Todo ello le costó su primera visita a la cárcel y la sentencia de muerte a que fue condenado junto con 12 compañeros más, por parte del dictador Jorge Ubico y de la cual sale amnistiado, mientras que el hondureño Juan Pablo Wanright fue fusilado. Obando pasa en la prisión los 14 años que duró la dictadura ubiquista. Logró su libertad al triunfo de la Revolución del 20 de octubre del 1944 e inmediatamente se reincorporó al movimiento sindical, siendo uno de los fundadores de la Escuela Claridad, en donde conoció al salvadoreño Miguel Mármol con quien mantuvo una estrecha amistad.
Obando corrió la misma suerte de muchos otros que hicieron posibles las transformaciones revolucionarias de la Junta de Gobierno, y que habían aportado en los gobiernos de Arévalo y Arbenz: el exilio en 1954 hacia Argentina. También ahí conoció la cárcel junto con otros guatemaltecos asilados, entre ellos el personaje a quien él llamaba Víctor Victorioso, refiriéndose a Víctor Manuel Gutiérrez , por quien mantenía una admiración y recuerdos imborrables por su entrega a los trabajadores. Diez meses estuvieron compartiendo en la cárcel de Villa Devoto, en Argentina.
Miguel Mármol, Miguel Angel Albizures y Antonio Obando Sánchez |
La situación del país era confusa y políticamente grave, pues continuaba la persecución a los sindicalistas. Pese a todo, Obando volvió al país el 17 de septiembre de 1958 para ver por última vez a su madre que yacía en una caja mortuoria en la antigua casa del Gallito en donde él había vivido. La lucha por su regreso, la habían dado organizaciones argentinas que obtuvieron el salvoconducto para que pudiera viajar e ingresar al país, en una época en la que gobernaba el General Miguel Ydígoras Fuentes.
Compañero Antonio con niños y maestras de Casa CAMI |
Ese momento nos lo relata Obando Sánchez en sus memorias: “Abrí la caja y vi a la viejecita que tanto calor brindó a mi vida, ví su rostro demacrado, sus ojos cerrados, aquellos ojos que ansiaron tanto ver por última vez a su hijo, que infortunadamente llegó tarde y no pudo decirle adiós”… ”Así termino la lucha por mi regreso a la patria”.
Y así inicia también otra vez su lucha por los derechos de los trabajadores, reintegrándose al Sindicato de Madera y Vidrio que lo delegó ante la Federación Autónoma Sindical Guatemalteca (FASGUA), de la cual llegó a ser directivo.
Varias veces volvió a la cárcel, pero quién sabe qué ángel le acompañaba, pues lograba recuperar su libertad y volver a la lucha e insistir en la necesidad de la formación y la unidad en el movimiento sindical. Su última visita a las mazmorras carcelarias fue bajo el régimen del General Oscar Mejía Víctores en 1984, cuando fue allanada su casa-taller de carpintería en Ciudad Real y estuvo desaparecido durante varios días. Por esa época tenía 81 años, pero seguía siendo considerado “un peligro” para la seguridad del Estado. El llamado Diario Militar dado a conocer en 1998 es elocuente al referirse a su captura: “106. Antonio Ovando Sánchez (s) Rosales, 81 años de edad, carpintero. 02-04-84: A las 1000, mil horas en su taller de carpintería, fue prensado, siendo el más antiguo de los miembros del PGT-PC, teniendo un historial muy extenso, principiando de su viaje a Moscú en el año 1928, fue secretario en varias ocasiones del partido. Siendo obrero, escribió varios libros y también dio clases en la universidad. Estuvo en el exilio en Argentina. Conoce mucho de la organización”. El Diario no dice que le vaciaron la casa y lo dejaron sin nada, ni menciona que cuando lo dejaron libre, estaba todo golpeado.
A finales de los años ochenta y antes de su muerte en 1994, se le veía llegar a las oficinas de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA), de la que era parte la Federación Sindical de Trabajadores de la Alimentación y Similares (FESTRAS), y compartía sus experiencias con los trabajadores afiliados a diversos sindicatos. Ahí se juntaba también con niños, hijos de trabajadores, por quienes tenía un cariño especial y quienes lo rodeaban oyendo sus consejos.
Por ese tiempo vivía sólo en la Colonia La Florida y se iba y venía en camioneta a la Federación casi todos los días. Antes de su muerte, se le llevó a El Salvador para su encuentro con Miguel Mármol, su antiguo amigo con quien había compartido penas y alegrías. Es indescriptible la emoción que se sentía en su reencuentro con Mármol en 1994, cuando abrieron los brazos para saludarse y empezar a recordar viejos tiempos y personajes ya idos, entre ellos a Farabundo Martí y unas cuantas sindicalistas que llegaban a la Escuela Claridad en donde ambos habían estado en la época revolucionaria. Fue una ocasión para llevarlo al Lago de Ilopango, lugar en donde se había encontrado con Mármol en 1928, recuerdos que juntos revivieron en esa oportunidad de su reencuentro. Obando Sánchez dejó de existir el 12 de octubre de 1994, a la edad de 92 años.
Pero que no sea sólo nuestra opinión sobre la vida de uno de los fundadores del sindicalismo en Guatemala, sino también la de un periodista destacado y Director del Diario la Hora, Oscar Clemente Marroquín Rojas, quien el 10 de mayo del 2003 escribió un artículo que complementa estas notas.
DON TONITO OBANDO ESTARÍA CUMPLIENDO 101 AÑOS
Oscar Clemente Marroquín
“Lo conocí en los últimos años de su vida y siendo un anciano, se convirtió en ejemplo de tenacidad, entusiasmo y esperanza en la construcción de esa Guatemala mejor que siempre hemos querido. Lejos de tirar la toalla y de sentirse frustrado o fracasado, el viejo sindicalista Antonio Obando Sánchez se mantuvo hasta el último día de su vida con una ilusión enorme por concretar los sueños que desde su infancia había acariciado y que se le negaban de manera persistente.
Fue de los diez condenados a muerte por el gobierno de Ubico acusados de ser comunistas y un verdadero milagro le salvó la vida y en vez de enfrentar al paredón, como pasó con algunos de los que también recibieron idéntica condena, terminó refundido en la vieja penitenciaría situada en donde hoy está el Centro Cívico. Don Tonito había iniciado su lucha cívica cuando como obrero formó parte del levantamiento contra Estrada Cabrera y me comentaba que habían estado hombro con hombro junto a mi abuelo en el fiero combate de la semana trágica que precedió a la caída del tirano. Recordaba claramente cómo desde las alturas de lo que hoy es el Puente del Ferrocarril de la séptima avenida, conocido como Puente de la Penitenciaría, disparaban ambos contra las tropas leales al tirano que lo defendían en La Palma.
Enemigo de las dictaduras, el ubiquismo también le provocó a luchar por la libertad y terminó siendo condenado a muerte. Hoy publico el volante que se difundió en aquellos días, señalando a los que habían sido sentenciados por los tribunales para ser pasados por las armas.
Y en recuerdo a su memoria y, sobre todo, a ese entusiasmo inagotable y esa fe que perduró hasta el último de sus días motivando sus luchas para construir una Guatemala más justa e incluyente, hoy que cumpliría 101 años recuerdo a ese viejo amigo que tantas lecciones de honradez y dignidad prodigó a lo largo de su vida”.
En el artículo publicado, se pueden ver las fotos de los 10 condenados a muerte, entre ellos Antonio Obando Sánchez, con un título que dice “Los diez Comunistas condenados por los tribunales militares”, y un subtitulo que señala la fecha “Mes de febrero de 1932.- Sentencia del Consejo de Guerra, fecha 9 y confirmada por Corte Marcial con fecha 14”.
DOCUMENTAL DE LOS DE SIEMPRE, Homenaje a Don Antonio Obando Sánchez, Pionero del sindicalismo en Guatemala. 25 min. Año 2002 Realizado por Asociación COMUNICARTE Este documental recoge pasajes de la vida de Don Tono y los distintos momentos político sociales por los que pasó el país durante el siglo XX |