El proceso de militarización del Estado Democrático de Derecho.
Miguel Ángel Albizúrez
http://www.elperiodico.com.gt/es/20130307/opinion/225656/Marcha indígena campesina y popular |
En uno de los artículos anteriores, nos referíamos a la necesidad de unificar fuerzas para hacerle frente a la oleada represiva que hace tiempo se vino encima de las organizaciones y sus dirigentes, como lo demuestran los múltiples asesinatos de líderes comunitarios, los desalojos violentos que se producen y las capturas, muchas de ellas sin orden judicial, que hacen las fuerzas de seguridad en zonas de conflictos.
A ello hay que agregar que los espacios políticos se cierran aceleradamente, el sistema de justicia vive bajo amenaza y que el campesinado no llena el estómago con ofrecimientos y menos con balas y bastonazos cuando reclama su derecho a un pedazo de tierra o que no se contaminen las aguas y se provoque estragos al medio ambiente. Los metales preciosos que extraen las grandes transnacionales, especialmente el oro y plata, salen del país manchados de sangre de quienes se han opuesto a la minería a cielo abierto, pero las concesiones de exploración y explotación continúan a cambio de una miseria que por bondad, las transnacionales dejan al país.
Cuando insistimos en la unidad y resistencia, algunos que están al servicio del capital nacional y transnacional, han saltado haciendo acusaciones, pues les interesa que los lectores, especialmente la dirigencia social, pongan oídos sordos a los llamados de unidad para que no alcance a ver el peligro que se cierne sobre toda la ciudadanía que trata de construir un Estado Democrático de Derecho.
El proceso de militarización del Estado y la sociedad, es acelerado y va desde el desplazamiento de la Policía Nacional Civil y la presencia de militares en retenes y en las calles, hasta copar puestos en instituciones públicas, lo cual es un atentado al proceso de democratización del país, pues poco falta para que el Gobierno siga los pasos de Ubico y militarice los institutos de enseñanza media, porque según las autoridades son parte del enemigo interno y hay que imponer el orden y la disciplina.
Estos hechos no pueden pasar desapercibidos y las organizaciones deben dejar la contemplación y pasar a la acción conjunta, para lo cual hace falta superar el sectarismo, los intereses personales y de grupo y abrir paso a la unidad de fuerzas del movimiento social, pues han surgido públicamente organizaciones que dicen luchar contra el terrorismo y hacen graves señalamientos contra dirigentes y organizaciones sociales así como en contra de todos quienes nos oponemos al sistema y exigimos cambios fundamentales en las estructuras del país.
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