jueves, 24 de octubre de 2019

GUATEMALA, FOTOREPORTAJE 75 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE 1944, COMUNICADO -PGT-

El 20 de octubre de 1944  significó para el país un cambio político y social de gran trascendencia histórica. Llegaban a su fin no solo los 108 días del régimen provisional de Federico Ponce Vaides, sino también toda una época de dictaduras, que tuvieron sus expresiones en los 22 años de Manuel Estrada Cabrera y los 14 de Jorge Ubico.
FOTOS: ARTURO ALBIZURES
  HOMENAJE A OLIVERIO CASTAÑEDA DE LEÓN


Oliverio Castañeda de León, fue secretario de la AEU, asesinado el 20 de octubre de 1978, nacido el 12 de octubre de 1955, fue líder estudiantil, miembro del grupo FRENTE de la Universidad de San Carlos de Guatemala, militante de la Juventud Patriótica del Trabajo -JPT-






 EXTRACTO DEL MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO SINDICAL GUATEMALTECO POR CONMEMORARSE 75 AÑOS DE LA GESTA REVOLUCIONARIA DE 1944
Que el movimiento sindical guatemalteco y diversas organizaciones populares conmemoramos, hoy 20  de octubre  del  2019, los  75 años de la gloriosa gesta revolucionaria del 20 de octubre de 1944, como un hecho trascendental y una gran hazaña en la historia del pueblo organizado de Guatemala..
Conocer los cambios profundos que se lograron durante los 10 años de la Primavera Democrática es fundamental, para organizarnos mejor en este ideal y defender las conquistas que aún subsisten, después de la lista de gobiernos post-revolucionarios y los voraces empresarios que cooptaron a los gobernantes, diputados y alcaldes  desnaturalizando el  motivo  de razón de ser de una República  y de la democracia real efectiva y participativa..

 Defender los ideales y conquistas revolucionarios solo será posible con organización del pueblo, en los barrios, colonias, asentamientos, aldeas y en los centros de trabajo y construyendo unidad, estamos hablando de amplias alianzas con otros sectores populares, para impulsar la transformación política y social tan necesaria que necesita nuestro país..

Para librar mejores y grandes luchas contra el poder hegemónico explotador y sus políticas neoliberales y el modelo extractivista destructivas del medio ambiente, empobrecedoras de las y los trabajadores, la unidad es fundamental, así como debe ser nuestra activa participación para ejercer plena ciudadana..
¡QUE VIVA LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1944!

¡QUE VIVAN LAS CONQUISTA REVOLUCIONARIAS, TODOS Y TODAS A DEFENDERLAS!

¡TODOS Y TODAS A OPONERNOS A LA REBAJA DE SALARIOS Y ELIMINACION DE DERECHOS LABORALES!

¡NO AL TRABAJO A TIEMPO PARCIAL O TRABAJO POR HORA, ES MAYOR EXPLOTACION!

¡PUEBLO DE GUATEMALA, ANTE LA CRISIS, OTRA REVOLUCIÓN, ES POSIBLE!







El Colectivo Cultural Pie de Lana como todos los años realizo el Festival cultural de la Avenida de Los Árboles en distintas actividades familiares y recreativas en conmemoración de los 75 años de la Revolución . 
Exposiciones de plantas exóticas, Shows de danza y poesía,
Música en vivo, juegos infantiles, ventas de comida, Bazares de libros.





EN LA AVENIDA DE LOS ARBOLES SE ENCUENTRA LA CASA DE ALFONSO BAUER PAIZ, QUIEN FUE MINISTRO DE TRABAJO EN EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE LOS 10 AÑOS DE PRIMAVERA, EN SU CASA SE EXPUSIERON FOTOGRAFÍAS DE SU VIDA, SU TRAYECTORIA Y SU APORTE A LUCHA POR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA GUATEMALA.






HOMENAJE A JACOBO ÁRBENZ GUZMÁN "EL SOLDADO DEL PUEBLO"
 Con la presentación de artistas, poetas, cantautores, grupos musicales, en el Cementerio General de la zona 3, donde están los restos del ex Presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz Guzmán, Organizaciones sociales, rindieron homenaje al soldado del pueblo, con la presencia de la familia Arbenz.




LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE: AYER Y HOY
Se cumplen 75 años de aquel acto heroico que derrocó a la dictadura de los 14 años de Jorge Ubico. Fue una revolución protagonizada por trabajadores, mujeres, estudiantes, juventud, maestros, universitarios y militares, que tuvo como momento culminante el 20 de octubre. Constituyó un acto de rebelión del pueblo guatemalteco que, armado de ideas, organización y fusiles, cansado del autoritarismo y la represión, el atraso y la miseria, se dispuso a terminar con la dictadura e instaurar un país democrático.

Los resultados son históricamente trascendentes. En materia política se aprobó la primera y única Constitución Política de carácter democrático que ha tenido el país; se eligieron dos gobiernos con pleno respaldo popular: Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz Guzmán; se garantizó la libertad de emisión del pensamiento, de organización y participación política. En materia económica y social se construyeron escuelas, hospitales, carreteras, puertos y centrales eléctricas; se garantizó la educación pública, laica y gratuita, y se dotó de autonomía a la USAC; se amplió la cobertura en  salud con nuevos centros y hospitales y se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS); se suprimieron leyes lesivas para la clase trabajadora del campo y la ciudad, se aprobó el Código de Trabajo donde se reconocieron derechos laborales; hubo una reforma agraria que repartió tierras, crédito y apoyo técnico a la clase campesina. El arte y el deporte florecieron como nunca antes. En síntesis, se implementaron políticas que resolverían los históricos problemas y rezagos del país.

Hoy nos encontramos, como en ese tiempo, ante una dictadura con fachada democrática, que aparenta elecciones pero se garantiza la elección de operadores de los intereses de la oligarquía, mafias y militares, todos además, lacayos de los designios del imperio yanqui. Como en tiempos de Ubico, suprimen los derechos del pueblo en general, pero en específico de las clases trabajadoras, de los pueblos indígenas, de las mujeres, de la juventud, a quienes imponen condiciones de despojo y explotación con salarios de hambre, desempleo y expulsión del país. Complementariamente, se impulsa una política de criminalización, judicialización y asesinatos selectivos, para frenar toda resistencia a sus proyectos de despojo, sus políticas de hambre y sus acciones corruptas y criminales. Los derechos, como el de educación, salud y libertad de comunicación y prensa, los mantienen privatizados, privando de esta manera a las grandes mayorías de satisfactores esenciales para su subsistencia y libertades reales para participar políticamente. Avanzan, además, en su estrategia de control de todo organismo e institución estatal, para garantizarse impunidad y para avanzar en sus propósitos de enriquecimiento ilícito. Mientras, el pueblo sometido a la violencia, la miseria y el desamparo.

En este contexto, como sucede desde 1954 cuando la oligarquía, la jerarquía católica y el imperio yanqui derrocaron al gobierno revolucionario de Jacobo Árbenz Guzmán, debemos recuperar de forma práctica el espíritu de la Revolución de Octubre. Esto implica la creación de condiciones para frenar la tendencia fascista que se está afianzando en el Estado y en la sociedad, las políticas de mayor flexibilización laboral y sobre explotación de la clase trabajadora, la imposición de proyectos de muerte en los territorios de pueblos indígenas y mestizos, el avance en la criminalización, judicialización y asesinato de dirigencias de las resistencias sociales.

Desde la resistencia, así mismo, es esencial avanzar en la construcción de un proyecto político revolucionario, del sujeto político articulado que lleve a cabo la tarea de instaurar un régimen socialista, plenamente democrático, garante de los derechos de las clases trabajadoras, los pueblos indígenas, las mujeres, la niñez, la juventud y la tercera edad. Esta es la tarea que nos impone, como herencia de compromiso y lucha, la Revolución de 1944: construir las bases y avanzar en el impulso de la Revolución a inicios del siglo XXI.

Partido Guatemalteco del Trabajo
Por Guatemala, la Revolución y el Socialismo

Guatemala, octubre de 2019

DE PINOCHET A PIÑERA - EL PUEBLO DE GUATEMALA DEBE SER SOLIDARIO CON EL PUEBLO CHILENO Y CON OTROS PUEBLOS QUE LUCHAN POR SUS DERECHOS.

FOTO: FRENTE A LA EMBAJADA DE CHILE EN GUATEMALA (J.C.M.)

Por: Miguel Ángel Albizures

Las calles de Chile han sido ensangrentadas, jóvenes, ancianos y hasta niños y niñas han derramado su sangre, los carabineros de Piñera, al igual que lo hicieron en tiempos del dictador Augusto Pinochet, han descargado sus armas contra ellos y el mundo guarda silencio, como lo guardó en la década de los setenta cuando se asesinaba y desaparecía a hombres, mujeres y niños después de la caída de Salvador Allende.

El pueblo chileno respondió a una situación provocada por el presidente Sebastián Piñera, al cargar sobre los hombros del pueblo un aumento desmedido al precio del pasaje en metro.

Si bien es cierto que el gobierno hoy en día dio paso atrás con esa decisión y ha hecho una serie de ofrecimientos, esto se hace después de haber lanzado a las fuerzas represivas contra un pueblo harto de injusticias y de políticas neoliberales que siguen favoreciendo a quienes más tienen y condenan al hambre y a la miseria a la mayoría de la población.

Tal como lo señala Isabel Allende al condenar la situación que sufre el pueblo “La desigualdad social y económica es vergonzosa. La gente está enfurecida por los sueldos de hambre y el costo de vida, que obliga a la gran mayoría a vivir al crédito o en la pobreza, mientras los ricos viven en su burbuja, evadiendo impuestos y acumulando más y más.

Esto inevitablemente crea violencia y en algún momento estalla, así han comenzado todas las revoluciones”.

Ojalá que la elite económica de nuestro país escuche esas sabias palabras, pues pareciera que ella se refiere a la situación que se está viviendo en Guatemala o en cualquiera de los otros países del continente hoy convulsionados por las acciones de los gobernantes que, a las peticiones y protestas, responden con represión.

La búsqueda de la paz con justicia social y el respeto a los espacios democráticos, sigue siendo la lucha de los pueblos y mientras no se respeten sus derechos, seguirán en las calles aunque les cueste la vida. En esas luchas, de las que algunos medios resaltan los saqueos, han sido asesinados decenas de chilenos, hay cientos de heridos, detenidos y desaparecidos en los pocos días de lucha por la justicia y la democracia.

En uno de los últimos informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señalan que en Chile, “hay un abismo entre el diez por ciento más rico y el diez por ciento más pobre de su población y casi un tercio de los trabajadores chilenos están empleados en trabajos informales o no permanentes, y uno de cada dos chilenos tiene poca alfabetización”.

El pueblo de Guatemala debe ser solidario con el pueblo chileno y con otros pueblos que luchan por sus derechos, porque no está lejano el día en que nuestro pueblo despierte y ponga en su lugar a quienes siguen creyendo que Guatemala y sus recursos, son propiedad de unas pocas familias que mantienen el sistema injusto en que vivimos.

El pueblo chileno respondió a una situación provocada por el presidente Sebastián Piñera, al cargar sobre los hombros del pueblo un aumento desmedido al precio del pasaje en metro.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/10/24/financiacion-no-tradicional-para-el-empresariado/

jueves, 17 de octubre de 2019

GUATEMALA: ANTONIO OBANDO SANCHEZ, REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

Por: Miguel Ángel Albizures

Es difícil resumir en unas cuantas páginas, la vida de un hombre como Antonio Obando Sánchez, que escribió un libro sobre su propia trayectoria, y sobre el cual se han escrito otros libros y muchas cuartillas. Quizá es mejor hablar de su entereza, su lucidez hasta el último momento de su vida, su fe en el movimiento sindical y esa necedad de insistir en la unidad de los trabajadores, como única forma de hacer avanzar los procesos de transformación.

Ni la pobreza ni los golpes de la vida lo cambiaron, se mantuvo atrás del banco de carpintero, no lo cambió la sentencia de muerte que le propinó Ubico y el haberse salvado de milagro, ni mucho menos las múltiples veces y las decenas de años que pasó en la cárcel y de la cual hacía mofa: “sólo Nelson Mandela me ha ganado por unos pocos años”. La última de ellas, según él, en el gobierno del General Efraín Ríos Montt, cuando atravesaba los ochenta años.

Sólo hay un Antonio Obando Sánchez que nació con el Siglo XX en Amatitlán, el 10 de mayo de 1902. Muy pronto, al tomar conciencia de lo que era la dictadura de 22 años de Manuel Estrada Cabrera, se unió a los insurrectos a quienes por esa época, otro artesano sastre de nombre Silverio Ortiz, dirigió, haciendo posible, junto con otros sectores sociales, la insurrección del veinte que dio al traste con la dictadura.

Con la franqueza que le caracterizó a lo largo de su vida, Antonio Obando nos cuenta que era hijo de: “Guillermo Sánchez, un campesino rico que llevaba una vida desordenada”, y de Marcos Obando, la madre, quien “desde que… resultó embarazada, mi abuela, a la usanza conservadora, arrojó a mi progenitora de la casa, pretextando rígidos preceptos de moral y de religión por la falta de matrimonio”. El abuelo paterno reemplazó el afecto de su propio padre y de los abuelos por parte de su madre. Él le dio sus primeras cinco cuerdas de tierra en la que empezó a sembrar para sobrevivir y “así, aquel abuelo, a la par de buen maestro agrícola, ayudaba a aliviar las penalidades de mi madre ocasionadas por el abandono de mi progenitor”.

Hijo de una mujer analfabeta, no ocultaba su admiración, cariño y reconocimiento para quien le dio vida y lo llevó de la mano en su niñez y adolescencia. En sus “Memorias” dice: “Jamás podré escribir con fidelidad el basto cuadro de ternura, sacrificios y fatigas que una madre vive. Pálido e inconcluso será lo que diga acerca de mi recordada “viejecita”. Trataré de relatar lo más sobresaliente”. Y es en ese relato en donde se ve su vida íntimamente ligada a ella, de donde venían sus principios morales y ese deseo de ser alguien en la vida. Hay que reparar que, por ello, utilizó toda su vida y aun en sus memorias, el apellido materno Obando primero, y Sánchez después, en reconocimiento a quien había sido su madre y su padre al mismo tiempo.

Ya a los 18 años, Antonio Obando andaba haciendo tanes en las organizaciones de artesanos que, posteriormente, serían el semillero del movimiento sindical que él ayudo a fundar, y que se desarrolló con fuerza a lo largo de los años veinte, después de la caída de la dictadura de Manuel Estrada Cabrera. Asimismo, la historia recoge su participación en el primer Partido Comunista de Centroamérica, Sección Guatemala, al que se afiliaría en 1924; en 1928 haría su primer viaje a Moscú al VI Congreso de la Tercera Internacional y luego al Congreso Mundial de Sindicatos, adheridos a la Internacional Roja. 

Todo ello le costó su primera visita a la cárcel y la sentencia de muerte a que fue condenado junto con 12 compañeros más, por parte del dictador Jorge Ubico y de la cual sale amnistiado, mientras que el hondureño Juan Pablo Wanright fue fusilado. Obando pasa en la prisión los 14 años que duró la dictadura ubiquista. Logró su libertad al triunfo de la Revolución del 20 de octubre del 1944 e inmediatamente se reincorporó al movimiento sindical, siendo uno de los fundadores de la Escuela Claridad, en donde conoció al salvadoreño Miguel Mármol con quien mantuvo una estrecha amistad.
Entrega de Diploma, Emeretissimum por la USAC, 1993

Obando corrió la misma suerte de muchos otros que hicieron posibles las transformaciones revolucionarias de la Junta de Gobierno, y que habían aportado en los gobiernos de Arévalo y Arbenz: el exilio en 1954 hacia Argentina. También ahí conoció la cárcel junto con otros guatemaltecos asilados, entre ellos el personaje a quien él llamaba Víctor Victorioso, refiriéndose a Víctor Manuel Gutiérrez , por quien mantenía una admiración y recuerdos imborrables por su entrega a los trabajadores. Diez meses estuvieron compartiendo en la cárcel de Villa Devoto, en Argentina.

La situación del país era confusa y políticamente grave, pues continuaba la persecución a los sindicalistas. Pese a todo, Obando volvió al país el 17 de septiembre de 1958 para ver por última vez a su madre que yacía en una caja mortuoria en la antigua casa del Gallito en donde él había vivido. La lucha por su regreso, la habían dado organizaciones argentinas que obtuvieron el salvoconducto para que pudiera viajar e ingresar al país, en una época en la que gobernaba el General Miguel Ydígoras Fuentes. 

Ese momento nos lo relata Obando Sánchez en sus memorias: “Abrí la caja y vi a la viejecita que tanto calor brindó a mi vida, ví su rostro demacrado, sus ojos cerrados, aquellos ojos que ansiaron tanto ver por última vez a su hijo, que infortunadamente llegó tarde y no pudo decirle adiós”… ”Así termino la lucha por mi regreso a la patria”.

Y así inicia también otra vez su lucha por los derechos de los trabajadores, reintegrándose al Sindicato de Madera y Vidrio que lo delegó ante la Federación Autónoma Sindical Guatemalteca (FASGUA), de la cual llegó a ser directivo.
Miguel Marmol, Miguel Ángel Albizures y Antonio Obando Sánchez

Varias veces volvió a la cárcel, pero quién sabe qué ángel le acompañaba, pues lograba recuperar su libertad y volver a la lucha e insistir en la necesidad de la formación y la unidad en el movimiento sindical. Su última visita a las mazmorras carcelarias fue bajo el régimen del General Oscar Mejía Víctores en 1984, cuando fue allanada su casa-taller de carpintería en Ciudad Real y estuvo desaparecido durante varios días. Por esa época tenía 81 años, pero seguía siendo considerado “un peligro” para la seguridad del Estado. El llamado Diario Militar dado a conocer en 1998 es elocuente al referirse a su captura: “106. Antonio Ovando Sánchez (s) Rosales, 81 años de edad, carpintero. 02-04-84: A las 1000, mil horas en su taller de carpintería, fue prensado, siendo el más antiguo de los miembros del PGT-PC, teniendo un historial muy extenso, principiando de su viaje a Moscú en el año 1928, fue secretario en varias ocasiones del partido. Siendo obrero, escribió varios libros y también dio clases en la universidad. Estuvo en el exilio en Argentina. Conoce mucho de la organización”. El Diario no dice que le vaciaron la casa y lo dejaron sin nada, ni menciona que cuando lo dejaron libre, estaba todo golpeado.

A finales de los años ochenta y antes de su muerte en 1994, se le veía llegar a las oficinas de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA), de la que era parte la Federación Sindical de Trabajadores de la Alimentación y Similares (FESTRAS), y compartía sus experiencias con los trabajadores afiliados a diversos sindicatos. Ahí se juntaba también con niños, hijos de trabajadores, por quienes tenía un cariño especial y quienes lo rodeaban oyendo sus consejos.

Por ese tiempo vivía sólo en la Colonia La Florida y se iba y venía en camioneta a la Federación casi todos los días. Antes de su muerte, se le llevó a El Salvador para su encuentro con Miguel Mármol, su antiguo amigo con quien había compartido penas y alegrías. Es indescriptible la emoción que se sentía en su reencuentro con Mármol en 1994, cuando abrieron los brazos para saludarse y empezar a recordar viejos tiempos y personajes ya idos, entre ellos a Farabundo Martí y unas cuantas sindicalistas que llegaban a la Escuela Claridad en donde ambos habían estado en la época revolucionaria. Fue una ocasión para llevarlo al Lago de Ilopango, lugar en donde se había encontrado con Mármol en 1928, recuerdos que juntos revivieron en esa oportunidad de su reencuentro. Obando Sánchez dejó de existir el 12 de octubre de 1994, a la edad de 92 años.

Pero que no sea sólo nuestra opinión sobre la vida de uno de los fundadores del sindicalismo en Guatemala, sino también la de un periodista destacado y Director del Diario la Hora, Oscar Clemente Marroquín Rojas, quien el 10 de mayo del 2003 escribió un artículo que complementa estas notas.

DON TONITO OBANDO ESTARÍA CUMPLIENDO 101 AÑOS
Oscar Clemente Marroquín
“Lo conocí en los últimos años de su vida y siendo un anciano, se convirtió en ejemplo de tenacidad, entusiasmo y esperanza en la construcción de esa Guatemala mejor que siempre hemos querido. Lejos de tirar la toalla y de sentirse frustrado o fracasado, el viejo sindicalista Antonio Obando Sánchez se mantuvo hasta el último día de su vida con una ilusión enorme por concretar los sueños que desde su infancia había acariciado y que se le negaban de manera persistente.

Fue de los diez condenados a muerte por el gobierno de Ubico acusados de ser comunistas y un verdadero milagro le salvó la vida y en vez de enfrentar al paredón, como pasó con algunos de los que también recibieron idéntica condena, terminó refundido en la vieja penitenciaría situada en donde hoy está el Centro Cívico. Don Tonito había iniciado su lucha cívica cuando como obrero formó parte del levantamiento contra Estrada Cabrera y me comentaba que habían estado hombro con hombro junto a mi abuelo en el fiero combate de la semana trágica que precedió a la caída del tirano. Recordaba claramente cómo desde las alturas de lo que hoy es el Puente del Ferrocarril de la séptima avenida, conocido como Puente de la Penitenciaría, disparaban ambos contra las tropas leales al tirano que lo defendían en La Palma.

Enemigo de las dictaduras, el ubiquismo también le provocó a luchar por la libertad y terminó siendo condenado a muerte. Hoy publico el volante que se difundió en aquellos días, señalando a los que habían sido sentenciados por los tribunales para ser pasados por las armas.

Y en recuerdo a su memoria y, sobre todo, a ese entusiasmo inagotable y esa fe que perduró hasta el último de sus días motivando sus luchas para construir una Guatemala más justa e incluyente, hoy que cumpliría 101 años recuerdo a ese viejo amigo que tantas lecciones de honradez y dignidad prodigó a lo largo de su vida”.

En el artículo publicado, se pueden ver las fotos de los 10 condenados a muerte, entre ellos Antonio Obando Sánchez, con un título que dice “Los diez Comunistas condenados por los tribunales militares”, y un subtitulo que señala la fecha “Mes de febrero de 1932.- Sentencia del Consejo de Guerra, fecha 9 y confirmada por Corte Marcial con fecha 14”.