Los ixiles, merecen un monumento
Por todo lo que ha sufrido el pueblo Ixil, pero también por su resistencia, su lucha histórica por el territorio y por sus derechos, los ixiles merecen que se conozca toda la verdad, se haga justicia y se levante un monumento a su valor y resistencia.
MIGUEL ANGEL ALBIZURES
Iba a escribir sobre la conflictividad social, pues estudiantes y organizaciones sociales se han hecho presentes por las calles y avenidas aledañas al Congreso para exigir que los diputados no aprueben un Presupuesto en el cual se hace chinche con los recursos del Estado, es decir, con lo que todos pagamos de impuestos y referirme también a la lucha de los 48 cantones de Totonicapán en contra de los abusos de la empresa Energuate, que en otras regiones también ha cometido atropellos contra los pobladores pero también exigen a los diputados no aprobar leyes que favorecen al pacto de corruptos.
Iba a escribir sobre el femicidio, el constante asesinato de mujeres y adolescentes que se cometen a diario, pero fundamentalmente sobre la red del crimen en Escuintla donde la desaparición, violencia sexual y muerte de mujeres va en aumento y nada se hace por su desarticulación, aunque el ministro, que quiere defenestrar la Fiscal General, diga lo contrario, ha aumentado la desaparición, tortura y muerte de adolescentes en esa región.
Todos ellos son temas para artículo, pero lo que sucede en el juzgado de mayor riesgo, cobra mucho más importancia por la cátedra de historia que el Juez Miguel Ángel Gálvez, “el comunista” dio recientemente para fundamentar ligar a proceso penal a los militares acusados de genocidio en los pueblos ixiles y también por la declaración anticipada de un exmilitar que relata cómo y porqué ocurrieron los hechos en esos pueblos. Gálvez se remonta a los hechos de la contrarrevolución del 1954, cuando arrebataron las tierras a los ixiles y cuando se acusaba a todo el que protestaba, de ser comunista, Elsa Coronado, de Plaza Pública, relata que “El juez mencionó con asombro cómo hubo personas en Quiché que poseían 100 y hasta 300 caballerías, mientras grandes comunidades se veían obligadas a entregar sus tierras al Estado. Actos que, de acuerdo con las evidencias, alimentaron las desigualdades y el descontento que avivaron el conflicto armado interno”. Se les olvida traer a la memoria, el fusilamiento de siete principales de Nebaj, las torturas que fueron sometidos otros siete y otros tantos obligados a trabajos forzados en Petén, por haber protestado, en 1936, en contra del trabajo gratuito impuesto por el dictador Jorge Ubico, a favor de los finqueros de esa región.
Si los acusados insisten en negar su responsabilidad, un exmilitar en su declaración anticipada, según The Associated Press, dijo que “Ya habíamos recibido la orden desde arriba, desde el Estado Mayor, donde se nos había dicho por ejemplo la quema de todo lo que ahí existía”, y explicó que las masacres “eran un procedimiento normal”. “Todos eran enemigos. Un niño, un hombre, una mujer, un anciano ya eran considerados enemigos”, señaló el testigo y aseguró que la más alta autoridad del Ejército tenía conocimiento de los crímenes. “Siempre, desde el inicio de la guerra hasta el final, tuvo conocimiento de todo lo que estaba pasando”. Por todo lo que ha sufrido el pueblo Ixil, pero también por su resistencia, su lucha histórica por el territorio y por sus derechos, los ixiles merecen que se conozca toda la verdad, se haga justicia y se levante un monumento a su valor y resistencia.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/11/28/los-ixiles-merecen-un-monumento/
La vida y los derechos de los pueblos originarios no les importa nada, quieren vasallos, no ciudadanos en el ejercicio pleno de sus derechos.
Por: Miguel Ángel Albizures
Comprendo cómo se debe sentir Evo Morales, y quienes le acompañaron en la osadía de transformar Bolivia, porque el odio, la violencia, el desprecio, la discriminación y el racismo se han hecho presentes. La oligarquía, las grandes transnacionales, el imperialismo yanqui y los militares, una vez más se han unido y se han desnudado ante el mundo para exhibir su bajeza y paralizar cualquier intento de cambio en los países del sur que afecte sus mezquinos intereses. La vida y los derechos de los pueblos originarios no les importa nada, quieren vasallos, no ciudadanos en el ejercicio pleno de sus derechos.
Lo sucedido en Bolivia, no solamente fue un golpe a Evo Morales ni a los pueblos que le respaldaban abiertamente, sino un duro golpe al continente, a la América Latina mestiza e indígena, que le sigue y seguirá apostándole a la democracia plena, a la paz, a la justicia, al bienestar de millones de ciudadanos, niños y niñas excluidos y explotados, que más temprano que tarde romperán las cadenas y tomarán en sus manos el destino de nuestros países.
Los hechos ocurridos en Bolivia, nos trajeron a la mente aquellos aciagos días posteriores a la intervención imperialista en Guatemala, cuando se persiguió y asesinó a dirigentes de las centrales obreras y campesinas acusados de comunistas, cuando gente pobre, pero creyente, se unió a sus enemigos de clase y apoyó la contrarrevolución para librarse del “comunismo”, para defender a su “Dios” porque según ellos, el socialismo era la negación de Dios y por eso el imperio habló de los “come niños”, mientras bombardeaban puntos estratégicos. Los traidores del Ejército, fueron los aliados incondicionales de la oligarquía y del imperio para “rescatar” al país destruyendo la democracia y todos los avances de la revolución, tal como lo han hecho en Bolivia.
La renuncia de Evo Morales y su Vicepresidente, si bien fue obligada dadas las circunstancias y por la necesidad de evitar mayores enfrentamientos y muertes, solo muestra que Estados Unidos y el capital trasnacional, continúan dirigiendo los designios de los países latinoamericanos, pues bajo la bandera de la defensa democrática, se aseguran las reservas de materias primas, entre ellas el litio, para continuar con su modelo económico neoliberal y depredador. Las oligarquías nacionales han hecho lo de siempre, apelar a la blancura de la piel y al fundamentalismo religioso para quedarse con el poder, en su ignorancia demagógica que no entiende que todos somos mestizos, que los Estados contemporáneos ya no se pueden fundamentar en la religión, sino en la igualdad de derechos y el bien común para todos sus ciudadanos, y que el Ejército no debe interferir en la vida política, y mucho menos reprimir, los movimientos sociales. Sin embargo, la extrema derecha continúa allanando sedes, destruyendo bienes de las organizaciones, agrediendo a miembros del Movimiento al Socialismo y a simpatizantes de Evo Morales y de plano van a continuar, junto a sus campañas de desinformación, intentando maquillar un evidente golpe de Estado como una respuesta al descontento de la población, y al fraude electoral, presentándose ante al mundo como los “liberadores del pueblo boliviano”.
El problema de Evo Morales fue nacionalizar los sectores estratégicos para el país, reformar la Constitución y apostarle a un Estado Plurinacional, combatir el analfabetismo y la desnutrición, y lo más grave ser un indio que se atrevió a cambiar un Estado racista, excluyente que se negó a obedecer las órdenes del imperio y de la oligarquía nacional.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/11/14/a-las-puertas-de-una-escena-de-impunidad/
A los medios libres, comunitarios, autónomos e independientes
A Los Estados nacionales de Abya Yala y del mundo
A la prensa nacional e internacional
A la sociedad civil nacional e internacional
Desde La Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas CLACPI, nos solidarizamos con el pueblo y las organizaciones indígenas campesinas originarias de Bolivia que están librado una fuerte batalla contra el golpismo fascista.
Bolivia ha enfrentado días decisivos y mucha tensión y violencia desatada desde intereses golpistas que han logrado la renuncia del Presidente Evo Morales Ayma. Este Golpe de Estado ha sido impulsado por un grupo de cívicos encabezados por Luis Fernando Camacho en conjunto con la alianza Comunidad Ciudadana y su candidato en las recientes elecciones, Carlos Mesa. Detrás de este Golpe de Estado se pueden reconocer los intereses de las castas oligárquicas especialmente de Santa Cruz y de Estados Unidos, que quieren restablecer el neoliberalismo y la obediencia a los intereses transnacionales.
Lamentamos que de esta manera se quiera truncar ilegalmente la continuidad de un proceso de cambio histórico con importantes e innegables avances y logros que han sido referencia en el continente y el mundo en diferentes áreas, pero que sobretodo ha significado la dignificación de los sectores mas postergados históricamente y el protagonismo en diferentes escenarios del Estado de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos y de las mujeres.
Entre las acciones de los grupos irregulares se mencionan la quema de instituciones públicas y sedes de organizaciones como lo sucedido con la sede de la Central de Pueblos Indígenas de la Región Amazónica de Bolivia CIRABO en la ciudad de Riberalta o la sede de las Federaciones de Campesinos del Trópica de Cochabamba el día sábado 9 de noviembre, el ataque a indígenas, campesinos o cualquier ciudadano que ha manifestado su apoyo a ese proceso, las violencias y los vejámenes sufridos por mujeres campesinas en días pasados en Cochabamba, el uso de acciones de extorsión y violencia contra familiares y la quema de casas para lograr la renuncia de autoridades y dirigentes, tal los casos de los Presidentes de las cámaras de Senadores y Diputados para evitar que se concrete una sucesión legal del poder, de Ministros y dirigentes campesinos y sociales.
Llamamos a levantar la voz condenando la violencia de un grupo intolerante que estaría logrando hacerse con el poder manipulando a la opinión pública con el discurso de que se trata de justicia divina y que dios ha vuelto al Palacio de Gobierno y obedeciendo a intrigas ajenas a toda voluntad democrática y toda sensibilidad de justicia social. Nos preocupa de manera especial hechos condenables como la toma de las sedes de organizaciones nacionales como la Confederación Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia y otras, la vejación sufrida por el Director de Radio de la CSUTCB y la quema de la radio Ichilo de la localidad de Yapacani. Esperamos que esto no sea un anuncio de persecución y represión a las radios y medios indígenas y comunitarios en Bolivia y a la integridad física de comunicadoras y comunicadores indígenas campesinos y entidades de apoyo y llamamos a estar muy alertas a lo que pueda suceder en las siguientes horas y días en lo que parece una espiral dictatorial y de venganza ante la osadía de los indígenas de Bolivia de haberse atrevido a confrontar y arrebatar el poder de las castas neoliberales durante mas de 13 años.
Son momentos de multiplicar la comunicación popular para romper el cerco mediático que sufre Bolivia para ocultar las barbaridades que los golpistas cometen a diario contra el pueblo indígena, campesino, obrero y estudiantil.
Rechazamos categóricamente la violencia y agresión perpetrada por los golpistas pasando por encima del Estado de derecho.
COORDINADORA LATINOAMERICANA DE CINE Y COMUNICACIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS (CLACPI).
Abya Yala, 11 de noviembre de 2019.