Una leyenda Maya cuenta que el quetzal o k’uk fue creado por los dioses Kukulkan y Tepeu-Gukumatz. Estos dioses soplaron sobre un hermoso árbol de Guayacán, con el soplo divino cayó una gran cantidad de hojas y mientras caían tomaban la forma de un ave.
El quetzal fue creado para que fuera el ave más bella de la naturaleza. En la cosmovisión de los pueblos originarios el quetzal es símbolo de fertilidad, abundancia y poder. El quetzal es el ave sagrada de los Mayas y cuenta la leyenda que esta era un ave de plumaje verde que poseía un bello canto antes de la conquista española.
Cuando los españoles invadieron Mesoamérica, el quetzal bajó de sus árboles a la tierra y se posó sobre los guerreros que habían sido masacrados por los españoles. Por eso el pecho del ave se tiñó de un color rojo intenso, además, al observar la magnitud de la masacre ejecutada por los españoles, el quetzal guardó silencio y desde entonces no se ha vuelto a escuchar su canto. Solo volverá a cantar cuando la tierra y sus habitantes sean libres de nuevo.
Han pasado ya 526 años de la invasión española y el quetzal aún sigue sin cantar, ya que los descendientes de los pueblos originarios de Guatemala, y la mayoría de los mestizos de este pueblo, seguimos siendo oprimidos por los modernos conquistadores que siguen usufructuando de las riquezas mal habidas, continúan explotando la fuerza de trabajo de la mayoría de la población y se han enquistado en los estamentos de administración del Estado para seguir desangrando los recursos del erario nacional, haciendo más grandes las fortunas personales o familiares.
Esta clase de políticos venales que se consolidaron en el poder a partir de la deshonrosa invasión norteamericana de junio de 1954 para derrocar al único gobierno popular que hemos tenido en nuestra vida ciudadana, ha sido la causa mayor de que nuestro país, siendo una nación rica en recursos naturales, sea uno de los países con la mayor desigualdad en el mundo, en donde la desnutrición crónica alcanza a la mayoría de niños menores de 10 años y en donde la pobreza expulsa a gran cantidad de connacionales, obligándolos a migrar y buscar mejores posibilidades de vida y desarrollo allende las fronteras de Guate Maya.
Los seres humanos y su fuerza de trabajo se han convertido en nuestro mayor producto de exportación, esto se ve reflejado en la cantidad de dólares anuales que se reciben en el rubro de remesas, solo en este año se estima que superarán los 9 000 millones de dólares, lo cual representa 11.3 % del producto interno bruto.
Según datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, 72 % de los guatemaltecos que migraron lo hicieron para obtener mejores ingresos; 19.2 % para reunirse con sus familiares y 8.8 % por la inseguridad. A partir de estos datos se puede inferir que las políticas de gobierno no le garantizan una vida decorosa a la sociedad guatemalteca, que le permita obtener lo mínimo que es comida, vivienda, educación y un mejor futuro para sus hijos.
Si hacemos referencia a los índices de desarrollo humano, veremos que Guatemala es una sociedad fallida, casi al nivel de Haití y de muchas naciones africanas en donde no se ve ningún futuro halagador en el corto, mediano o largo plazo.
Los millones de dólares aportados por la comunidad internacional en los últimos 50 años solo han servido para que los gobernantes de turno y los grupos de poder económico-político del país se enriquezcan desmedidamente, lo mismo pasará con los millones de dólares que Estados Unidos invertirá en su famoso Plan de Prosperidad para el Triángulo Norte.
Un componente fundamental en el montaje de este aparataje de corrupción ha sido el Ejército, el cual de ser «perro faldero» y «guardián del capital» se ha convertido en nuevo capitalista y miembro de la élite económica política a través de la alianza con los capos del narcotráfico, a quienes desde siempre les han dado protección y asistencia operativa para que puedan desarrollar sin mayor interferencia el tráfico de estupefacientes con destino final al mercado de Estados Unidos.
Los sucesos del 2015 fueron una luz de esperanza que apareció en el horizonte político de Guatemala y se pensó incluso en una transformación del Estado, dando pauta a la elección de un presidente anodino, manejado por los militares, quien pronto dio muestras de que había llegado al poder para enriquecerse y no para gobernar en pro del bienestar de la mayoría.
En agosto del 2017 el presidente Morales empezó su ataque sistemático en contra de la Cicig y como este no prosperó en ese momento, lo reanudó el 31 de agosto de 2018, al no renovar el mandato de la Comisión Contra la Impunidad y posteriormente impedir que Iván Velázquez regresara al país, desacatando las decisiones de la Corte de Constitucionalidad.
En los dos meses pasados, Jimmy Morales y su grupo de asesores y apoyos articulados en lo que se ha denominado el Pacto de Corruptos se han consolidado, ya que han logrado pasar diversas piezas de legislación en el Congreso, logrando modificar la tipificación del financiamiento electoral ilícito, lo cual no solo protege al presidente de los delitos por los que ha sido acusado, sino que también blinda a muchos diputados, políticos, empresarios y exfuncionarios que guardan prisión.
El movimiento popular de oposición ha estado ausente en estos últimos dos meses y Jimmy Morales y sus aliados del Pacto de Corruptos, especialmente el Cacif y el Grupo Multi Inversiones (Gutierrez-Bosch), están celebrando su victoria temporal y se están preparando para el proceso electoral de junio de 2019, con el objetivo de proponer una alternativa viable que les permita darle legitimidad a su proyecto de nación; es decir que todo cambie para que todo siga igual. Así, ya sin la Cicig, poder seguir saqueando al país y repartirse los millones de dólares que arribarán del famoso Plan para la Prosperidad; pero para la prosperidad de los corruptos, porque a los ciudadanos comunes y corrientes no les llegará ningún beneficio.
Entre tanta podredumbre y desesperanza, al menos hay una buena noticia y es que el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) ha logrado inscribir como partido político ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) a su brazo político el Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP). Este es un partido político distinto que ha nacido del seno del pueblo pobre y oprimido para oponerse a los partidos tradicionales que han perpetuado el sistema de injusticia, desigualdad y pobreza que prevalece en nuestra Guate Maya
Este es un primer paso para demostrarles a los que siempre han gozado de impunidad y han hecho del latrocinio del Estado su costumbre, que la población de Guate Maya ya está cansada de ellos y que ha decidido organizarse para buscar, a través de la organización popular de base, disputarles el poder y demostrarles que una Guate Maya distinta en donde se gobierne por el bienestar de las mayorías es posible.
El quetzal ya empezó a cantar en las montañas y pronto cantará en toda Guatemala, y ese día no muy lejano también se abrirán «los ojos de los enterrados».
Fotos del quetzal proporcionadas por Carlos Castro y tomadas de Internet, Google.ca. Otras fotos: Tomadas de Nomada.gt
https://gazeta.gt/el-quetzal-volvera-a-cantar/?fbclid=IwAR2Kn8v0c6B2zpIf_GIb5IH0CLmah-cIsH-2Yal0u2ybhVdm3RmSEmmLxNU