya, quien recibió por teléfono, amenazas de muerte,
que también se hicieron en contra de la escritora Ilka Oliva.
Leo el recorte de
Prensa Libre del 21 noviembre de 1970 y me da escalofrío al recordar los
hechos. “Cueste lo que cueste el país será pacificado. El Gobierno cumplirá ese
propósito aún cuando tenga que recurrir a medidas muy drásticas” “Ministro de
la defensa dialoga con periodistas. Pide colaboración a efecto de que no
sean publicadas noticias perjudiciales al país” “100 recursos de
exhibición personal se presentaron en el curso de la semana”. Y me pregunto ¿Será
que volvemos a esos años obscuros?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn efecto, hay un retorno creciente de la represión. Pero es importante señalar que esto viene sucedienteo también desde Gobiernos anteriores y que no es sólo este gobierno. Muchos asumen que esto se da porque hay un militar en la presidencia y ciertamente esto agrava el escenario pero hay que recordar que durante el mal llamado gobierno social demoócrata de Colóm también se dio la represión, la remilitarización y el servilismo hacia las empresas transnacionales. Lo mismo aplica para los anteriores. Lo que quiero decir es que es en efecto una política de Estado, no de Gobiernos. El plan de impñoner a sangre y fuego el proyecto neoliberal sigue su curso, las estructuras contrainsurgentes que sostienen el sistema nunca se desmantelaron y por el contrario, se ampliaron. Ahora se han entremezclado convenientemente con el crimen organizado del narcotráfico. No es casualidad que los zetas sean kaibiles. Por esto es muy importante aclarar a la población que no se trata de políticas o medidas de fulano de tal en la presidencia. Hay que ver todo el escenario para comprender que el sistema sigue funcionando para los opresores y represores y no para el pueblo. Algunos funcionarios podrán cambiar, o ser colocados en calidad de adorno mediatizador, pero el fondo es que quienes tienen el poder desde el 54 son los mismos.
ResponderEliminarKarina García