“Señor
presidente: usted como cristiano no puede permitir que nuestra hija sea
maltratada física o mentalmente ya que usted afirma en sus mensajes de
cada domingo que todo guatemalteco merece ser respetado por ser
semejanza de Dios y de la Patria …”
“…ninguna autoridad se ha preocupado por el caso. Yo no puedo seguir viviendo así, ya que mi hija es lo más grande que tengo”.
El
25 de marzo de 1983, América Yolanda Urízar Martínez de Aguilar fue
capturada en un lugar cercano a la frontera entre México y Guatemala. El
vehículo en el que viajaba fue interceptado cuando se dirigía, en
compañía de dos personas más, hacía la ciudad de Guatemala. América
Yolanda Urízar de la Central Nacional de Trabajadores (CNT), del Comité
Nacional de Unidad Sindical (CNUS), catedrática de la Escuela de
Orientación Sindical de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de
la USAC y militante de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). Hasta la
fecha la víctima se encuentra desaparecida.
El mismo día de su secuestro, el padre de Yolanda Urízar, el coronel retirado Augusto Urízar, denunció de forma pública que “su
hija había sido interceptada por hombres armados cuando venía a
reincorporarse a la vida pacífica y normal, al amparo de la amnistía que
está vigente, ingresando al país procedente [de] México, donde
vivió autoexiliada, a raíz de la represión que el Gobierno del general
Fernando Romeo Lucas García … ejerció contra las organizaciones
laborales y sus asesores”. Un mes
después, los padres de Yolanda Urízar, en carta abierta al jefe de
Estado, general Efraín Ríos Montt, publicada en los diarios locales
afirman que ha transcurrido “… un mes exacto que fuera detenida por
las Fuerzas de Seguridad de Gobierno … En relación con esta detención
estamos seguros que debe existir un grave error ya que la asesoría
sindical no es delito y ésta es la razón de la vida de Yoly”.
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