jueves, 27 de abril de 2017

CRIMINALES Y LADRONES DE VERDE OLVIDO.



Hugo Gordillo.
El general Efraín Ríos Montt mató a diestra y siniestra, pero, según dicen, nunca se robó un centavo. Su pupilo, el general Otto Pérez Molina, robó a diestra y siniestra, pero, según dicen, nunca mató una mosca. Sin embargo, la historia denegada los desnuda como coyotes de la misma loma, porque ambos han sido criminales y ladrones de cuello verde.
Ríos y Pérez se conocieron en la Escuela Politécnica como maestro y alumno, pero se reconocieron en la política con toda su vileza acumulada. El viejo zorro saltó a la política y le ganó la presidencia a Kjell Eugenio Laugerud García en la década de los 70, pero aceptó el fraude y se fue de agregado militar a España. Como tapaboca recibía un sobre sueldo de seis mil dólares mensuales.
Sus seguidores le perdonarán esa corrupción en el entendido de que, para entonces, el Pájaro Loco era católico y por eso andaba en la perdición. De acuerdo. Pero, cuando los oficiales jóvenes lo pusieron en el triunvirato golpista contra el general Romeo Lucas, Ríos ya era el “hermano Efraín” un hombre convertido y pastor de la Iglesia El Verbo, que llegó al país después del Terremoto de 1976 para “reedificar Guatemala.”

Pues bien, lo primero que hizo el hermano Efraín como gobernante, fue desviar fondos estatales para el fortalecimiento de su congregación El Verbo, sobre la que cayó abundancia bíblica emanada de los bolsillos de los contribuyentes. A eso se suman los regalos personales de gente del CACIF, por su trabajo de junta cadáveres, poniendo bajo tierra a tantos comunistas que no permitían el desarrollo de Guatemala, amén del manoseo de las finanzas del Ejército, institución putrefacta que nunca ha sido cuenta dante.

En la aventura golpista le acompañaron los capitanes Otto Pérez Molina, Mario López Serrano y Roberto Letona Hora. Estos integraban parte de la “rosca golpista” que el mismo Ríos se encargó de reducir. Los tres tristes tigres se quedaron sin voz ni voto en la cúpula gubernamental. Para colmo de males, les llegó la orden 10 que los enviaba al combate y los sacaba del confort capitalino, pero más que eso, los alejaba del control de la corrupción que arrastraban desde tiempos de Romeo Lucas García.

Molina, Serrano y Letona, se reunieron con el criminal propietario del vende patrias partido Movimiento de Liberación Nacional, Mario Sandoval Alarcón. Al escuadronista de la muerte le propusieron dar un contragolpe de Estado. Ríos los arrestó unos cuantos días. Tras liberarlos, les advirtió que, si seguían chingando, los iba a denunciar, no por complotistas, sino por corruptos. El triunviro tenía información de que los capitanes invirtieron 300 mil dólares en una empresa privada, con dinero robado en la Guardia Presidencial y el Estado Mayor Presidencial, a donde estaban asignados.

Es a partir de estos conflictos donde la horda militar se convierte en dos bandos. Hasta antes del golpe existía La Cofradía con una pléyade de altos mandos criminales desde la década de los 60. Durante el golpe surgen los Oficiales Jóvenes, de la calaña del capitán Mauricio López Bonilla, que después de los líos con Ríos, se atrincheran en El Sindicato, otra pléyade de mandos medios criminales de la década de los 80, liderada por la Promoción 73 de la politécnica, con Pérez Molina a la cabeza.

Pérez Molina urde y ejecuta su venganza, apoyando un nuevo golpe. No le importa que el nuevo jefe de Estado, Óscar Mejía Víctores sea otro más de la Cofradía, siempre y cuando le dé el carpetazo a su mentor y archienemigo. Desde la llanura, en 1990, Ríos Montt crea el partido FRG con dinero de empresarios del CACIF, los mismos que le financiaron parte del genocidio, oficial y extraoficialmente, y con los militares que le apoyaron en el golpe, excepto los corruptos oficiales jóvenes como él.
Experimentado en esas jugarretas de golpes de Estado, Pérez Molina, junto con los generales Francisco Ortega Menaldo y Manuel Antonio Callejas, dos de los grandes cofrades ladrones y criminales, orillan a Jorge Serrano Elías a dar el golpe de Estado, a causa de las negociaciones de paz, que daría al traste con el negocio de la guerra en la que la Cofradía se había beneficiado durante 30 años, y el Sindicato de reciente ingreso en el negocio.

Cuando la prensa, la sociedad civil y la población rechazaron el golpe, el Ejército traidor se lavó las manos, le quitó el respaldo a Serrano y lo envió a Panamá con una maleta de dólares y unos palos de golf que le había regalado el gobierno de Japón. La presión externa e interna obligó al Ejército a continuar con la negociación de la paz. Durante el proceso, los militares se prepararon para que la paz siguiera siendo su negocio, como en la guerra; y ahí están, en su salsa.
Como consecuencia, tenemos a Pérez Molina, firmante de la paz, mientras su maestro tragaba bilis. Ríos Montt se burlaba del proceso y de los firmantes. En sus círculos cercanos se vanagloriaba de haber sido el gran pacificador de Guatemala. Pérez tendría más motivos para cagarse de la risa a costas de su maestro: vio pasar el cadáver del FRG y el nacimiento y ascenso de su propio partido, el Patriota, último refugio político de canallas.

Cuando el FRG llevó a la presidencia a Alfonso Portillo, Pérez Molina renunció al Ejército. El papel corrupto que Pérez jugó en las fuerzas armadas durante su carrera, fue estelarizado, después, por Enrique Ríos Sosa, que por influencias de su padre Efraín, fue puesto en las finanzas del Ejército. Ríos Sosa, siete militares más y algunos civiles, son procesados por el traslado de casi 500 millones de quetzales a cuentas particulares.
Entre campañas y gobernanzas del FRG y el PP, ocurrió una serie de atentados terroristas en contra de familiares, amigos y correligionarios de Ríos Montt y Pérez Molina, ejecutados por alas del Sindicato y la Cofradía. Por supuesto, nunca hubo una acusación recíproca entre ambos criminales, pero el odio a muerte que se profesan hasta hoy, dejó algunos muertos en el camino.
Aunque tímidamente, la justicia ha unido a estas dos lacras nacionales. Ríos Montt, el que “no robó, no mintió, ni abusó,” es procesado por genocidio de ixiles, en cuyo territorio empezó su Plan Sofía, que dejó más de 400 aldeas arrasadas, un reguero de miles de muertos y cientos de cementerios clandestinos, entre hombres, mujeres, niños y ancianos inermes.

Pérez Molina, que como capitán participó del genocidio ixil, es un expresidente de vacaciones en la Zona Militar Mariscal Zavala, mientras es procesado como el principal en la línea de mando de la más grande organización saqueadora del Estado denominada La Línea, que con “mano dura, cabeza y corazón” dejó al gobierno con una mano adelante y otra atrás. A estas alturas, la historia debería reconocer a ambos como los más grandes ladrones criminales de la guerra y de la paz de un país que asume su historia como verde olvido.

martes, 25 de abril de 2017

GUATEMALA: VÍDEO FORO, ANTONIO OBANDO SÁNCHEZ, DE LOS DE SIEMPRE


VÍDEO FORO: COLECTIVO CLAVEL ROJO TE INVITA, 

VIERNES 28 DE ABRIL 2017, 17:00 HORAS, 
LUGAR: CASA ROJA (3av. 6-51 zona 1)
DOCUMENTAL DE LOS DE SIEMPRE 25 min. Año 2002 Realizado por Asociación COMUNICARTE.
PRIMERO.DE MAYO ¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA DE GUATEMALA Y DEL MUNDO¡


ANTONIO OBANDO SÁNCHEZ: DE LOS DE SIEMPRE
Obando pasó en la prisión los 14 años que duró la dictadura ubiquista y logró su libertad al triunfo de la Revolución del 20 de octubre del 1944 e inmediatamente se reincorporó al movimiento sindical, siendo uno de los fundadores de la Escuela Claridad, en donde conoció al salvadoreño Miguel Mármol con quien mantuvo una estrecha amistad.

jueves, 20 de abril de 2017

EL CUERPO ADOLORIDO DE CONCHITA

Clara Arenas B.
Estamos muy acostumbrados a reflexionar, cuando alguien cercano o conocido fallece, que su presencia física se va a extrañar, pero que su espíritu, su esencia, vivirá con nosotros a través de su recuerdo y de su impacto en nuestras vidas. En los casos de asesinatos políticos, se dice no sin razón que podrán matar el cuerpo, pero no las ideas.

Reflexiones como éstas exactamente pueden hacerse y las hemos hecho en el caso del reciente fallecimiento de Conchita Deras. Es así: ella aportó a las vidas de quienes tuvimos la dicha de conocerla con su mirada inesperada y diferente sobre el acontecer nacional y personal. Está dicho también, y seguramente se irá profundizando en ello a medida que vaya surgiendo más información y nuevos testimonios,  su invaluable aporte en el mundo del arte escénico con sentido social y a la formación en el campo del Trabajo Social en nuestro país.

Quiero, con todo el dolor que eso supone para mí y para quien lea o escuche, introducirme en el sufrimiento causado a Conchita en su cuerpo, a los 87 años de edad. Conocí a Conchita cuando ella tenía 54 años y trabajábamos en un conocido semanario centroamericano. Ella era morena, pequeña, menuda, pero siempre erguida, caminaba con prestancia, a paso ligero y se mantenía esbelta. Ojos oscuros, pequeños, profundos; boca expresiva; mentón bien definido; cabello fino y rebelde. Voz dulce y algo cavernosa, seguramente debido a su gusto por fumar cigarrillos durante un buen tiempo en su vida. Las manos de Conchita eran manos bien cuidadas, que dibujaban formas en el aire cuando hablaba. De esas manos emergieron muchísimos trabajos delicados, finos. Menciono tres: el delantal bordado que me regaló cuando me casé, el sachet de encajitos que me obsequió en otra oportunidad y el títere de mano que era “la caperucita roja” y “el lobo feroz” en uno.

Con el correr de los años y porque vivíamos en el mismo barrio, vi el cuerpo de Conchita envejecer: caminaba más despacio, erguida, pero no tanto; ya no siempre lograba verme cuando le decía adiós desde el carro. Pero su cuerpo no era para estar encerrado, necesitaba salir y respirar, sentir el aire y la gente de su entorno.

El pasado 16 de marzo, ese pequeño cuerpo, frágil y envejecido, expresivo y familiar en nuestro barrio, fue objeto de una golpiza tal, que le causó la muerte pocos días después. Recibió innumerables golpes en la cabeza, que le provocaron varias fracturas, en el rostro y en otras partes sensibles. Su hija me dijo en esos días que el cuerpo de su madre estaba de tal manera golpeado que daba la impresión de que le hubieran derramado un bote de pintura morada encima. Y el dolor era tan grande, que hasta la caricia suave de su hija le resultaba insoportable. 

Cuesta aceptar que esto haya sucedido, que el cuerpo menudo de Conchita haya sido maltratado de esa manera. Que nuestra querida amiga haya sido arrebatada de nuestras vidas concretas de esta forma cruel. Cuesta aceptar que nuestra sociedad produce entre sus miembros a quienes son capaces de acciones como ésta. Pero es así: día a día se atenta contra los cuerpos de las mujeres. Se les maltrata, se les cercenan partes, se les quema. Estamos ante un desprecio total por la vida de las mujeres, por la vida humana, de una sociedad capaz de engendrar enorme crueldad al mismo tiempo que indiferencia y frialdad ante escenas dantescas de muerte y desolación.

Este desprecio tiene múltiples causas seguramente. Un sistema enfocado en la ganancia y la acumulación a cualquier costo, envuelto en ideologías racistas y sexistas, constituye parte de la explicación. Una historia, tanto lejana como reciente, marcada por la acción cruel del poder contra población civil indefensa e inocente, también explica.
Urge seguir aportando a la comprensión de lo que está sucediendo y hacer esfuerzos continuados y profundos por eliminar sus causas. Porque el camino que hemos tomado como sociedad no habla de futuro, no promueve la esperanza. Atentar cruelmente contra la vida de las mujeres, de las niñas y los niños, y contra todas las otras vidas del planeta que compartimos, nos convierte en una sociedad suicida.

Los movimientos de mujeres nos proponen el concepto de territorio-cuerpo para ayudarnos a discernir y enfocar en éste como un ámbito de acción y defensa en el que nos debemos mover para construir relaciones de respeto e igualdad. Hagamos nuestro este concepto como sociedad, vigilemos atentamente toda muestra de irrespeto al cuerpo de las mujeres, toda agresión por pequeña e inofensiva que parezca. No veamos con indiferencia el trato cruel a los cuerpos de las mujeres.

Guatemala, 18 de abril del 2017.

La columna de opinión fue editorial del noticiero Maya Kat de la Federación Guatemalteca de Educación Radiofónica el 18 de abril del 2017.
  

GUATEMALA: LOS PUEBLOS TIENEN LA PALABRA


En las manos de los pueblos indígenas y de los movimientos campesinos está el destino de Guatemala.
Miguel Ángel Albizures-
Está demostrado que la oposición a todo mínimo cambio del sistema en Guatemala viene de quienes más tienen, viene de los sectores más atrasados del país, de aquellos que desde 1954 hasta 1985 detentaron el poder y continúan, hasta el día de hoy, imponiendo las reglas de juego. Históricamente nada se mueve sin el consentimiento de ellos, pero la pregunta sería: ¿hasta cuándo seguirá siendo así?, la respuesta la tienen los pueblos mayas, garífunas y xincas que conforman la mayoría de la población del país, pero que desgraciadamente, hasta el momento, no han sido capaces de aprovechar su fuerza numérica para provocar un cambio, por demás urgente y necesario.

En muchas ocasiones les hemos escuchado decir “somos mayoría” y eso nadie lo niega, pero es una mayoría gravemente fragmentada donde la dirigencia antepone los intereses personales o de grupo, a los intereses del país. Movimientos indígenas diversos existen, como existen diversas organizaciones campesinas y cada quien por su lado quiere demostrar su fuerza, pero el día que la dirigencia piense más en el futuro del país y en el futuro de quienes hoy se debaten en condiciones paupérrimas en el campo e inicien un proceso de unidad serio para dar una lucha conjunta, ese día temblará la oligarquía y quizá empiecen a pensar que es necesario cambiar la actitud feudal que hasta el momento han mantenido.

Ya estamos claros que nada les conmueve, que ven las desgracias del país como ver llover, que la muerte de la niñez por hambre, les importa poco, mucho menos la muerte de las madres totalmente desnutridas que tratan de amamantar a sus hijos. “Para que se meten a tener hijos” es la expresión común de ellos, los que más tienen, los que han acumulado por el sudor de trabajadores del campo y de la ciudad que ganan salarios miserables. Lo único que puede abrirles los ojos, es un movimiento político social unificado, donde quepan todas las expresiones que pujan por un cambio y donde los intereses personales y de grupo pasen a segundo plano para poner por delante los intereses de un país que se hunde ante la mirada indiferente de quienes podrían hacer algo para salvarlo.

En las manos de los pueblos indígenas y de los movimientos campesinos está el destino de Guatemala, soñar con crear un partido político que sea alternativa se vale, pero aferrarse a seguir creyendo que cada quien es la solución, es atrasar un proceso de cambio que tanto se necesita. La unidad en la diversidad es el reto que tenemos enfrente. Si la oligarquía y los militares atrasados quieren seguir parados en sus cuatro, que continúen y que esperen la avalancha de un pueblo que les puede caer encima porque está harto de tanta injusticia. Ojalá la dirigencia de diversas expresiones comprenda la importancia de un proceso de unidad sin condiciones, pero con un objetivo concreto: Rescatar al país y contribuir a un nuevo proceso de desarrollo con justicia social.
http://elperiodico.com.gt/opinion/2017/04/20/los-pueblos-tienen-la-palabra/

sábado, 15 de abril de 2017

GUATEMALA: NI PERDÓN NI OLVIDO,RODOLFO RAMÍREZ Y ANDREA RODRÍGUEZ ¡¡PRESENTES!!

Armando Ramírez*
Armando Ramírez
Mis padres, Rodolfo Ramírez, secretario general de la Federación Autónoma Sindical de Guatemala (#Fasgua), y Andrea Rodríguez de Ramírez, su esposa, regresaban a casa después de las diez de la noche del 15 de abril de 1980 cuando fueron interceptados por agentes de las fuerzas de seguridad de Guatemala.

Los atacantes se conducían en por lo menos cuatro automóviles y dos motocicletas, uno de los cuales era marca Toyota color café con placas de circulación P-31209; vestían de civil, como era costumbre en las fuerzas de seguridad de la época, en especial del Cuerpo de Detectives o del Comando 6 de la Policía Nacional.

Rodolfo Ramírez, y Andrea Rodríguez
Las unidades de exterminio actuaban bajo las órdenes de los cuerpos de inteligencia del Ejército de Guatemala, para eliminar a quienes eran consideradas como enemigos internos del Estado.
Quienes planearon y ejecutaron el asesinato de mis padres, al igual que centenares de dirigentes sindicales y campesinos, gozan de plena libertad e impunidad, sin que el Estado Guatemalteco haya iniciado las investigaciones, a pesar de que el caso fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos humanos, desde noviembre de 1980.

Dos automóviles bloquearon el paso del auto en el que se conducían mis padres y un hermano, encerrándolo, mientras sus tripulantes dispararon sus armas, calibre 45, contra el rostro y el pecho de ambos.
Él murió de inmediato tras decir: “Ahora sí, Andrea”. Ella logró abrir los ojos e intentó decir algo a los hermanos que se acercaron a ellos, tras escuchar los disparos.

Un automóvil con hombres armados en su interior permaneció varios minutos a unos metros de nuestro domicilio mientras los tripulantes de las motos recorrían las calles de la zona y luego se mezclaron entre los vecinos que salieron al oír los disparos.

Salvo el informe manuscrito de los agentes que acudieron al lugar, en el resto de los reportes oficiales se asegura que se ignora el calibre de las armas y que fueron atacados por un individuo que se dio a la fuga, así como que sólo recibieron dos y un disparo. El calibre también fue omitido en el acta de defunción y está desaparecido el expediente de la necropsia de ley.

Rodolfo Ramírez, y Andrea Rodríguez
Nuestros padres recién habían cumplido 25 años de casados. Mi madre era obrera de la industria costurera y al casarse se dedicó por completo al cuidado de nosotros, sus hijos.

Nuestro padre era secretario general del Sindicato de Albañiles y Similares de Guatemala y de la Federación Autónoma Sindical de Guatemala (Fasgua), integrante del Comité Ejecutivo del Comité Nacional de Unidad Sindical (CNUS), representante ante la Federación Latinoamericana de la Edificación, la Madera y la Construcción (Flemacon), ante el Comité de Unidad Sindical de Centroamérica (CUSCA), ante el Congreso Permanente de Trabajadores de América Latina (CPUSTAL) y ante la Federación Sindical Mundial (FSM).

Tenía más de 20 años de actividad sindical y en 1977 y 1978 fue advertido por terratenientes de las regiones de las verapaces, en el norte de Guatemala, entre ellos uno de apellido Champán, de que sería ejecutado si regresaba.
Empezó su actividad sindical en los años 60, cuando los trabajadores se enfrentaron a la constructora DELTA por sus reivindicaciones, tras lo cual terminó siendo despedido.
Puso su propio taller en casa y prácticamente todo lo que era de madera en la casa era hecho por él. Además hizo una ampliación a la casa para acomodar a su familia numerosa, que por tiempos incluía a las abuelas materna y paterna.

En su juventud conllevó una mezcla de religiosidad e interés intelectual, era miembro de varias hermandades religiosas a los que solía devotamente llevar a todos sus hijos para la Semana Santa.
En su vocación autodidacta, leía muchos libros de toda clase, de filósofos americanos, de religiosos, de poetas. Luego empezaron a conocer los libros de anarcosindicalistas y de Marta Harneker.
Poco después de su asesinato, sus compañeros de lucha explicaron que tras conocerse que su nombre estaba en una de las listas de sentenciado por el régimen para ser eliminado, él rechazó salir del país, ante el temor de que si lo hacía, los militares decidieran cobrar venganza contra su esposa e hijos.
Los ministros de Gobernación y de Trabajo y Previsión Social habían amenazado a los integrantes del comité ejecutivo de Fasgua. Hombres armados habían ametrallado la sede de la federación en la ciudad de Escuintla.
Rodolfo Ramírez junto a Miguel Ángel Albizurez
La persecución contra nosotros, sus hijos se inició desde el mismo día del asesinato. Cuando esperábamos en la morgue, los cuerpos de nuestros padres y nos dirigimos a una cafetería del lugar, fuimos vigilados por dos individuos que se conducían en motocicletas, al parecer los mismos que participaron en el ataque, minutos antes.
El día del sepelio, la sede de Fasgua fue objeto de una fuerte vigilancia. Por teléfono, desconocidos preguntaban con insistencia por los hijos de los asesinados, en especial por quien había visto el ataque. Al responder, sólo se escuchaba la respiración de quien se encontraba en la línea, sin decir palabra alguna.

En la marcha fúnebre fuimos acosados por contingentes antimotines. Al volverse insoportable nuestra estancia en Guatemala, por la zozobra que nos generaban las múltiples intimidaciones recibidas, el 22 de mayo de 1980, salimos hacia Costa Rica bajo la protección de la embajada de Venezuela en Guatemala.


Continuamos en el exilio en diferentes países de Europa y América, donde hemos decidido permanecer en tanto continúe la impunidad de los asesinos de nuestros padres.
El caso fue denunciado el 17 de noviembre de 1980 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que bajo el expediente 7585 pidió información al gobierno de Guatemala el 19 de diciembre de 1980 y el 20 de abril de 1981, sin que haya recibido respuesta a la recomendación de que se investigaran los hechos.

El hecho continúa sin ser esclarecido por parte de las autoridades guatemaltecas y quienes elaboraron y ejecutaron la estrategia contrainsurgente, que incluyó el asesinato de nuestros padres, retomaron el gobierno por medio del Partido Republicano Institucional y el Partido Patriota.
Las posibilidades de lograr justicia y el castigo a los responsables por medio de los tribunales guatemaltecos continúan siendo nulas. El caso fue presentado en abril de 2009 ante el Ministerio Público, sin que hasta ahora se conozcan avances en la investigación.
En octubre de 2011, el caso también fue presentado ante la Procuraduría de Derechos Humanos, donde un año después se nos informó que el expediente desapareció, sin que hasta el momento se conozca avance alguno en las investigaciones.

También se presentó en diciembre de 2012 una denuncia por el caso ante el Juzgado Noveno de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Guatemala.
Los informes sobre lo sucedido en la época de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA) y de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH), omitieron el caso, lo que ha servido para que el gobierno de Guatemala asegure que se carece de elementos para considerar que los hechos que denunciamos son verdaderos.
*El autor es periodista en México y editor digital de Noticiudadana y Migrante Latin
Fotos del videohttps://www.youtube.com/watch?v=jPyoQcaTOSQ
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domingo, 9 de abril de 2017

PROHIBIDO OLVIDAR MARCO ANTONIO URIZAR MOTTA ¡¡PRESENTE!!


MARCO ANTONIO URIZAR MOTTA

El 8 de abril de 1980 es las cercanías del mercado La Reformita, zona 12 capitalina fue ametrallado Marco Antonio Urízar Motta, dirigente magisterial, estudiante de Humanidades, miembro de la Vanguardia de Estudiantes Revolucionarios, presidente de la Asociación de Estudiantes de Humanidades, catedrático de la Escuela Normal y miembro de la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT).
 La Asociación de Estudiantes de Humanidades responsabilizó de este hecho a Donaldo Álvarez Ruiz, Germán Chupina Barahona y Manuel Valiente Téllez, “esbirros de la dictadura militar luquista”. 
 Fotografía de Mauro Calanchina, marcha de protesta durante el sepelio de Tono Urizar. 
“Amen la Escuela Normal y den la vida por ella
exijan sus derechos y califiquen a sus maestros. 
Jamás, jamás, se olviden de leer un libro 
lean todo lo que puedan, lo que tienen en su mente 
nadie se los arrebata. 
Moriremos de pie, jamás de rodillas” 
(Marco Antonio Urizar, fragmento del poema Jamás se confíen)


jueves, 6 de abril de 2017

Spielberg lleva la masacre de las Dos Erres a la pantalla grande


POR: ANDREA DOMÍNGUEZ | 6 ABRIL, 2017 - 10:35 AM

Se llamaba Oscar y tenía tres años. Sus ojos verdes lo salvaron del horror: uno de los soldados que asesinó a su familia y a todo su pueblo en Guatemala lo secuestró y crió como suyo. Casi 35 años después, un documental producido por Steven Spielberg clama por justicia.

Rios Montt no enfrentará a la justicia por #CasoDosErres

“Finding Oscar” (Encontrando a Oscar), que se estrena en Estados Unidos el 14 de abril, es una narración sólida y desgarradora de la búsqueda por la verdad y la lucha contra la impunidad en un país destrozado por la guerra civil (1960-1996), que dejó unos 200.000 muertos y desaparecidos.

Spielberg lleva la masacre de las Dos Erres a la pantalla grande

Es la historia de Oscar Ramírez, ese niño que sobrevivió en 1982 al asesinato de su madre, sus cinco hermanas, sus dos hermanos y los 200 habitantes de su poblado Las Dos Erres en la selva de Guatemala, a manos de “kaibiles”, una fuerza especial del ejército entrenada por militares estadounidenses para combatir el comunismo.

Hallar la verdad
Oscar, prueba viviente de la participación del gobierno en la masacre, recién supo la verdad en 2011, cuando ya tenía más de 30 años.

“Esta es la historia más fascinante que escuché en mi vida”, dijo a la AFP el director Ryan Suffern, un estadounidense de 39 años que trabajó dos años y medio en este filme.

Ríos Montt en su última batalla legal

“Lo que atrae de la historia de Oscar es este increíble punto de entrada, la crisis existencial de descubrir un día que toda tu vida no es lo que parece. Y eso es lo que convierte esta espantosa historia en una búsqueda épica y fascinante para hallar la verdad, y para hallar a ese niño”, añadió.

La difusión de la película producida por Spielberg y Frank Marshall llega apenas días después de la decisión de una jueza en Guatemala de ordenar un juicio especial por genocidio contra el exdictador Efraín Ríos Montt (1982-1983), de 90 años, por su rol en esta masacre. Ríos Montt fue sentenciado a 80 años de prisión por genocidio en 2013, pero la máxima corte de Guatemala anuló el fallo por un “error de procedimiento”. Sus abogados aseguran que padece demencia.

MP busca poner medidas de seguridad a José Efraín Ríos Montt

Solo un puñado de “kaibiles” han sido condenados en Guatemala en relación a la masacre, cada uno a 6.060 años de cárcel. Otros tres están en prisiones estadounidenses, condenados por violar leyes migratorias. Se sospecha que varios más residen en Estados Unidos.

Dos décadas de búsqueda
El documental entrevista a las personas que durante décadas investigaron lo que pasó en dos atroces días de diciembre de 1982, cuando pareció que a un pueblo entero del departamento de Petén (norte) se lo había tragado la tierra.

https://www.youtube.com/watch?v=ynP2e1-Gl7s

Los testimonios de familiares, sobrevivientes, expertos forenses, de la valiente fiscal Sara Romero y hasta de exkaibiles que recibieron inmunidad a cambio de delatar a otros se suceden para contar lo inefable: la tortura, la violación de mujeres y niñas y el asesinato de todo el poblado por parte de unos 20 kaibiles que buscaban guerrilleros y armas y nada encontraron.

Tras años de búsqueda, en 2011 la fiscal Romero finalmente da con Oscar, que vive sin papeles en los suburbios de Boston (este), y le escribe un correo electrónico donde le revela su verdadera historia.

Ríos Montt incapaz de enfrentar juicio

Conocer la verdad permitió a Oscar, que hoy tiene 36 años, viajar a Guatemala y reunirse en 2012 con su padre biológico, un campesino que se salvó porque estaba trabajando en otras tierras, así como legalizar su estatus: Estados Unidos le dio una visa de refugiado.

“Oscar vive hoy una versión del sueño americano del inmigrante, junto a su esposa Nidia y sus cuatro hijos”, dijo Suffern.
En 2014, Oscar atestiguó en persona contra Jorge Sosa, uno de los autores de la masacre, que vivía en California y fue condenado a 10 años de prisión por fraude migratorio.

Suffern quiere estrenar el documental en Guatemala en mayo o junio.
“Parte de hacer justicia es simplemente un reconocimiento de lo que sucedió. Nunca hubo un reconocimiento formal por parte del gobierno, por eso es realmente importante exhibir el filme públicamente en Guatemala“, dijo.

Una Comisión de la Verdad auspiciada por la ONU documentó 669 masacres durante la guerra civil en Guatemala, la inmensa mayoría a manos del Estado durante la dictadura de Ríos Montt y la posterior de Oscar Mejía Víctores (1983-1986).

© Agence France-Presse
http://www.guatevision.com/nacionales/spielberg-una-pelicula-la-hurga-las-heridas-abiertas-guatemala/

MANUEL LÓPEZ BALÁM


Manuel López Balám

Miguel Ángel Albizures
“Los sindicatos tienen que ser activos y los dirigentes tienen que ser íntegros para poder defender los derechos de los trabajadores”.

Cuando se da una serie de críticas por la actitud de la dirigencia de algunos sindicatos de instituciones del Estado, bien vale la pena recordar a uno de los sindicalistas de la década de los setenta que cayó acribillado un 5 de abril de 1979 y a quien su hijo lo recuerda como una persona íntegra que le enseñó a enfrentar los sinsabores de la vida y entender la importancia de la lucha sindical en defensa de los trabajadores. Marlin, el hijo de Manuel López Balán, cree “que los sindicalistas de ese tiempo eran íntegros, entregados, no corruptos, que se necesitaba coraje para estar al frente de la organización como estuvo su padre”. Le enoja la situación actual del sindicalismo y la visión que tienen de lo que es un sindicato, pues para él “los sindicatos tienen que ser activos y los dirigentes tienen que ser íntegros para poder defender los derechos de los trabajadores”.

Y hoy en día, cuando el sindicalismo está en trapos de cucaracha y uno encuentra a personas así, quienes a pesar del dolor, del sufrimiento, de las penalidades que pasaron por la muerte violenta del padre, piensa que no todo está perdido en Guatemala, que la semilla germina, que el sindicalismo resurgirá y que esa frase tan repetida de que “pueden matar a los hombres, pero jamás sus ideas”, sigue cobrando realidad. Manuel había sembrado la semilla, había sido ejemplo para sus hijos y, en medio de la persecución, les brindó el cariño del obrero y del dirigente que se fraguó en importantes luchas sindicales, como aquellas que libró el sindicato de Coca Cola, del cual Manuel López Balán llegó a ser el Secretario General. Manuel fue el tercer Secretario General y el segundo asesinado de esa empresa, cuando apenas atravesaba los 31 años de edad.

Karin Slowing, en su columna de ayer en ‘Prensa Libre’ “Sindicatos en la encrucijada” al criticar la actitud de la dirigencia del sindicato de Salud Pública, señala con claridad “…el mayor riesgo que existe en la actualidad es que se aproveche la oportunidad para desmantelar la organización sindical, dejando con ello a miles de trabajadores del sector público –que ganan mal y trabajan en condiciones muy difíciles– a merced de otras fuerzas, que siempre han propugnado porque no existan sindicatos en el país”. Y Karin recuerda la violencia que antes se ejerció contra la dirigencia y tiene razón, las condiciones de hoy no son las de la década de los setenta y ochenta cuando la metralla contra la dirigencia estaba a la vuelta de la esquina.

Karin llama a la reflexión, a volver a la mesa de negociaciones y a poner las barbas en remojo. La ministra de Salud Pública no es la enemiga del sindicalismo, los enemigos son otros y no podemos darles armas para que terminen de destruir el movimiento que a fuerza de luchas y de la sangre que derramaron muchos compañeros, se logró el derecho de sindicalización de los trabajadores del Estado que, desgraciadamente hoy, están gravemente fragmentados. Sirvan estas líneas de homenaje a la memoria del entrañable compañero Manuel López Balán.


http://elperiodico.com.gt/opinion/2017/04/06/manuel-lopez-balan/

miércoles, 5 de abril de 2017

AQUI ESTA TU SON CHABELA


AQUÍ ESTA TU SON CHABELA - 14 minutos

Memoria Histórica en Guatemala año 1989 - 2010, Huelga de Dolores, Universidad de San Carlos de Guatemala, imágenes de archivo de Asociación COMUNICARTE



DECLARACIÓN DE LA ANTIGUA GUATEMALA, PRIMER ENCUENTRO AUDIOVISUAL DE GUATEMALA


NOSOTROS, los participantes del Primer Encuentro de la Memoria Audiovisual de Guatemala celebrado en la ciudad de La Antigua Guatemala el 22 y 23 de marzo de 2017, suscribimos la presente.



DECLARACIÓN DE LA ANTIGUA GUATEMALA


Con base en las siguientes consideraciones:

1. Los materiales audiovisuales (películas y registros visuales y sonoros) constituyen un patrimonio valioso que conserva la memoria e identidad de nuestros pueblos.

2. Estos materiales, actualmente están expuestos a grandes riesgos, debido a la frágil naturaleza de sus soportes (acetato, celuloide, diversos formatos de videotape, etc.).

3. Los materiales audiovisuales contienen información histórica y cultural extraordinariamente valiosa, en algunos casos única, sobre la historia de Guatemala, en los siglos XX y XXI, además de valores estéticos y artísticos de cada época.

4. La producción audiovisual se ha incrementado considerablemente en las dos últimas décadas, lo que, aunado a la dispersión de los materiales históricos, hace aún más urgente crear y desarrollar planes de recuperación, catalogación, preservación, salvaguardia y puesta en uso de los productos de la realización audiovisual.

5. Ambos aspectos, la importancia de los registros audiovisuales y las dificultades para su recopilación, conservación y difusión, han sido reconocidas por instancias internacionales como la UNESCO, que ha declarado el 27 de octubre como el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.

6. Esta situación es particularmente grave en los países centroamericanos en donde la escasez de recursos asignados a las preservación, salvaguardia y uso del patrimonio audiovisual es alarmante.

7. Que las normativas vigentes relativas al patrimonio cultural tocan solo tangencialmente lo relativo a la producción audiovisual.
8. La magnitud de la tarea invita a unir esfuerzos de instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil para la preservación del patrimonio audiovisual y su difusión.

Por tanto, proponemos

1. Que se unan los esfuerzos –hasta el momento, aislados- para rescatar, conservar y difundir el patrimonio audiovisual, tanto en las instancias estatales como en las privadas.

2. Establecer vínculos de trabajo mediante la creación de la Red de Archivos Audiovisuales de Guatemala, con miras a ampliar el ámbito de acción a los otros países del área centroamericana.

3. Que se desarrollen planes conjuntos entre las dependencias oficiales y las iniciativas de entidades privadas para recolectar, preservar y poner en uso el patrimonio audiovisual.

Con base a lo anterior, demandamos:

1. A los Estados centroamericanos, y al guatemalteco en particular, a las universidades públicas y privadas, a las asociaciones de cine y audiovisuales, a las instancias culturales, que se atienda de inmediato el rescate, preservación y difusión del patrimonio audiovisual.

2. Que las instituciones del Estado, la iniciativa privada y la sociedad civil tomen las medidas legales, presupuestarias, educativas y culturales necesarias para preservar, conservar y difundir el patrimonio audiovisual de la Nación y de las naciones centroamericanas.

3. Que para alcanzar el anterior objetivo se destinen los recursos financieros, tecnológicos y humanos que sean necesarios.

4. Que se apoye la gestión de las instancias actuales (cinematecas y archivos) así como se generen nuevas iniciativas para la construcción de instalaciones adecuadas para la conservación (con control de temperatura y humedad, por ejemplo), rescate (equipo para la obtención de copias de seguridad y digitalización, etc.), difusión (salas de exhibición y de consulta) e investigación y conformar archivos físicos y virtuales de estos materiales.

5. Para lograr estos propósitos es necesario que las instituciones del Estado, relacionadas con la salvaguardia del patrimonio cultural, especialmente el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala y las dependencias de la Universidad de San Carlos de Guatemala que tengan que ver con este asunto, asuman las responsabilidades que les corresponden.

6. En esa dirección, demandamos el apoyo inmediato a la Cinemateca Universitaria “Enrique Torres”, de Guatemala, y a su personal, por ser la institución que alberga la mayor cantidad de filmes históricos (cientos de películas en soporte de nitrato de celulosa de los años 1926 a 1950 y numerosa producción en películas con soporte de acetato) y un acervo considerable de otros materiales audiovisuales. Esta Cinemateca está urgida de locales adecuados, separados según el tipo de soporte de los materiales, salas de exhibición y consulta, de un equipo apropiado para el rescate profesional de sus acervos, de la capacitación del personal existente, la incorporación de especialistas en catalogación, atención a estudiantes, docentes, investigadores, cineastas y público en general. Esta mejora en los servicios que presta la Cinemateca no solo beneficiaría a sus propios acervos, sino serviría de apoyo al trabajo de los demás archivos públicos y privados de país.

Por nuestra parte, nos comprometemos a:

1. Consolidar la naciente Asociación por la Memoria Audiovisual de Guatemala, mediante la obtención de su personería jurídica.

2. La realización de actividades debidamente planificadas para la formación de recursos y la recuperación de acervos.

3. Tomar la iniciativa para sumar esfuerzos de todas las instituciones gubernamentales, privadas y de la sociedad civil para implementar proyectos, programas, campañas en pro del patrimonio audiovisual.

4. La búsqueda de unidad con las cinematecas y archivos audiovisuales de Centroamérica.

5. Contribuir a la construcción de una base de datos de los materiales audiovisuales disponibles en cada archivo de las instancias participantes, a fin de facilitar la utilización de los mismos por personas e instituciones interesadas.

Dado en la ciudad de La Antigua Guatemala, a los veintitrés días del mes de marzo de dos mil diecisiete. 


Personas e instituciones participantes en el Primer Encuentro de Memoria Audiovisual

Walter Figueroa y Sergio Pozuelos, Cinemateca Universitaria “Enrique Torres”, Universidad de San Carlos de Guatemala –USAC-; René Pauck, Cinemateca Universitaria “Enrique Ponce Garay” de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras; Carlos Henríquez Consalvi, Museo de la Palabra y la Imagen, El Salvador; Alberto Jiménez, Fundación Luciérnaga, Nicaragua; William Miranda, Archivo de la Imagen, Centro Costarricense de Producción Cinematográfica; Carlos René García Escobar, ADESCA; Frieda Morales, Asociación Luciérnaga; Domingo Lemus, AGAcine y Cinemateca de Quetzaltenango (en formación); Ramiro MacDonald, Universidad Rafael Landívar; Otto Ricardo Gaytán Silva y Omar Salomón Soto, Consejo Para la Protección de La Antigua Guatemala; Arturo Albizúrez, Asociación Comunicarte; Guisela Asensio, Thelma Porres Morfín, Oscar Farfán y Anaís García, CIRMA; Regina Fuentes Oliva, Enrique Maldonado, Angélica Caal Vargas y Luz Midilia Marroquín, Instituto de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Arqueológicas –IIHAA-, Escuela de Historia, USAC; Leiby Salguero y Salvador Montúfar, Carrera de Archivística, Escuela de Historia, USAC; Juan José López y Ana Lucía Morales, Centro del Filme Etnográfico, Universidad del Valle de Guatemala; Paulina Zamora y Pablo Xoná, Fundación Yax; Verónica Sacalxot y Leida Cholotío, Cinemateca de Quetzaltenango (en formación); Anna Carla Ericastilla y Diana Barrios, Archivo General de Centro América; Otto Yela, Escuela de Ciencias de la Comunicación, USAC; Rafael González, Productora EK Balam; María Beatriz Gallardo, Dos & Dos Producciones; Johan Melchor, Comisión de Investigación del Arte en Guatemala –CIAG-; Julio Solórzano Foppa, Memorial Para la Concordia, Guatemala; Elías Jiménez e Isabel Messina, Unidad de Cine, Ministerio de Cultura y Deportes; Mario Caxaj, Departamento de Investigación Artística y CIAG, Ministerio de Cultura y Deportes y Edgar Barillas, Archivo de la Imagen, IIHAA, Escuela de Historia, USAC.




martes, 4 de abril de 2017

MANUEL LÓPEZ BALAM: EL DIRIGENTE SINDICAL, DE LOS DE SIEMPRE, SINDICATO DE TRABAJADORES DE COCA COLA

El 5 de abril de 1979 fue asesinado Manuel Francisco López Balam, secretario general del sindicato de trabajadores de la Coca-Cola, en la 17 avenida y 2ª calle de la zona 6, en la tienda El Valle. Igual que en el caso de Quevedo, López Balam se encontraba realizando su tarea de distribución del producto de la empresa y fue asesinado por dos sujetos, quienes lo golpearon con un tubo de hierro y luego lo degollaron. 

Cuando otro trabajador acudió en su auxilio, uno de los asesinos le dijo: “Yo no quiero matarte, es a él a quien quiero”, señalando a López Balam. Como en el caso de la muerte de Quevedo, los dos asesinos, según se reportó, siguieron en motocicletas al camión de la compañía. El cuerpo de López Balam mostraba 17 heridas. Se afirma que sus agresores intentaron cubrir este crimen como un acto de delincuencia común (intento de robo). 

Un declarante recuerda que para el entierro de Manuel López Balam había agentes de la G-2 amedrentándolos y, a la salida del cementerio, los persiguieron. Un declarante sostiene: “Fue con este hecho que se agudizó la relación trabajadores-empresa. La confrontación fue muy fuerte. El número de agentes de seguridad se había redoblado y hasta tenían perros”.
Foto: Arturo albizures

MANUEL LÓPEZ BALAM
Del Libro: ¿Por qué Ellas y Ellos? ODHAG
Miguel Ángel Albizures y Edgar Ruano Najarro
Nació en la ciudad de Guatemala el 5 de junio de 1948; era hijo de Gregorio López y de María Filomena Balán, ambos ya fallecidos. Sus papás tenían cuartos de alquiler y fue así como conoció a Carmen, que llegaba a visitar a una tía; se enamoraron, unieron sus vidas y procrearon a dos hombres y una mujer. En 1972, cuando ya tenían dos hijos, decidieron casarse por la iglesia católica y vivían una vida tranquila. Para ella, “Manuel era un gran hombre”, no les faltaba nada, pues por ese tiempo él trabajaba en la embotelladora San Bernardino. 

Su hijo Marlin recuerda que lo llevaba a jugar futbol y que también se iban con ellos otros patojos del barrio; algunas veces lo acompañaba en las vueltas que daba en el camión de reparto de la empresa. Manuel compartía con ellos lo que era su actividad sindical y por eso su hijo, quien hoy trabaja también en la Coca Cola, cree que los sindicalistas de ese tiempo eran íntegros, entregados, no corruptos, que se necesitaba coraje para estar al frente de la organización como estuvo su padre. Le enoja la situación actual del sindicalismo y la visión que tienen de lo que es un sindicato. Para él “los sindicatos tienen que ser activos y los dirigentes tienen que ser íntegros para poder defender los derechos de los trabajadores”. 

Cuando uno encuentra personas así, quienes a pesar del dolor, del sufrimiento, de las penalidades que pasaron por la muerte violenta del padre, piensa que no todo está perdido en Guatemala, que la semilla germina, que esa frase tan repetida de que “pueden matar a los hombres, pero jamás sus ideas”, sigue cobrando realidad. Marlin apenas tenía 9 años, cuando el 5 de abril de 1979 su padre fue vilmente asesinado. Antes había sembrado la semilla, había sido ejemplo para sus hijos y, en medio de la persecución, les brindó el cariño del obrero y del dirigente que se fraguó en importantes luchas sindicales, como aquellas que libró el sindicato del cual Manuel López Balán llegó a ser el Secretario General. 
Manuel fue el tercer Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Embotelladora Guatemalteca Coca Cola, y el segundo asesinado de esa empresa, cuando apenas atravesaba los 31 años de edad. Fue uno de los iniciadores del sindicato y de los que más consignas gritaba en marzo de 1976, cuando la policía los estaba desalojando de la empresa. 
Foto: Rel-UITA

Manuel, en su forma de ser y de vestir, era una persona humilde y sencilla. Algunos de sus rasgos sobresalían. Jamás hizo alarde de actitudes valientes. Por el contrario, en diferentes ocasiones manifestó su temor a perder la vida, lo que no le impedía asumir y cumplir las responsabilidades que sus compañeros le confiaban. 
Su sencillez y disponibilidad a servir lo llevaron a colaborar con una de las secretarías de la CNT en un proyecto de construcción de casas del Banco Nacional de la Vivienda (BANVI), denominado “Ayuda mutua y esfuerzo propio”. 

No era una casa para él, sino su contribución para que una compañera obrera y madre soltera pudiera tener su casa, la que entre varios construían los fines de semana, después de una larga semana de trabajo. En esta actividad solidaria sufrió un accidente. Un día, trabajando como peón de albañil, se le disparó su propia arma, que últimamente portaba para intentar defenderse en caso de un atentado, y se hirió en la pierna. Compañeros relacionados con la Central Nacional de Trabajadores (CNT) que estaban en el mismo proyecto lo atendieron de inmediato y, antes de que interviniera la policía y se diera cuenta de quién se trataba, lo acompañaron hasta un hospital privado para que le dieran las primeras atenciones. De allí, a solicitud de él, por temor a que los grupos represivos llegaran a asesinarlo, fue conducido a la sede de la CNT, en donde permaneció escondido mientras se recuperaba. En ese tiempo contribuyó en las labores diarias de la central y compartió un cuarto con Marlon Mendizábal y Bernardo Marroquín, quienes también trataban de burlar la vigilancia policial, pero tiempo después ambos corrieron la misma suerte de López Balán. Fueron asesinados. 

Por esos tiempos de dura persecución se le vio salir de la central, tarareando una canción, acompañado de la compañera y licenciada Yolanda Urízar, quien fuera secuestrada y desaparecida tiempo después. Era una canción revolucionaria con la que trataba de animarse a sí mismo. Por su actividad sindical y por motivos de seguridad, había prácticamente dejado de ver a sus tres hijos, quienes tendrían entre 5 y 9 años de edad, y a su esposa. 
Foto: Arturo albizures

Los veía cuando las circunstancias lo permitían, tal como acontecía en esa época con aquellos que habían asumido la causa de su pueblo como su propia causa. Según versiones de la esposa de López Balan, éste le contó en repetidas ocasiones que Alfonso Riege y el teniente Rodas, gerente y jefe de seguridad de la empresa, lo habían amenazado de muerte si no abandonaba el sindicato. López Balán tenía plena conciencia de los riesgos que representaba asumir la responsabilidad de ser Secretario General del Sindicato. Un jeep y varios soldados habían llegado a buscarlo a la casa, mientras otros esperaban en la esquina: “mi suegra me avisó, me amarré un pañuelo en la cabeza y salí y les dije que ya no vivía allí, que hacía dos meses había dejado de alquilar y les indiqué una dirección falsa con señales y todo, en donde podían encontrarlo, y salieron rechinando las llantas, lo que se aprovechó para sacar a Manuel de la casa.”

 Repuesto de salud, no le quedó más alternativa que presentarse al trabajo y cumplir desde la fábrica la responsabilidad que recién le habían asignado de dirigir el sindicato. Un doctor amigo que lo veía, le había dicho a doña Carmen, su esposa, que Manuel estaba bastante demacrado y que lo iba a llevar a despejarse. Como también uno de sus hijos había amanecido enfermo, ya no fueron a ningún lado. Un día, después de presentarse a sus labores y salir en el camión de reparto a dejar en las tiendas las coca-colas que hacen el poder de la transnacional, fue asesinado salvajemente cuando ingresaba a la tienda “El Valle”, ubicada en la 2ª calle y 17 avenida de la zona 6, un barrió netamente obrero. Casualmente cayó asesinado a escasos 100 metros de donde, quien esto escribe, había vivido gran parte de su vida, lo que permitió recibir y percibir la indignación de la gente del sector y de la dueña de la tienda que tenía recuerdos de quien llegaba a dejar las bebidas. 

Sus agresores lo golpearon con un tubo de hierro, posteriormente lo degollaron hasta casi dejar su cabeza colgando. Intentaron cubrir este crimen como un acto de la delincuencia común, un intento de robo. Era la historia que se repetía en hechos similares de dirigentes o afiliados a sindicatos que habían asumido su compromiso y que representaban un estorbo al poder económico y al Ejército. Doña Carmen de López se enteró por medio de trabajadores de una empresa funeraria que le llegaron a avisar para ofrecerle los servicios. Ésta también era una dinámica de la época, las funerarias estaban atentas a los cadáveres que aparecían y llamaban a los familiares de aquellos que llevaban identificaciones. Para sus hijos fue un golpe que no se puede narrar, especialmente para el más grande que lo supo a través de sus compañeros de clase. 

Pocos días después del asesinato de Manuel, la esposa, los hijos y el padre de López Balán, comenzaron a ser objeto de amenazas y constante vigilancia policiaca. Su padre, Gregorio López Cruz, exigió el esclarecimiento del asesinato de su hijo; dos días después fue capturado por policías que se conducían en la radiopatrulla número 224, lo que evidenciaba la participación directa o complicidad de las fuerzas de seguridad. 

En el funeral de Manuel López Balán, a pesar del terror implantado, participaron más de mil personas de diversos sectores, especialmente obreros. El cortejo fúnebre salió de la sede de la Central Nacional de Trabajadores, ubicada en la 9ª avenida 4-29 de la zona 1, y enfiló por sobre la cuarta calle. Cuando llegó a la 6ª avenida la policía le impidió el paso y hubo que cambiar el recorrido. Quizá les golpeaba la conciencia el paso del funeral por la Casa Presidencial y el Palacio Nacional y, por supuesto, por la sede de la Policía Nacional en la 6ª avenida y 14 calle. En todo el trayecto, los participantes fueron hostigados por los cuerpos policíacos, en una clara provocación de las fuerzas gubernamentales. 

Con motivo del asesinato de López Balan, el sindicato de la Coca Cola lanzó un comunicado público en el que acusaba directamente a los empresarios y a los cuerpos represivos del Estado de ser los responsables intelectuales y materiales del crimen, exhortaba a los trabajadores a estrechar filas en el sindicato y a no dar paso atrás ante la situación. Así era la intrepidez de la época, era quizá el amor a un país que desangraban quienes se oponían a las transformaciones que siguen siendo necesarias. Por eso, decía el comunicado sindical, parafraseando al poeta guatemalteco Otto René Castillo, también torturado y asesinado años antes: “Si uno cae, alguien tenía que caer para que la esperanza no caiga; éste no es el momento de hacernos atrás, sino de seguir adelante, porque sabemos que no estamos solos… de nosotros depende que nuestro sindicato siga o muera, pero no puede ser posible esto último, ya que nuestra conciencia de clase no nos puede dejar traicionar a nuestros compañeros caídos… Les queremos recordar a los compañeros que nos traicionaron, que si no están conformes con la sangre derramada, la nuestra está dispuesta en pro de la clase trabajadora, porque por cada trabajador caído en la lucha proletaria, ¡se levantan miles exigiendo justicia social!”. Al señalar traición, se referían a otros afiliados al sindicato que, bajo la presión, la amenaza y la necesidad del trabajo para mantener a su familia, habían renunciado al mismo; asimismo, se referían al grupo que había sido contratado para contrarrestar al sindicato auténtico de los trabajadores. 

Manuel López Balán estaba conciente de su compromiso con su clase. Por eso volvió a presentarse a la empresa para continuar su trabajo. Si él hubiera pasado a la actividad clandestina, quizá todavía la clase obrera contara con ese cuadro destacado, nacido de sus propias entrañas y formado al calor de grandes luchas obreras. La clase obrera había perdido a uno más de sus dirigentes, consciente, humilde, sencillo, servicial, abnegado. 

La esposa e hijos de Manuel sufrieron lo indecible después de su asesinato. No encontraban apoyo ni siquiera en la familia. Tantas penas y desgracias le hicieron perder el hijo que esperaba. Tuvieron que deambular pidiendo posada y vendiendo las pocas cosas que tenían para sobrevivir y poderle dar un pan a sus hijos. Fueron pocos los amigos, como Lico, que le regalaron 50 quetzales en medio de tanta soledad. En la CNT les dieron un cuartito para vivir mientras solucionaban su situación. 

Poco a poco fue logrando hacerse de una olla para cocer frijoles y arroz; su vida iba cambiando y logró arreglar la casa no terminada del BANVI en la colonia El Paraíso, zona 18, a donde se trasladaron, por suerte unos días antes del secuestro masivo de dirigentes sindicales en la CNT301. Recuerda que cuando regresó, no encontró nada; las fuerzas de seguridad se llevaron lo poco que tenía y que iba a trasladar a su nueva casa. 

Doña Carmen, junto con la esposa de Pedro Quevedo y Quevedo, fue una de las mujeres que en los momentos de resistencia en el sindicato, cocinaban para los obreros de la fábrica. Hoy los hijos están grandes y han hecho sus vidas, pero viven con el recuerdo de aquel obrero, dirigente sindical, que les dio su cariño y les inculcó principios inquebrantables. 

Del Libro: ¿Por qué Ellas y Ellos?
En memoria de los mártires, desaparecidos y sobrevivientes del movimiento sindical de Guatemala.
La Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.
Investigación: Miguel Ángel Albizures y Edgar Ruano Najarro
http://www.odhag.org.gt/pdf/Movimiento%20sindical%20Guatemala.pdf

AL FUTURO CON OPTIMISMO.

Lucía Cuevas. © Jacob Russell
ANA LUCIA CUEVAS·MARTES, 4 DE ABRIL DE 2017

“La resiliencia es un proceso que engloba multitud de factores. 
Cuando una persona está pasando por una situación extrema o delicada influye la familia, el entorno, la situación económica, las amistades y por supuesto la misma persona. Esta consecución de elementos contribuyen a la persona o la comunidad a salir reforzada de ésa situación y por lo tanto aprender de ella.”
  
 Llega el 4 de abril y, como desde hace dieciecho años, coinciden para mi dos eventos importantes. 

Fue en ésta fecha, hace 32 años, que tres miembros de mi familia - Rosario, Augusto Rafael y Mynor fueron salvajemente asesinados en Guatemala. 
Fue en ésta fecha también que hace diecieocho años llegó al mundo, tarde y silenciosamente, mi única hija: Lulú.

Este año, Lulú llega a su mayoría de edad y desde hace varios días ha rondado en mis pensamientos un recuento de lo que ha sido su vida y pienso inevitablemente en la resiliencia. 

Lulú llegó al mundo mágicamente.  
Hasta ése momento yo había decidido no tener hijos. Pero mi regreso a Centroamerica después de un largo período de exilio me hizo cambiar de parecer. 

Unos meses antes de su nacimiento, había leído por primera vez un reporte detallado sobre la muerte de mis familiares. La descripción de la forma en cómo se habían encontrado sus cuerpos, particularmente el de nuestro pequeño sobrino de dos años me impactó profundamente. 

Me impactó tanto que involuntariamente afectó los primeros meses de la vida de mi hija. 
Sin embargo, poco a poco Lulú se instaló en nuestras vidas, con sus olores tiernos, sus diminutas manos, sus ojos negros y su inocencia, su presencia se convirtió poco a poco en un bálsamo renovador. 

Año y medio más tarde, su padre fue diagnosticado de cancer y éste fue el inicio de un viaje muy difícil físico y emocionalmente. Rápidamente regresamos a Europa. Aquí, durante 5 años vivimos juntos la muerte lenta de Bernard. Recuerdo con detalle fotográfico la última vez que la lleve a ver a su papá. Temerosa por el ruido de su respirar dificultoso, lo abrazó por última vez con una mezcla de miedo y tristeza en los ojos. 

En ése momento, Lulú tenía seis años y ya conocía la tristeza.  
Unos meses antes su prima Amanda, su 'madrina' de 16 años e hija de mi hermana Rosario había muerto en los brazos de su madre de un paro cardíaco.

Después de la muerte de Bernard, iniciamos la re construcción de la alegría y regularizamos su educación formal que hasta ése momento había sido intermitente. La vida retomó ‘forma’, apoyadas de cerca por mi madre Ruth, mi hermana Rosario y mi sobrina Gabriela. Retomé el trabajo y con 9 o 10 años, Lulú se convirtió en parte del equipo de Armadillo Producciones! 

Nuestros viajes de trabajo la llevaron a muchos y variados países.
En el 2011 presenció  en primera fila en el Palacio Nacional de Guatemala, como el gobierno de turno nos 'pedía perdón' por los crimenes cometidos contra nuestra familia durante la guerra. 

Con proyector bajo el brazo, recorrió con nosotros cines, centros culturales, festivales y universidades observando cómo le contabamos al mundo el dolor que había sufrido la gente durante la Guerra en Guatemala.

Hace tres años nuestro cielo se oscureció de nuevo. Gabriela, la hija mayor de Rosario, hermana de Amanda sufrió como ella un paro cardíaco y también murió. 
La idea del dolor de Rosario me provoca un dolor indescriptible. Para Lulú la muerte de Gaby, su única prima, a sido también muy dolorosa.

Hoy mi hija llega a su mayoría de edad y celebra escandalosa y alegremente, como ‘corresponde’ a cualquiera que llega a la edad de la ‘madurez’.
Es una mujer joven felíz, llena de vida y con una vision optimista del futuro.
Quiere estudiar biología, es una gran matemática y tiene la caricia más dulce que una madre pueda desear.
Estas lineas están llenas de recuentos tristes pero con ellas intento hacer una reflexión positiva. Mi propósito es, sobre todo, reconocer que si hoy mi hija es la persona íntegra y resiliente que conocemos es porque ha estado rodeada de personas que, a pesar de sus propios profundos e inexorables dolores, le han marcado el camino de la valentía, la lucha, el reto, la humanidad y sobre todo la ternura. A todas ellas va mi mas tierno y sincero agradecimiento!